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Séneca
La Biblioteca Séneca que tuvo miles de lectores en los Jardines de la Agricultura hace un siglo

Biblioteca de Séneca en los Jardines de la Agricultura en 1930.

Carmen Reina

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En los Jardines de la Agricultura de Córdoba, donde ahora se erige la recién construida Biblioteca del Estado 'Grupo Cántico', se estrenó hace un siglo otra biblioteca, que llevaba el nombre del filósofo Séneca y ofrecía libros en un servicio de autogestión para los usuarios, que llegó a contar con 2.000 ejemplares, miles de lectores al año y estuvo en uso hasta los años 60.

Diversas fuentes históricas rememoran cómo la Biblioteca Séneca se instaló en una caseta hexagonal que existía en los jardines desde 1882. En 1922, se estableció en ella este espacio una biblioteca -recuerda la Red Municipal de Bibliotecas de Córdoba-, que conserva imágenes de ella.

La iniciativa partió del maestro José Priego López, el archivero y director de museos José María Rey Díaz, y el médico y veterinario Rafael Castejón. Remitieron un escrito con su propuesta al Ayuntamiento, explicando su idea: “Los que suscriben, vecinos de esta ciudad, recogiendo el intenso ambiente cultural qne se va formando en ella, demostrado con el éxito alcanzado por la primera biblioteca popular creada por S. E. y por otros datos estadísticos evidenciadores de la sed de conocimiento despertada en Córdoba, proponen al Excmo. Ayuntamiento la creación, sin gasto especial alguno, de otra biblioteca popular en los jardines llamados de la Agricultura, a la que se le podría dar el nombre de Biblioteca Séneca.

Va siendo costumbre en muchos países, y especialmente en aquellos que como el nuestro gozan buen clima, poner a disposición de los que concurren a paseos y jardines, otros elementos de cultura, que conviden a la estancia en esos sitios, y sepan unir amigablemente lo útil con lo ameno“.

Obras de autores cordobeses

El plan era instalar en el kiosko existente una figura de Séneca, y unos casilleros y estanterías para colocar los libros, además de unos bancos. Se preveía que entre los títulos hubiera obras del propio afamado filósofo y de otros autores cordobeses. Y como personal, “un hombre que cuidase el orden dentro del kiosko” (...) “ya que los lectores no tendrían más que tomar los libros de los casilleros, y volverlos a dejar en su sitio una vez leídos”.

El Ayuntamiento de Córdoba dio cabida a esta iniciativa, se solicitó a todos los autores cordobeses que donasen libros para este espacio y, finalmente, se abrió la denominada Biblioteca Séneca. Tuvo un horario de siete horas al día y fue atendida por un ordenanza -Antonio Pérez Ruiz- desde el año 1925 hasta al menos 1940. Y alrededor de la biblioteca se instalaron unos bancos de azulejos -que aún se pueden ver en los jardines-, donde se leían frases célebres de Séneca.

La biblioteca llegó a contar con unos 2.000 ejemplares, con una sección específicamente para público infantil-, y puso en marcha la autogestión del uso de libros que en la actualidad repiten iniciativas como la Red Libro Libre que ha instalado espacios para donar y coger libros en distintos parques y otros espacios de Córdoba.

Miles de lectores

La Biblioteca Séneca tuvo gran uso en la década de los años 20 y 30 del pasado siglo. El recuento de los lectores año a año así lo muestra, con algunos ejercicios en los que tuvo más de 20.000. Solo entre su inauguración y el año 1932, se contabilizaron 170.305 usuarios, según consta en el registro que conserva la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica del Ministerio de Cultura.

Las fuentes consultadas no señalan los motivos y fecha del cierre de este espacio de libros en los Jardines de la Agricultura, aunque se sabe que estuvo en uso hasta los años 60. El kiosko hexagonal desapareció, si bien se conservan los bancos que lo rodeaban, como testigos de aquel tiempo.

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