El pupitre del futuro lo inventan los niños

Surgenia propone modernizar el mobiliario escolar según las ideas de los alumnos

“Mi pupitre ideal tiene algodón para protegernos. Y es redondeado para no hacernos daño. La mesa se puede doblar y estirar para hacer manualidades”. María tiene siete años y cursa segundo de Primaria en el colegio Condesa de las Quemadas, en Córdoba. Ella ha participado, junto al resto de alumnos de su curso y compañeros de sexto del mismo ciclo, en una iniciativa del Centro Tecnológico Andaluz de Diseño, Surgenia: idear el pupitre perfecto.

Las escuelas han cambiado. Las necesidades de los alumnos, su material escolar y las tecnologías que usan son distintas, pero en las aulas se sigue usando un mobiliario diseñado hace más de tres décadas. Manuel Guillén es el gerente de Surgenia. “En una jornada de trabajo surgió el tema del mobiliario escolar. Vimos que siempre se había diseñado por los adultos y no por los usuarios, los niños. Así que se nos ocurrió preguntarle a los chavales”, explicaba esta mañana en la puerta del Condesa de las Quemadas, donde han presentado el resultado, en papel, de la lluvia de ideas aportada por 50 chavales. El boceto definitivo, concretado por alumnos de Diseño industrial del Centro Universitario de Mérida (Universidad de Extremadura) está a la espera de convertirse en una realidad.

Guillén destaca las ideas coincidentes de los alumnos y los diseñadores. “La multifuncionalidad de las mesas y las sillas, por ejemplo, el que sean sostenibles medioambientalmente y reciclables. Que sean ergonómicas y puedan regularse en altura, porque los alumnos crecen durante el curso. Que sean muebles construidos con materiales más ligeros, con colores más vivos y con formas redondeadas capaces de apilarse u ordenarse de distintas formas”, señala el gerente de Surgenia.

Como resultado, un pupitre con una pequeña pizarra integrada, un lapicero y espacio reservado para guardar mochilas con ruedas, ordenadores y libros. El pupitre del futuro.