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El Ayuntamiento y Madre Coraje trabajan con 4.500 personas en Perú para fomentar la participación política

Proyecto de Madre Coraje y la Asociación Pro Derechos Humanos Aprodeh, con el apoyo del Ayuntamiento de Córdoba, en la zona de Huancavelica (Perú).

Redacción Cordópolis

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La ONG para el Desarrollo Madre Coraje y la Asociación Pro Derechos Humanos Aprodeh, con el apoyo del Ayuntamiento de Córdoba, trabajan junto a más de 4.500 personas de la zona de Huancavelica (Perú) para “combatir la pobreza y lograr una vida digna promoviendo la ciudadanía, la participación y el fortalecimiento del tejido social”.

Según recoge la información facilitada a Europa Press por la citada ONG, “este proyecto busca empoderar a las poblaciones más vulnerables para que participen en la toma de decisiones políticas de la región de Huancavelica”.

Para lograrlo, entre otras acciones, se han organizado talleres con la participación de más de 70 lideresas de diferentes organizaciones, donde han expuesto “las múltiples situaciones que tuvieron que enfrentar a causa de la declaración de pandemia”.

La situación de pobreza en Huancavelica, “región con menor índice de desarrollo humano de Perú, afecta en mayor medida a las mujeres”. La pobreza femenina alcanza el 52,8 por ciento en la zona rural.

Al respecto, exponen que “cinco de cada diez mujeres son pobres”, a lo que añaden que “la sequía y fuertes heladas han azotado a las familias dedicadas a la agricultura y al sector alpaquero, generando dificultades para la producción y la comercialización e influyendo en la seguridad alimentaria de la región”.

“Lideresas como Antonia de Angaraes, Rosa de Tayacaja y Norma de Churcampa se vieron envueltas en la incertidumbre, el hambre, discriminación y abandono”, según explica David Belmonte, técnico de Madre Coraje en Perú.

En este caso, relata que “muchas perdieron su trabajo, disminuyendo los ingresos para sus hogares, algunas fueron víctimas de violencia y discriminación por ser migrantes retornantes y, para las comunidades, sospechosas portadoras del virus”.

Ante esta realidad, destaca que “las lideresas plantean propuestas que contribuyan al fortalecimiento de sus capacidades y organizaciones, como el apoyo en actividades productivas que les permitan ingresos económicos, canalización y distribución de productos que elaboran y capacitaciones en el marco de derechos humanos y lucha contra la violencia hacia la mujer”.

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