Calin Georgescu era un político desconocido en su propio país, Rumania. Pero ganó para sorpresa de todos la primera vuelta de las elecciones presidenciales. El Tribunal Constitucional las acaba de anular, acusando a Georgescu de navegar a bordo de Rusia para diseñar una campaña en TikTok que lo convirtió en vencedor.
Su campaña, en la que se gastaron millones de rublos en una red social si no propiedad desde luego controlada por el gobierno chino, convenció a los rumanos que se pasan horas deslizando el dedito, consumiendo vídeos rápidos y que han abandonado a los medios tradicionales (o quizás nunca los leyeron, pero ahora tienen un lugar para informarse).
Este caso, que dejó con la boca abierta a la Unión Europea, es el mejor ejemplo de lo que está pasando con las democracias, especialmente las europeas: están en manos de los algoritmos manipulados por gobiernos o multimillonarios. Este tsunami amenaza con llevarse por delante al status quo europeo, que en muchos casos sigue pensando en clave siglo XX para un problema gigantesco que nos está estallando en la cara.
Elon Musk, con X, ha entrevistado a la líder alemana de AfD, el partido de extrema derecha, con un único objetivo: que gane las elecciones del mes de febrero. A diario ataca al primer ministro británico y ya ha puesto un tuit sobre la inmigración en Cataluña. Estamos a pocas semanas de que arranque su campaña contra Pedro Sánchez y de que elija la alternativa que mejor le venga para reventarlo todo, que casi siempre pasa por un grupo antisistema de extrema derecha. Me temo que acabará optando por Alvise. O por un nuevo Vox.
Ahora mismo estamos como los turistas de Banda Aceh el día del tsunami en 2004. Vemos cómo se acaba de retirar el agua de la playa pero en vez de correr y subirnos en el punto más alto que podamos nos estamos rascando la cabeza y preguntándonos qué es lo que está pasando. Cuando queramos reaccionar será demasiado tarde.
Quizás confiamos en la fortaleza de las instituciones, de los partidos tradicionales, y de nuestra democracia. Y no nos faltará razón. Pero lo mismo la ola que viene es tan fuerte que se lo va a llevar todo por delante, incluso un PP que por mucho que se escore a la derecha no será lo suficientemente antisistema como para convencer al nuevo Marco Aurelio de Silicon Valley.
Sobre este blog
Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
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