La encina milenaria de la Subbética, candidata a optar a los premios europeos de Árbol del Año

La provincia de Córdoba es un territorio conocido por albergar numerosos bienes patrimoniales, también en la naturaleza. Es el caso de la encina milenaria de la Subbética, ubicada entre Rute y Lucena, que ostenta el título de Monumento Natural otorgado por la Consejería de Medio Ambiente. Este árbol de la Subbética cordobesa ha sido propuesto como candidato al concurso europeo de Árbol del Año.

La encina, que se encuentra en la aldea de Llanos de Don Juan, territorio ruteño, se asienta junto al río Granadilla. El buen estado de su tronco sirve como pista para aproximar su edad entorno a uno 450 años. La Junta de Andalucía y la Diputación de Córdoba la sometieron a un tratamiento para evitar su muerte hace tres años debido a una enfermedad.

Se trata además de un árbol de muy grandes dimensiones, motivo que lo ha llevado a ser candidato al premio. Su copa mide 29 por 21 metros de diámetro, y genera una sombra de unos 600 metros cuadrados. Mide 17,50 metros de alto, y su diámetro en la cruz se establece en los 4,55 metros, con una base de 6,40 metros.

El peculiar tamaño de esta encina, junto con su buen estado de conservación a pesar de su edad, han llevado a este árbol a competir a nivel internacional. El concurso, organizado por la Environmental Partnership Association (EPA),  propone al ganador como candidato al premio Árbol Europeo, donde compiten contra la vegetación del resto de países de Europa.

Competición

La primera ronda es someter a votación cuál es el árbol de España que debería representar al país en el concurso internacional. Se pueden votar a través de la página web del concurso. Una vez elegido el representante, se someterán de nuevo a una votación por parte de los 15 países que forman parte de su organización para elegir cuál es el candidato que se lleva el premio.

Según se afirma en su página web: “El objetivo de Árbol Europeo del Año es destacar los interesantes árboles viejos como un importante patrimonio natural y cultural que deberíamos apreciar y proteger. En el Árbol Europeo del Año, a diferencia de otros concursos, no es importante la belleza, el tamaño o la edad sino la historia y la conexión con las personas”.