El Cabril se prepara para almacenar más de 4.000 toneladas de residuos radioactivos de Garoña
El almacén de residuos radioactivos de media, baja y muy baja intensidad de El Cabril, en la Sierra Albarrana de Hornachuelos, se prepara para acoger más de 4.000 toneladas procedentes del desmantelamiento de la primera gran central nuclear de España, la de Santa María de Garoña en Burgos. Estos residuos radioactivos de media y baja intensidad forman parte de la primera fase de desmantelamiento de estas instalaciones, que durará tres de los diez años de todo el proceso.
El Consejo de Seguridad Nuclear ya ha autorizado a Enresa, la empresa de residuos nucleares de España, el plan de desmantelamiento. La mayor parte de los residuos radioactivos procedentes del desmantelamiento se trasladarán hasta la provincia de Córdoba, durante los próximos tres años. Eso sí, los residuos radioactivos más peligrosos se almacenarán de manera temporal en la propia central nuclear, en un centro que se construirá específicamente para eso mientras España resuelve el gran problema de qué hacer con este tipo de restos. Europa obliga a construir un Almacén Nuclear Centralizado de forma definitiva, algo que España aún no ha resuelto. En ningún caso esos residuos se trasladarán hasta El Cabril.
No es la única central nuclear que se desmantela en España, ni tampoco la única que acaba en El Cabril, que ya tiene experiencia. Los restos de baja y media intensidad de Vandellós I y José Cabrera ya están sepultados en las celdas de El Cabril. En principio, parece que sí. Garoña no es la primera central nuclear que se desmantela, pero sí la primera de su generación. Ahora, es probable que lleguen al final de su vida un número importante de centrales nucleares españolas que tienen más de 40 años. Es decir, las 4.000 toneladas que Garoña pueden ser las primeras de miles de toneladas más que tarde o temprano acabarán llegando a El Cabril.
Enresa ya tiene la autorización para iniciar el desmantelamiento de Garoña pero eso no significa que los residuos que se generen lleguen ya a Córdoba. De momento, El Cabril está al 80% de su capacidad. Sigue habiendo sitio para los residuos de Garoña, pero no demasiado. El Gobierno prevé autorizar el año que viene la obra para la ampliación de El Cabril, que en esencia supone duplicar su capacidad de almacenamiento. El objetivo es que se ubique en un mismo lugar todo el material procedente de las centrales nucleares que llegan al final de su vida útil.
De momento, se está a la espera de la autorización para la construcción de la conocida como plataforma Sureste. En una primera fase, que se estima que esté operativa en el año 2028, se construirán 12 celdas, mientras que las 15 celdas restantes se construirán en actuaciones posteriores, según las necesidades del centro de almacenamiento. Las medidas de la nueva plataforma son 362 x 103 metros.
El Cabril acaba de cumplir 30 años, aunque se espera que esté en funcionamiento hasta la década de los cincuenta de este siglo XXI. El objetivo de este almacén es almacenar la mayor parte de los restos radioactivos de media, baja y muy baja intensidad que se generen hasta entonces en España, para ser clausurado entonces de manera definitiva. Algunos de esos residuos dejarán de tener radioactividad a los 30 años. Los más longevos de los almacenados en El Cabril durarán unos cientos de años, cuando la radioactividad de los residuos se aproxime a los naturales.
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