El cura condenado por abusos, apartado de la iglesia donde seguía dando misa
do misa. Según han confirmado fuentes de la Diócesis de Córdoba, el sacerdote ya no es el cura responsable de esta parroquia ni se le ha encargado nuevo destino.
El relevo del cura se ha producido después de la decisión del Obispado de cambiar los destinos de casi una veintena de sacerdotes de toda la provincia. Así, de la parroquia de San Sebastián de Espiel se hará cargo José Gregorio Martínez, que también se encargará de la iglesia de Villaviciosa de Córdoba. El cura condenado cometió sus abusos, según la sentencia, que todavía no es firme pues su defensa recurrirá al Tribunal Supremo, en la parroquia de Villanueva del Duque. Tras su detención, el Obispado decidió trasladarlo a la iglesia de Espiel, donde desarrolló su nueva etapa pastoral.
Ignacio Mora Vilatella era un sacerdote especialmente activo en internet. Mantenía páginas de Facebook y un blog de la actividad de la iglesia de Espiel, donde compartía imágenes de muchas de sus misas y comuniones. Tras conocerse su condena, ha desaparecido todo el rastro de internet de ambas páginas.
El Obispado de Córdoba no ha querido comentar oficialmente el retiro de este sacerdote. Tan solo se ha limitado a confirmar la información y a señalar que no se le ha encargado nuevo destino, tras conocerse la condena. El día en que se publicó el falló de la sentencia, la Diócesis aseguraba que el sacerdote pensaba recurrirla ante el Supremo y mostraba su total colaboración con la justicia.
La Fiscalía y la acusación solicitaban una pena de seis años de prisión y diez años de orden de alejamiento para el sacerdote, mientras que la defensa pedía la absolución, todo ello después de que fuera denunciado por los padres de la menor en abril de 2015 ante la Guardia Civil, que detuvo al sacerdote, que sólo llevaba tres años ejerciendo en dicha zona del norte de la provincia cordobesa.
Según recoge la calificación inicial del Ministerio Público, el sacerdote adquirió “una buena relación” con la familia, como consecuencia del ejercicio de su ministerio en distintas parroquias de la zona, “llegando en alguna ocasión a comer en casa de los mismos y pasar cierto tiempo en su compañía y de las hijas menores de la familia”.
Debido a esa “buena relación”, aproximadamente desde el mes de enero de 2015, una de las hijas de la citada familia, de 10 años de edad, comenzó a ayudar como monaguillo al párroco. En el marco de dicha relación, “en ocasiones la menor se quedaba a solas con el acusado en la sacristía de las respectivas parroquias, llegando incluso a acompañarlo en alguna ocasión en el vehículo particular”, según relata el fiscal.
En fecha no concretada, alrededor del mes de enero de 2015, y hasta el día 24 de abril de 2015, supuestamente aprovechando la relación de superioridad que tenía sobre la menor, “no solo por la edad, sino también por la estrecha relación que tenía con sus padres y sobre todo del hecho de ser también sacerdote al que ayudaba como monaguilla”, se produjeron diversas situaciones en las que el procesado presuntamente le realizaba tocamientos, “con intención de satisfacer sus deseos sexuales”.
Como se recordará, tras prestar declaración en la instrucción del caso y defender su “total inocencia” en estos hechos, la juez de Pozoblanco acordó su puesta en libertad con cargos, pero imponiéndole una orden de alejamiento de la iglesia de San Mateo de Villanueva del Duque.
“NO EXISTE RESPONSABILIDAD”
Por su parte, la defensa de Ignacio Mora Vilaltella ha pedido su absolución, dado que, según su calificación, niega los hechos relatados por el Ministerio Público al considerar que su representado “no ha cometido el delito del que es acusado, ni ningún otro”.
En opinión de la defensa, “los hechos no constituyen delito, ni infracción criminal de clase alguna”, a lo que añade que “no existen responsabilidades ni criminal ni civil, de clase alguna”, motivo por el que pide la libre absolución del párroco del delito del que acusan la Fiscalía y la acusación particular.
Además, ha impugnado la pericial practicada por psicólogas de una fundación y ha pedido citar a declarar como testigos a unas ocho personas, así como distintas pruebas documentales, entre ellas las denuncias que los padres de la menor hayan interpuesto en el cuartel de la Guardia Civil.
Entretanto, desde la defensa han lamentado las palabras que se han vertido contra el sacerdote, que “no son de recibo en un estado de derecho”. Fuentes del despacho defensor han apuntado a Europa Press que “hay que demostrar los hechos”, porque “en el caso de que salga absuelto, ¿quién repara el daño que le han hecho?”, han cuestionado, para insistir en “la inocencia” del párroco.
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