Cine de cerámica
La muestra 'Paraísos perdidos', de Su-Pi Hsu, Pilar Bandrés y Xavier Monsalvatje recupera el ciclo 'Páginas de Barro' en la Casa Góngora
Las primeras ideas. Las primeras historias. Los primeros testimonios grabados para perdurar y ser compartidos, se hicieron en barro. Unas simples tablillas con la caligrafía salida de un punzón de hueso o madera servían para comunicar por un canal abstracto conceptos perfectamente identificables. Más o menos así, nació la escritura. Y compilando procesos, surgió el concepto que luego conoceríamos como libro. Libros de barro escritos en páginas de barro. Y Páginas de barro es -y fue- el nombre de un ciclo de exposiciones con este material como protagonista. Una serie de muestras que, tras unos años en blanco, ha regresado para seguir contando historias a través de la arcilla y la cerámica.
La nueva exposición, inaugurada este jueves y que podrá visitarse en la Casa Góngora hasta el 3 de julio se titula Paraísos extraños. Y el título, además de sugerente, no podría ser más literal. La taiwanesa afincada en valencia Su-Pi Hsu, la malagueña Pilar Bandrés y el valenciano Xavier Monsalvatje llevan de la mano al espectador hacia sus propios mundos plagados de silencio, soledad, recuerdos y pesadillas.
Paraísos extraños adopta el nombre de una feliz coincidencia, señalan los comisarios, Antonio González y Hisae Yanase: el hecho de que una de las obras de Monsalvatje se titulase Paraísos y el recuerdo de una película de Jim Jarmusch, Extraños en el paraíso, uno de los iconos del cine independiente estadounidense.
Y aunque no se mención en la presentación, muchas de las piezas presentadas respiraban -y mucho- cine puro. Desde las escenas casi sacadas de Metrópolis de los platos de La Rambla pintados por Monsalvatge, llenos de violencia, máquinas, rascacielos de hormigón, volcanes destructores y generadores de mundos y enormes faros fálicos; a la suerte de maquetas de Hsu, con figuras solitarias en un espacio en el que la geometría -y el vacío que deja- crea verdaderas formas arquitectónicas. O donde un simple elemento, como un pájaro al hombro de una mujer silente, establece un diálogo inaudible entre ambos.
El cine también tiene su guiño en las piezas de porcelana y tela de Pilar Brandés. Un conjunto de muñecos adorables e inquietantes con cuerpos de trapo rellenados de a saber qué y cabezas de porcelana pintada con clásicas florecillas que retrepan por entre sus minúsculos ojos y sus naricillas sin boca.
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