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De vuelta a la rutina, una cuestión de cabeza

Tony Sanmatías

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Se ha terminado las vacaciones -¡¡lástima de ello!!- y volvemos a la rutina, a lo cotidiano, a la realidad de nuestras vidas… Atrás queda  lo vivido, la playa o la montaña,  las salidas nocturnas, los amigos veraniegos, las buenas cenas, las risas mientras tanto y la despreocupación… reencontrándonos con aquello que, hace apenas unos días, como si solamente hubiera transcurrido  un instante, como si fuera un sueño,  es el escenario cierto y cruel donde vamos a movernos durante los próximos diez-once meses… hasta llegar el próximo verano, si es que llegamos, porque si la cabeza falla… ¡adiós, marchena!  Y que todo sea loado en este transcurrir otoñal, invernal y primaveral que tendremos que dejar transcurrir hasta que lleguen las próximas vacaciones. Mientras tanto a soñar. ¿A soñar solamente?

Al volver, nos encontramos todos con un panorama que, para empezar, está más que desolado, lo que hemos olvidado en verano. Mejor, porque es de temer la cuestión política en España. Una cuestión de cabeza, porque estos mendas lerendas, unos y otros, son incapaces de resolverlo con ideas, mientras Rajoy campa a sus anchas gobernándonos a su antojo y culpando a unos y a otros de lo que él y su banda pepeista, por ellos, solos han instaurado en el concierto más corrupto, traicionero y ruín... salido de sus cabezas.

Nos encontramos con los gastos escolares… Que si libros, cuadernos, bolis, mochilas, uniformes, ropita nueva…, sin olvidar, naturalmente, que los recibos de luz, del agua, alquiler o de la hipoteca estaban ahí, aguardándoles en  la cuenta corriente para pagarlo. ¡Ahí es nada! Quizá ni habíamos hecho memoria de ser una realidad a la vuelta vacacional. Otra cuestión de cabeza en los que no repararon en ello. A sí que, ahora, a aguantar el tirón de la tarjeta, quizá la misma que algunos utilizaron para aplazar sus vacaciones, no esa ‘Black, por supuesto, de los de Bankia, también pertenecientes al PP más ‘“solidario”… entre ellos mismos. Para ellos no hay cárceles, ni jueces  con leyes que condenen radicalmente y con devolución de lo robado por estos ladrones. Solamente existen puertas giratorias, como el caso del ex ministro José Manuel Soria poniéndolo de ejecutivo en el Banco Mundial y con sueldo que ronda los 225.000 euros anuales ¡¡y libre de impuestos!!. Otra cuestión de cabeza, porque él  no tuvo memoria para saber mentir con los papeles de Panamá, por lo que dimitió… fugazmente,  claro, solo para lavar la imagen que pudiera manchar al PP con sus disfraces, igual que no la tuvieron quienes lo tapujaron.

¿Cuánto vale el silencio de este individuo?

La vuelta vacacional también influye con la ansiedad post vacaciones, que, mirar por donde, es otra cuestión de “coco”, una modernidad equivocada en muchos que no comprenden que el asueto depende del día a día, no del ocio veraniego, aunque este sea modesto. Para entenderlo hay que estar muy bragado, muy puesto, y con la cabeza en su sitio.

Y, dándoles vueltas a mi cabeza… ¡¡ay, ay!! Con cuidado de que alguna insolente, atrevida y repudiable  garrapata me caiga en la ‘mollera’. Otra cuestión más de la cabeza, ya que estas es por donde normalmente se dejan caer para infectarnos. Y rezando que no sea una de esas nuevas hemorrágicas de Crimea-Congo o FHCC clínico… porque estaríamos aviados que nos picara, naturalmente a los que veranean, paseando,  por el campo. Allí estarán ellas, las menos malas, pero dañinas al fin y al cabo, y alguna de las otras  dl FHCC que ya llevan tiempo merodeando de vacaciones por España… siendo verdad cierta y real que utilizan su cabeza, igual que las menos perniciosas para chuparnos la sangre, a la vez que nos infectan, tal cual lo hacen las situaciones y los anteriormente nombrados con sus inconsecuencias y maldades.

¿Desanimarnos? ¡¡¡NO!! ¿Por qué hacerlo? Nos queda la esperanza de que todo se arregle. Y la esperanza es lo último que pierden los valientes, y también los desgraciados. Y, si la esperanza falla (que siempre será por no tener la debida cabeza con razonamientos apropiados), ahí va, si me lo permitís, un consejo: Hacer caras raras frente al espejo, pero feas y extremas a ser posible,  y reíros de vosotros mismos, a carcajada limpia. Veréis como al terminar de hacerlas, y con ello volver a la normalidad facial, veréis que realmente no escomo la reflejada en el espejo, sino normal y más guapa que otra cosa.

¡¡Y felices todos!! Que le den colcrem a los problemas y a las situaciones… de tener cabeza, por supuesto, para soportarlas y salir de este amargo trance post vacacional encontrado.

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