Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Los agustinos en Córdoba: de Fernando III y la conquista de la ciudad hasta la desamortización de Mendizábal

Las Angustias, en el interior de la iglesia de San Pablo durante su traslado a San Agustín

Alfonso Alba

10 de mayo de 2025 21:43 h

0

Aunque la fumata blanca fue a las 18:07, el nombre del Papa León XIV, Robert Prevost Martínez, no se conoció hasta una hora después. Rápidamente, las redacciones comenzaron a teclear de manera incansable en busca de la historia del primer agustino en convertirse en sumo pontífice de la Iglesia Católica. En Córdoba, los ojos se pusieron sobre uno de los templos más singulares, pero también más espectaculares, de la ciudad: la iglesia de San Agustín. ¿Había visitado un agustino como Prevost el templo?

En Córdoba capital no hay agustinos. Y no los hay a pesar de que se trata de una de las órdenes que acompañó al rey Fernando III en la conquista de la ciudad y que tuvo un papel clave en la consolidación de la Córdoba cristiana, tras siglos de dominio islámico. En la actual iglesia de San Agustín ya no viven agustinos, sino dominicos. Y pese a un intenso trabajo de hemeroteca, no consta la presencia cordobesa de Prevost en la ciudad.

La presencia de la Orden de San Agustín en Córdoba se remonta a los años posteriores a la conquista cristiana de la ciudad por Fernando III en 1236. Desde entonces, los agustinos desempeñaron un papel destacado en la vida religiosa, educativa y cultural de la ciudad hasta su exclaustración en el siglo XIX debido a la desamortización de Mendizábal.

Orígenes y establecimiento en Córdoba

Tras la toma de Córdoba, Fernando III promovió la fundación de diversas instituciones religiosas para consolidar el dominio cristiano. Los agustinos, pertenecientes a una orden mendicante inspirada en las enseñanzas de San Agustín de Hipona, se establecieron inicialmente en el Campo de San Julián, en la margen izquierda del Guadalquivir. Sin embargo, debido a la inseguridad de la zona, solicitaron trasladarse dentro de las murallas de la ciudad.

En 1313, el Papa Clemente V autorizó su traslado al interior de Córdoba, y en 1328 se establecieron definitivamente en el barrio de Santa Marina, donde construyeron la Iglesia y Convento de San Agustín. Este asentamiento contribuyó al desarrollo urbanístico de la zona, entonces poco poblada, mediante la adquisición y arrendamiento de propiedades.

Durante los siglos XIV al XVIII, el convento de San Agustín se convirtió en un centro importante de vida religiosa y cultural en Córdoba. Los agustinos se dedicaron a la enseñanza de filosofía y teología, y establecieron una imprenta que fue de las primeras en la ciudad. Además, fomentaron las artes y la educación, siendo reconocidos por su labor intelectual.

En el ámbito devocional, en 1558 se fundó la Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias, con sede en el convento. En 1626, la cofradía encargó al escultor Juan de Mesa la realización de la imagen titular, una obra destacada del barroco español que aún hoy es objeto de gran veneración.

Impacto de la Guerra de la Independencia y la desamortización

La Guerra de la Independencia (1808-1814) tuvo consecuencias negativas para el convento de San Agustín. Las tropas napoleónicas ocuparon el edificio, utilizándolo como cuartel y almacén, lo que provocó daños significativos en su estructura y patrimonio.

Posteriormente, la desamortización de Mendizábal en 1836 supuso la exclaustración de los agustinos y la venta de sus bienes. Esta medida, que pretendía obtener recursos económicos y reducir el poder de la Iglesia, afectó gravemente al patrimonio eclesiástico en Córdoba, donde desaparecieron numerosos conventos y se dispersaron obras de arte y objetos litúrgicos.

Tras décadas de abandono, en 1903 el obispo Pozuelo cedió la Iglesia y Convento de San Agustín a la Orden de los Dominicos, quienes iniciaron su restauración con apoyo estatal y de mecenas particulares. Durante el siglo XX, se llevaron a cabo diversas intervenciones para recuperar el edificio, declarado Monumento Histórico Artístico en 1983. No obstante, el templo siguió sufriendo y necesitó de una última y gran intervención. La restauración de la Iglesia de San Agustín en Córdoba, llevada a cabo por la Junta de Andalucía, fue un ambicioso proyecto que devolvió a la ciudad uno de sus templos más emblemáticos.Tras más de dos décadas de cierre y deterioro, el templo reabrió sus puertas el 9 de octubre de 2009, gracias a una inversión de 3,6 millones de euros en el marco del programa “Andalucía Barroca”.

La intervención se desarrolló en varias etapas a lo largo de los años.Entre 1981 y 1984, el Ministerio de Cultura realizó trabajos iniciales en las cubiertas y estructuras.Posteriormente, entre 1989 y 1992, la Junta de Andalucía acometió obras de saneamiento y consolidación estructural.En 2003, se firmó un convenio entre la Consejería de Cultura, el Obispado de Córdoba y Cajasur para continuar con la restauración, centrándose en la rehabilitación estructural del templo, incluyendo el pilar del crucero, las bóvedas laterales y las cubiertas del ábside y presbiterio.

Durante las obras, se descubrieron pinturas murales del siglo XVII ocultas bajo capas de cal y repintes, representando escenas de la nobleza de la época y a San Agustín ordenado obispo.También se hallaron decoraciones barrocas que imitaban tapizados y cortinajes del siglo XIX . Se restauraron las yeserías, pinturas murales, retablos, carpinterías y la torre del campanario, devolviendo al templo su esplendor original.

Hoy en día, la Iglesia de San Agustín conserva elementos arquitectónicos y artísticos de gran valor, y sigue siendo un referente del patrimonio histórico de Córdoba. La presencia de la imagen Las Angustias y la actividad de su hermandad mantienen viva la tradición devocional asociada a los agustinos en la ciudad.

La elección del Papa León XIV

El 8 de mayo de 2025, la Orden de San Agustín alcanzó un hito histórico con la elección de Robert Francis Prevost como Papa, bajo el nombre de León XIV. Nacido en Chicago en 1955, Prevost ingresó a la orden en 1977 y desempeñó una destacada labor misionera en Perú, donde fue obispo de Chiclayo. En 2001, fue elegido prior general de los agustinos, cargo que ocupó hasta 2013. Su elección como pontífice marca la primera vez que un miembro de la Orden de San Agustín asume el liderazgo de la Iglesia Católica.

Etiquetas
He visto un error
stats