Hacia lo desconocido
El cambio y lo desconocido dan miedo. Históricamente, solo los valientes se atrevían a explorar el lugar donde no había estado nadie, a zarpar hacia mares que no se sabía si tenían fin. Muchos murieron y no volvieron. Se ahogaron en la travesía o aquel lugar por el que nadie pasaba era un riesgo mortal obvio. Pero otros, pocos, sobrevivieron para contarlo, descubrieron nuevos mundos o triunfaron.
España se sumergirá esta noche en territorio desconocido, con escenarios probables: que el que gane no gobierne (bueno, como en estos últimos diez meses) o que entre en el Gobierno partidos a los que en Europa ponen cordones sanitarios. O quizás, y esta es mi apuesta, a que los partidos sean incapaces de ponerse de acuerdo y España se sumerja, nuevamente, en meses de gobiernos transitorios y elecciones repetidas. A saber.
A las diez de la noche saldremos de dudas y por fin podremos responder a la pregunta que desde hace dos meses asalta a millones de españoles. Será entonces cuando empezarán las sumas, se hundirán expectativas de unos, se culminarán las de otros. Habrá gozo y frustración. Miedo y esperanza.
Pase lo que pase, el país habrá virado su propio Cabo de Hornos y se enfrentará a un escenario nunca visto. Por fin, dicen algunos, seremos europeos de verdad. Lo raro era lo que pasaba en España, con una derecha que ha permanecido unida más de 30 años. Eso es Europa. También.
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