Una planta piloto probará durante un mes cómo potabilizar el agua de La Colada
El agua que sale por el grifo de los 80.000 vecinos del norte de la provincia de Córdoba va a seguir siendo no potable al menos durante otro mes. Todos los intentos de potabilizar el líquido que llega desde el embalse de La Colada han fracaso. A estas alturas, la Empresa Provincial de Aguas de Córdoba (Emproacsa) ha decidido construir una planta piloto para probar un nuevo sistema de ósmosis y comprobar así si va a ser capaz de potabilizar el agua del pantano de La Colada, con unos altísimos niveles de cianobacterias procedentes de años de contaminación en sus manantiales.
Emproacsa acaba de encargarle a la empresa Osmosagua SL “una planta piloto de ósmosis con el objetivo de hacer pruebas en la Estación de Tratamiento de Agua Potable en Sierra Boyera y observar el comportamiento del valor tras el proceso”, según consta en la resolución de adjudación de este contrato, que tiene un plazo de ejecución de un mes y que fue firmado este jueves por el gerente de la empresa pública. El contrato tiene un coste de 7.400 euros.
Prácticamente desde que se prohibió el consumo de agua del grifo, en abril de este año, en Emproacsa tienen claro que la potabilización solo se puede conseguir con un intenso tratamiento a través de la ósmosis. Eso o que llueva, que Sierra Boyera se vuelva a llenar y que no se tenga que coger el agua desde La Colada hasta que el embalse se pueda volver a vaciar y limpiar sus aguas.
El problema de La Colada está en los altos niveles de cianobacterias procedentes de los vertidos procedentes de sus fuentes de suministro, los arroyos Guadamatilla y Guadarramilla. Y el origen estaría, según han comprobado desde la Confederación Hidrográfica del Guadiana, en que la depuradora de aguas residuales de Pozoblanco es insuficiente y que muchos de los vertidos de este municipio y sus industrias acaban, precisamente, en La Colada. También siguen existiendo algunas explotaciones ganaderas cerca de los cauces, que en algunos casos podrían sufrir fugas en sus vertidos.
El verano pasado, la Junta de Andalucía ya prohibió el baño en sus aguas (para lo único para lo que se usaba entonces) por la alta concentración de cianobacterias. La orden se la dio la propia Confederación. Además de cianobacterias se había detectado una alta concentración de arsénico. La propia Confederación ha reconocido en el Congreso de los Diputados que desde 2019 ha abierto ocho expedientes sancionadores por los vertidos a este embalse.
Desde abril, a diario son 16 los camiones cisterna que acuden a los municipios del norte de la provincia de Córdoba a abastecer a los vecinos de agua potable. Cada vecino tiene derecho a cinco litros al día. De momento, y a no ser que llueva de manera intensa en las próximas semanas, el agua no va a ser potable en, al menos, el próximo mes, que es cuando concluirán las pruebas en la ETAP de Sierra Boyera y cuando se determinará si el tratamiento con ósmosis es efectivo o no.
Por otra parte, también está el problema con el bombeo. A La Colada no ha llegado aún una línea de alta tensión, por lo que desde febrero de este año el bombeo se realiza con grupos electrógenos. En junio, la mitad de los grupos, que se alimentan de gasóleo, se averiaron, y el agua dejó de salir del grifo. Ahora se han reparado y hay agua, pero sigue sin poder beberse.
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