Once pelagatos
La política normalmente es aburrida, está llena de palabras huecas y por lo general mal usadas, consecuencia del exceso de intención que es consustancial a esta cosa. Ahora se han sumado unas cuantas ( inteligencia colectiva, sentires, y todas las derivadas del movimiento desdeabajista) y aunque al principio ilusionan terminan siendo usadas en vano. Estábamos ya aburridillos del quincemayismo lingüístico y se ha dejado caer José Luis Serrano, presidente del grupo parlamentario de Podemos Andalucía y sin embargo amigo, con una perla refiriéndose a los firmantes de un manifiesto como “once pelagatos”. José Luis es persona leída y escrita, autor de varias novelas, yo le cogí cariño a su Amparo Larios, una abogada contra la corrupción en la Granada de los noventa, y nuestro amigo anda ahora intentando construir el relato de Podemos Andalucía, un novelón no sabemos aún de qué género.
A lo que íbamos, que pelagatos es palabra de esas que apenas se usa, rezuma cierta crueldad y clasismo, pero resuena talentosa, como tantas palabras compuestas de la cultura popular andaluza, pienso ahora en el flamenco Caracafé, el Malacara o el carnavalero Masapapas.Tiene esa cosa popular y a la vez es muy hipster, así que es radicalmente podemita. Once pelagatos podría ser una novela de Agatha Christie , una película de Kurosawa, o una banda de esas que tocan en el Ambigú de La Axerquía. Menos mal que no nos van a poner en el aprieto porque a mí me costaría mucho no votar a una cosa que se llamara Izquierda Unida y Los Once Pelagatos, que ahora de pronto me ha sonado a película de Fumanchú.
La verdad es que no pasaría nada porque nuestros políticos se dejaran llevar un poquito con esto del lenguaje, sobre todo si tienen talento, porque los totales que nos ponen en los informativos dejan mucho que desear. Así que haced la revolución, el cambio o lo que sea, pero si es posible, y mientras que si o si no, no nos aburráis. Pelagatos, que sois unos pelagatos.
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