Consumo destaca la importancia del 'Ecoetiquetado' en la responsabilidad con el medio ambiente
La Dirección General de Consumo, organismo dependiente de la Consejería de Salud y Familias de la Junta, tiene entre sus líneas estratégicas de actuación la promoción y difusión de los hábitos de consumo responsable entre las personas consumidoras de la comunidad autónoma, una filosofía o estilo de vida que, por supuesto, incluyen el compromiso medioambiental a la hora de valorar los productos y servicios que escogemos.
En este sentido, la Dirección General de Consumo quiere incidir, según ha informado en una nota, en la importancia de la compra verde, un concepto que implica la integración de los valores sostenibles en los hábitos de consumo, de manera que, a la hora de elegir, por ejemplo, entre un producto y otro, se ponderen aspectos como la composición del mismo, el contenido, las características del envoltorio, su facilidad o dificultad para el reciclaje o identificación con la economía circular, el impacto ambiental que genera su residuo o su eficiencia energética.
Para facilitar su identificación, estos valores se aglutinan en los últimos tiempos en torno a las denominadas ecoetiquetas (o etiquetas ecológicas), una forma de etiquetado-certificación que define el desempeño ambiental de una forma objetiva, en especial sobre su ciclo de vida, y es una práctica que se enmarca en la creciente concienciación mundial a escala planetaria para promover una praxis sostenible, con el menor perjuicio para nuestro entorno, traducida desde hace algunos años en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas.
Las etiquetas ecológicas pueden presentarse en forma de leyenda, símbolo o gráfico, muy reconocibles por su sencillez, y existe un gran número de ellas y de varios tipos. El primer tipo engloba las que han venido denominándose 'ecoetiquetas', sistemas voluntarios de calificación ambiental, otorgadas por entidades certificadoras, que identifican al producto o servicio con menor impacto ambiental, y en el que se aplica la norma ISO 14024.
El segundo tipo lo constituyen las afirmaciones ambientales autodeclaradas, realizadas por el fabricante y proporciona información de diversos aspectos en materia medioambiental, como el reciclaje, y se rigen por la norma ISO 14021.
La tercera categoría es la DAP (Declaración Ambiental de Producto), en base a categorías de impacto prefijadas, y que comprende informaciones verificables bajo los límites de la norma ISO 14025.
Podrían destacarse entre las etiquetas ecológicas más importantes muchas, como la Etiqueta Ecológica de la Unión Europea 'Ecolabel', que tiene en cuenta aspectos como el uso de recursos naturales y energía, emisiones en el entorno o el impacto residual, y comprende grandes grupos de productos como del sector de la limpieza, electrodomésticos, productos de papel, textiles o lubricantes. También aplicable a servicios como el alojamiento turístico.
Una de las más conocidas es la Marca Aenor-Medio Ambiente, gestionada desde la Asociación Española de Normalización y Certificación, y que define la incidencia en el medio ambiente durante el ciclo de vida.
En el ámbito de los aparatos electrónicos, así como edificios, cabe destacar la nueva Etiqueta de Eficiencia Energética, que se vale de una escala, desde la A-Verde hasta la G-Roja, de mayor a menor eficiencia y también indica valores como el ruido (decibelios, dB). En el ámbito de la eficiencia energética, también se encuentra la difundida Energy Star, común en los productos informáticos.
Y cabría mencionar otros etiquetados de gran relevancia internacional como 'Ángel Azul Alemán' --sistema de ecoetiquetado pionero en el mundo y amparado por la ONU--, 'Cisne Nórdico Noruego' --que fija criterios sobre el ciclo de vida del producto--, la certificación voluntaria EMAS (Sistema Comunitario de gestión y auditoría ambiental) o la certificación forestal (FSC).
Por supuesto, debe mencionarse el estándar internacional ISO 14001, que se renueva cada tres años y que acredita oficialmente a las instituciones y organizaciones en sus responsabilidades medioambientales, siendo un sello de reconocimiento mundial en esta materia.
Desde la Dirección General de Consumo de la Consejería de Salud y Familias se recuerda a todas las personas consumidoras que se sumen a esta conciencia medioambiental mediante un consumo responsable. Recientemente, hemos conmemorado importantes efemérides como el Día Mundial de los Derechos del Consumidor y el Consumo Responsable, celebrado el pasado día 15, el Día Mundial del Agua (22 de marzo), y más recientemente, el Día Mundial del Clima (26 de marzo).
Se recuerda que existen muchas las maneras de contribuir a través del consumo responsable a estas metas, desde el plano individual y colectivo, desde lo local para influir en lo global.
Así, se destacan como medidas: Realizar compras con conciencia ambiental, evitando el consumo voraz y descontrolado de productos, desde los más accesorios o del ocio hasta los recursos naturales y de primera necesidad; minimizar el consumo de productos como plásticos y aerosoles, tan perjudiciales para los ecosistemas y el equilibrio medioambiental; reducir al máximo la contaminación atmosférica, reduciendo el uso del coche, así como la contaminación acústica, y en el plano alimentario, evitar el desperdicio de alimentos, el consumo desmesurado de agua potable y favorecer la compra de productos con ecoetiquetado.
Consumo Responde
Ante cualquier duda o consulta en materia de consumo, la ciudadanía puede contactar con Consumo Responde, un servicio gratuito de información y asesoramiento a las personas consumidoras y usuarias, impulsado por la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía.
Se trata de un servicio multicanal, al que se puede acceder de forma continuada a través del número de teléfono 900215080, de la página web www.consumoresponde.es, del correo electrónico consumoresponde@juntadeandalucia.es; y de los perfiles en las redes sociales Twitter (@consumoresponde) y Facebook (www.facebook.com/consumoresponde).
También se puede recibir asesoramiento en los Servicios Provinciales de Consumo de las delegaciones territoriales de Salud y Familias presentes en todas las capitales de provincia, así como en las Oficinas Municipales de Información al Consumidor (OMIC), y en las organizaciones de personas consumidoras y usuarias.
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