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Som energia

Ángel Ramírez

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En cualquier análisis o encuesta que hiciéramos para identificar los principales problemas del planeta no faltarían dos: el cambio climático y la desigualdad. Del cambio climático poco queda ya por decir y todo por hacer, un lío descomunal en el que nos hemos metido, tan desmesurado que optamos por imaginar que no existe.

La desigualdad forma parte del capitalismo, una máquina de producir cosas e innovaciones, pero torpe para generar sociedades igualitarias. Siempre ha sido así, pero esta especie de capitalismo financiero, feudal y posteconómico (recomiendo el libro de Antonio Baños Boncompain, Posteconomía) es una máquina brutal de generar desigualdad. En eso, España, que en tantas cosas va retrasada, es la primera de la clase. Según los datos recogidos por Eurostat (el ratio 80/20) España es el país más desigual de la Europa de los 27, tiene una desigualdad casi sobresaliente (7,5 frente al modesto 5,7 de media de la eurozona). Estamos en ratios de desigualdad similares al año 81, recién salidos del franquismo. Y eso tras más de treinta años de democracia, durante veintiuno de los cuáles tuvimos gobiernos socialistas.

Pues estas dos cuestiones tan graves son las que afronta un proyecto denominado Som energia, una cooperativa sin ánimo de lucro puesta en marcha por un grupo de personas vinculadas a la Universitat de Girona que decidieron reproducir experiencias exitosas en otros países para promover la participación de la ciudadanía en un cambio de modelo energético. Su análisis es sencillo: el sistema actual se basa en unos cuantos operadores que generan energía (mayoritariamente contaminante) y en toda la población que la consume sí o sí, y al precio que le pongan. Unos poquitos producen y otros muchos consumen, o sea, la televisión. Con las tecnologías energéticas y de comunicación actuales todos podemos ser productores de energías renovables y consumidores, o sea, internet. Se trata de llevar a la energía la revolución que ha ocurrido en el mundo de las comunicaciones y la información, distribuir el enorme poder que concentra el modelo actual y dejar de producir cambio climático, entre otras patologías que me ahorro. Y usted y yo podemos participar de este proyecto cooperativo prácticamente sin coste, simplemente cambiando nuestro proveedor de electricidad. Parece complicado, pero no lo es, y si queréis saber cómo se hace o ya directamente sumaros a los 3791 socios actuales, consultad su página web o, todavía mejor, id el próximo viernes 26 a las 19.30 a la sede de La Tejedora. Allí, todo un clásico, Pepe Larios, os explicará cómo funciona la cosa, y quizás entendáis algo de ese arcano que es el sistema energético actual. Porque, aunque todos los días nos bombardeen con lo contrario, somos más energía de lo que creemos.

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