El afeitado perfecto, te lo aseguro
Son muchos las lectores y lectores quienes me han solicitado algunas soluciones para cuando se afeiten ellos o se rasuren ellas. Pues bien, aquí estoy para ambos. No obstante, quiero hacer una puntualización al respecto que me parece necesaria y útil: La acción de afeitarse o rasurarse es exactamente igual en los dos casos. La única diferencia estriba en la piel, y me refiero a ella en general. La de los hombres es más gruesa, sobre todo en la cara, parte corporal esta de la que, normalmente, no se rasuran las mujeres, puesto que se la depilan con uno u otro método. Vista la diferencia en la parte facial, no podemos olvidar que son muchas las mujeres, de igual manera que lo efectúan muchos hombres, quienes se rasuran diferentes partes de su cuerpo, bien sea con cuchillas o máquinas eléctricas.
Partiendo de ambos detalles (método elegido y parte a rasurar o afeitar, que es lo mismo), hombres y mujeres deben tener otras precauciones que salgan al paso de irritaciones que, en ciertos casos, pueden acarrearles otros males añadidos para la piel que no pueden olvidarse les sucederán de no tener estas precauciones que hoy os quiero transmitir, a pesar de ser suaves o de marcas conocidas la herramienta elegida y la zona a rasurar. Más aún si la piel de cualquiera de vosotras y vosotros es sensible y fácilmente irritable, bien por sequedad, granitos, ser fina, etc.
¡¡Ah!! Y dejarme que no distinga entre afeitado o rasurado. Anteriormente ya he anotado que, en definitiva, es la misma cosa, además de referirme que estos consejos son para cualquier parte del cuerpo.
CON MAQUINAS ELÉCTRICAS:
Antes de proceder al rasurado eléctrico, deberéis aplicaros algo que hacen las estrellas de cine: unos polvos de talco sobre la zona a rasurar. ¿Sencillo, verdad? Notaréis que vuestra piel se deslizará suave y más rápidamente sobre la piel y, además, al terminar, no estará irritada en absoluto. Los polvos de talco han actuado a modo de una eficiente barrera, tanto contra el rozamiento como en contra del calor. ¡¡Qué bueno!! Vamos, el rasurado pluscuamperfecto.
Si después os ducháis (o enjuagáis la cara en el caso de los hombres posterior al afeitado), hacerlo con un gel o jabón ligeramente ácido (pH entre 5,5 y 6,5, que es similar al pH de la piel, mejor si están exentos de metales pesados, parabenos, etc.), para, finalmente, terminar con la aplicación de una crema hidratante en función a la calidad de vuestra piel, siempre dentro de las particularidades citadas para el gel o el jabón utilizado (o una de aloe vera lo más natural posible, mejor directamente de la planta, en jugo).
CON CUCHILLAS:
Rasúrate, siempre y sea cual sea la zona, después de ducharte (o lavado de cabeza o barba en los hombres), puesto que el vello (o barba o pelo varoniles) se habrá ablandado sustancialmente, ayudándote a la operación. Ya te he indicado con qué tipo de gel o jabón debes hacerlo.
Seguidamente, aplicar una crema ligeramente grasienta en la zona a rasurar (la crema Nivea es excelente para esta finalidad). Y después, encima de ella, aplicaros el gel o jabón ya mencionado o una espuma similar, aunque deberás esperar unos segundos a fin de que ablande el indeseable vello (o barba o cabello a rasurar en el caso de los hombres). Aprovecha, mientras tanto, para quitarte esos pelos de la nariz o de las orejas que tanto afean (o depilarte a pinza las cejas –seas hombre o mujer- o los pelillos del mentón o del labio superior las mujeres).
Después, rasúrate como de costumbre. Notarás más suavidad en las cuchillas y un mejor apurado que si no lo hicieras. Te aseguro que, al finalizar, la zona rasurada (o afeitada) estará más hidratada, nada enrojecida ni con esos escozores de otras veces en la que no habéis efectuado estos consejos (extraídos de mis libros Tony-Trucos de belleza que durante casi doce años ofrecí en TVE-1, en el programa matinal “Así son las cosas”, aquel que tan sabiamente dirigía Alfonso Yunta y bajo la presentación de Manolo Jiménez).
No será necesario realizarte una segunda pasada ni aplicarte crema alguna posterior, puesto que la crema se habrá absorbida en tu piel y ella quedará fijada en buena medida. De necesitar darte una segunda pasada (por las razones que sean), vuelve a aplicar la crema de manos, aunque en menor cantidad, de igual manera que el gel o el jabón.
Y hasta aquí hemos llegado por hoy, amigas y amigos. Seguir enviándome vuestras sugerencias y yo procuraré contestarlas - dentro de mis modestos conocimientos, claro- para vuestra belleza en casa.
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