Acabo de enterarme. En Corea del Sur dices “Tok-Tok” y te refieres a la tersura y firmeza de la piel, en la frente, el entrecejo, las cachas. “Tok-Tok”. Vamos a seguir firmes a cualquier edad. ¡Hay que darse alegrías!
Esta curiosidad sin importancia llegó mis oídos gracias a la incursión (casual o dirigida por algoritmos) en un negocio de cosmética coreana, solvente y tierno, llamado MiiN. Al timón de la empresa, de meteórica carrera, se sitúa Lilin Yang, una empresaria autodidacta china que estudiaba turismo en Salamanca y supo cómo explotar el filón que viene de Seúl.
En Sevilla y en Málaga, además de en Madrid, Barcelona, Bilbao, Zaragoza, Murcia, etc., ya tienen tienda abierta. Hay que alegrarse de su presencia en Andalucía, y después, a renglón seguido, respirar tranquilamente porque se puede curiosear y comprar ahora mismo en su punto de venta online. Con un clic en el teléfono móvil, como nos quiere Meta.
MiiN Cosmetics es una brújula con la que orientarse en el océano de productos y marcas surcoreanas; su selección actúa como una embajada de lo mejor para que la clientela entusiasta de la K-beauty pueda integrarlo en su rutina de cuidados. Basta seguir su cuenta de Instagram para comprobar la fluidez de la relación MiiN-Corea del Sur.
No vale cualquier marca de allá, ni una orientación insuficiente sobre cómo se utiliza una mascarilla, un aceite de limpieza, una esencia, un tónico… Por eso la comunidad que teje MiiN, a través de redes sociales, blog, línea telefónica y tratamientos y talleres (por ahora disponibles en las sedes de Barcelona y Madrid) es la clave.
Afortunadamente, existen esta y otras plataformas de la cosmética surcoreana, muy enraizada por cierto en Barcelona, como las editoriales y las agencias literarias. Buceando en marcas como Benton o Shigeta fui a parar a otras tiendas físicas y online especializadas: la barcelonesa KOSS es muy potente, porque suma la cosmética natural además de la K-beauty, reúne productos muy selectos, brinda un extenso blog y organiza talleres presenciales y vía telemática; Planet Skin, con tienda física en Madrid además de online, ofrece novedades como la crema con exosomas de EXO-Hydro y su enfoque desligado del género más los clásicos parches para granitos y una amplia gama de protectores solares, que es la base indispensable de cualquier cuidado dermocosmético, y Salm Cosmética no se queda atrás en número y diversidad de marcas, blog, innovación y alta gama.
La conversación en torno la cosmética surcoreana parece inagotable: encuentras canales de YouTube que parodian el estilo y las limitaciones de la estética K-beauty, creadoras de contenido negras o racializadas como @Lorena Abreup que, con distintos objetivos y diferentes resultados ponen a prueba o siguen tutoriales al estilo coreano, más miles de referencias alrededor del autocuidado y el trato amable hacia un@ mism@, que son tan vitales.
Pero lo que más encuentro en estas ventanas de K-beauty, estéticas aparte, es hermandad. Un mundo de chicas que se apoyan y se cuidan mutuamente, con su habitación propia y sus bibliotecas infinitas.
Por eso, leamos, leamos en abril, leamos siempre, todos los meses, todos los días, a Woolf, Teresa de Ávila, Angelou, Beauvoir, Ernaux, Morrison, Zambrano, Rododera, Baltasar, S. Portero, Solà, Zafra, Mesa, Novo, Villajos, Martín Gaite, Castro y una lista interminable, que, jamás como ninguna enumeración, podría hacer justicia, hermanas.
Nota: Las menciones a marcas y productos no llevan aparejada ninguna contraprestación
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