El Louvre: arte y fragancia

Junto a la pirámide de cristal del Louvre, la fragancia del arte nos espera. Por primera vez una exposición permite aspirar la belleza de obras emblemáticas como la Venus de Milo, Grande Odalisque o la Victoria de Samotracia gracias la alianza con Officine Universelle Buly, el relanzado emporio que ha elaborado una edición limitada de ocho perfumes inspirados en otras tantas joyas del museo. Hasta enero de 2020 seguirán a la venta estos tesoros que pueden adquirirse en la misma tienda del Louvre, los puntos de venta de la casa Buly 1803 -en la ciudad del Sena y alrededor del mundo- y su más accesible boutique on line.

Officine Universelle Buly otorgó total libertad a los y las artífices, entre ellos reconocidos perfumistas como Aliénor Massenet, Daniela Andrier o Jean-Cristophe Hérault, pero puso una sola condición: que la Gioconda continúe indescifrable. Es decir, ninguna maravillosa ‘nariz’ podría elegir a la estelar Mona Lisa para evitar algo “demasiado obvio” como un perfume de la famosísima señora, según los directores de Buly 1803, Randame Touhami y Victoire Taillac.

Sabia decisión que no resta fulgor a la apertura de Louvre y otros museos a distintos ámbitos artísticos como la moda, la gastronomía, la instalación floral o el arte urbano y alternativo.

Deleitarse en el aroma del arte ya es posible en el Louvre. Y retenerlo en un bello frasco de perfume, velas, hojas de jabón o postales perfumadas de Buly 1803, también. ¿A qué huele La Victoria de Samotracia? Sus notas son una combinación del nardo, la magnolia y el jazmín con un toque de mirra, mientras La Venus de Milo declina la mandarina, jazmín y ámbar.

Aún sin su perfume, la Mona Lisa sonríe en el Louvre. Pero las huellas de Leonardo ponen rumbo al sur, al este, al norte… y trazan laberintos: Amboise y Venecia esperan; París aguarda (inminente exposición del 500 aniversario de Da Vinci), y Londres hace su apuesta. Continuará.

Nota: Las menciones a marcas y productos no llevan aparejada ninguna contraprestación