Lainz: “Sin el error forense, el 'caso Bretón' habría acabado en días”
El juez instructor explica en una charla distintos pasos de la investigación sobre el asesinato de Ruth y José
“Esta investigación se habría amortizado en cinco días” si no hubiese habido un error en el examen de los huesos del 'caso Bretón'. Por primera vez, el juez instructor José Luis Rodríguez Lainz que investigó durante más de un año la desaparición y presunto asesinato de los dos hermanos Ruth y José a manos de su padre, José Bretón, ha hablado en público. Lo ha hecho en una conferencia ante expertos. Antena 3 registró la misma y ha emitido extractos esta mañana en su programa Espejo Público.
“Era una situación tan grave y era un contexto en el que la verdad podía doler tantísimo, que había que hacer todas las pruebas para llegar a la conclusión máxima sobre si uno u otro informe podía llevar razón”. Así justifica Lainz la petición de las numerosas pruebas periciales que ordenó para identificar los huesos hallados en la finca de Las Quemadillas, donde presuntamente el padre de los niños asesinó en incineró sus cuerpos. Un primer informe de la policía determinó que los restos óseos eran de pequeños animales. Casi un año después, el juez dio permiso para que otros expertos, como el antropólogo Francisco Etxeberria estudiasen las muestras. El dictamen fue unánime: pertenecían a dos niños de edades similares a los de los hermanos desaparecidos. “Cuál de los dos informes me creo yo? Tampoco lo voy a decir”, señaló, recordando que ese extremo deberá determinarse en el juicio.
Debido a que, durante meses, era muy complicado armar la acusación contra Bretón, ya que no había cuerpos del delito, el instructor ordenó todo tipo de exámenes tanto al teléfono móvil del acusado como a las cámaras de vigilancia que registraron sus movimientos el día de autos, el 8 de octubre de 2011. Con respecto a los estudios de su teléfono celular, los informes especiales solicitados por Rodríguez Lainz “fueron capaces de multiplicar por 14 los datos obtenidos”. Y en opinión del juez, “no solo la prueba pericial de parte era de mayor calidad que [la de] la [policía] científica, sino que la complementa”. El juez reconoce el trabajo de la policía científica, “una de las más punteras a nivel europeo sobre este tema y en este caso llegó a usar todo tipo de materiales innovadores para obtener todo tipo datos. Pero el perito que acude a petición de la parte [acusación], un auténtico experto que da clases a la policía científica en este punto y con cuyos instrumentos” era capaz de exprimir todavía más el teléfono inteligente de Bretón.
En cuanto a las cámaras de vigilancia, “la situación que se produjo a la hora de realizarse su análisis hizo que se destinase por petición judicial un perito experto astrofotógrafo que tiene conocimientos muy validados a nivel mundial sobre el tratamiento de imágenes. Esta persona utiliza una técnica moderna absolutamente innovadora a través de la cual se superponen fotogramas a la vez que se consigue el borrado de aquellos aspectos de las imágenes que no eran de interés”. Dicha prueba situaba a Bretón entrando en la finca de Las Quemadillas en un vehículo con sus hijos para, horas después salir en el mismo, pero solo.
Esta prueba fue inmediatamente contrapuesta por una prueba pericial que el juez califica como “el ejemplo claro y paradigmático de contrapericia. Es decir, la prueba pericial A llega a determinadas conclusiones y al prueba pericial B [de la defensa de Bretón] llega a todo lo absolutamente contrario. Es una cuestión que deberá dilucidarse en el juicio, cuál de ellas es la que debe de prevalecer en uno u otro caso según sus conclusiones”.
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