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Sobre este blog

Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

Cumpleaños 'cordopolita' en la redacción.

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1. Se reconocen y protegen los derechos: d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.

Artículo 20 Constitución Española

La prensa local es un antídoto contra la desinformación. La frase no es mía, sino que es un titular de Pepe Cerezo en El País con el que no puedo estar más de acuerdo. En su ensayo, Pepe señala que en Estados Unidos habían desaparecido 1.800 medios de información local desde 2004. Su espacio era ocupado por medios partidistas o directamente por las redes sociales. Las comunidades locales acababan perdiendo un referente, una identidad y un lugar al que acudir para informarse. Y aquí es donde aparece nuestra Constitución.

El artículo 20 defiende la Libertad de Prensa, pero también el derecho ciudadano a “recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión”. En todas las constituciones democráticas del mundo aparece este derecho, que es un deber sagrado para los periodistas: debemos publicar información veraz. Así y solo así conseguiremos sociedades democráticas sanas. Y tenemos una tremenda responsabilidad en que así sea.

Nadie duda de la tremenda crisis reputacional del periodismo en España. Cuando el CIS pregunta por las profesiones menos creíbles y más denostadas de España, la primera es la de político. La segunda, la de periodista. No me extraña. Algunos se han tomado muy en serio lo del cuarto poder. Y no es algo exclusivo de España, ni mucho menos, si no un fenómeno mundial.

Hace diez años, cuatro periodistas decidimos crear este periódico que hoy están leyendo. Rafa Madero, Manu J. Albert, Víctor Molino y un servidor se liaron la manta a la cabeza sin saber muy bien lo que se les venía encima. Lo único que queríamos era un periódico en el que poder publicar las cosas que nos encantaría leer, sin cortapisas, sin tener que mirar a la cuenta de resultados ni contentar a nadie. Y no, no es fácil.

El periodismo es un oficio caro. El periodista es un trabajador mal pagado. Pero es una profesión clave para la sociedad. Sin medios libres y rigurosos, sin una información categorizada, analizada, contrastada, sin un contrapoder de verdad, las comunidades locales son bastante peores. Sin periódicos de referencia que filtren, los ciudadanos buscarán la información por sus propios medios. Hoy, esa información alternativa está en las redes sociales, una especie de salvaje Oeste donde todo vale y donde el que de verdad filtra es un algoritmo privado que decide qué te muestra o qué te oculta, y que sirve únicamente para que muy pocas empresas tecnológicas ganen mucho dinero.

Por eso vivimos, como prensa y como sociedad, un momento clave en el que nos jugamos el futuro. Y por eso se hace cada vez más imprescindible aquella frase que un jefe le repetía una y otra vez a Enric González: “Cada mesa, un Vietnam”.

No es fácil resistir a todo tipo de presiones para alcanzar esa información importante y veraz, pero es nuestro trabajo. Podemos claudicar, sí, pero eso es pan para hoy y hambre para mañana. Por que al final se verá el cartón y pasará lo que detecta el CIS.

Cuando la prensa deja de ser libre la sociedad tampoco lo es. Y cuando eso ocurre, la democracia se resiente.

Por eso es importante para cualquier demócrata garantizar que los medios sean libres e independientes, y para los ciudadanos volver a pagar por la mejor información, la que sea, la que más le guste.

Modestamente, una de las cosas de las que más orgulloso me siento es la de haber contribuido, en la medida de nuestras posibilidades, a defender ese cachito de democracia desde Córdoba. Convalida todos los disgustos, todas las jornadas maratonianas y todas las preocupaciones de estos diez años, que no han sido tantos.

Gracias a todos los lectores por habernos ayudado a ser mejores, por habernos criticado cuando lo merecíamos, por habernos informado de asuntos a los que no llegábamos y por habernos seguido. Y también a todos los que han pasado por aquí, los que estuvieron, los que están y los que vendrán.

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Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

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