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Sobre este blog

Sergio Gracia Montes es graduado en Derecho por la Universidad de Córdoba. En 2018 impulsa desde Córdoba el Centro de Investigación de la Extrema Derecha (Cinved), con el que analiza y estudia los movimientos populistas y extremistas en España y a nivel internacional. Gracia cuenta con amplia formación en materia religiosa, política y de derechos humanos, e interviene en medios nacionales (Cuatro, La Sexta, Huffington Post, El Independiente, El Confidencial o El Temps) como experto en fanatismos y movimientos de ultraderecha.

Ecofascismo (2): la línea verde de la extrema derecha

Tractorada de los agricultores por Córdoba

Sergio Gracia

21 de marzo de 2024 20:10 h

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El cambio climático al que estamos asistiendo es un hecho que está más que comprobado científicamente, donde los científicos coinciden casi de forma unánime en que el ser humano es el responsable de dicha crisis, algo que es cuestionado y atacado de forma virulenta desde los sectores más reaccionarios y negacionistas de la extrema derecha aún a riesgo incluso de hacer el ridículo.

Esta extrema derecha quiere obviar si o si el aumento de temperaturas, el incremento de huracanes, las sequías más persistentes, el deshielo de los polos, tsunamis y tormentas más intensas, mayor propagación de enfermedades, el aumento del nivel del mar, el incremento del precio de los productos o la desaparición de especies animales, y aún, así siguen negando la mayor. Teniendo todo esto unas consecuencias directas sobre la población a nivel mundial como el aumento de hambrunas, la aparición o reaparición de enfermedades, el desplazamiento forzoso de poblaciones completas o el cambio en las condiciones de producción de alimentos.

Podríamos estar días, semanas o meses mostrándoles estás evidencias o hablándoles de ciencia de datos para la comprensión del clima, de la predicción y adaptación al clima, de evaluación de riesgos, de alertas tempranas, de energías renovables y sostenibilidad, de políticas climáticas y toma de decisiones, de monitoreo de emisiones, de comunicación y educación climática, de tecnología satelital, de blockchain, de transparencia, de participación ciudadana y datos de crowdsourcing etc y seguirían negándolo.

Su negacionismo es una amalgama compuesta por intereses económicos, rechazo ideológico (sin argumentos ni fundamentos sostenibles), y tesis eugenésicas de siglos pasados que impulsaron algunos intelectuales que hoy se han convertido nuevamente en referentes en la materia, a los que habría que añadir una parte de ecoterroristas.

Entre los máximos exponentes del ecologismo de extrema derecha bajo el que se ha forjado el actual ecofascismo podemos destacar a Thomas Malthus que distinguía entre vida “civilizada” y “salvaje”, casualmente, los segundos eran los indígenas, no blancos y colonizados, a Madison Grant que tuvo grandes conexiones con Roosevelt y que fue una inspiración para el propio Hitler o Joseph Arthur de Gobineau basando sus postulados en el desarrollo y defensa de ideas especialmente eugenésicas.

A estos podríamos añadir otros nombres como los de Galton, Georges Vacher, Savitri Devi o Houston Stewart Chamberlain. Joseph Arthur de Gobineau escribió “Ensayo sobre la desigualdad de los seres humanos” un libro de referencia entre la extrema derecha, donde entre sus párrafos podemos leer cosas como “Cuando la mirada se fija un instante en un individuo así conformado, el espíritu recuerda involuntariamente la estructura del simio y se siente inclinado a admitir que las razas negras del África occidental han salido de un tronco que no tiene nada de común, fuera de ciertas analogías de forma, con la raza mongol” o “A medida que todas estas razas se alejan en demasía del tipo blanco, sus rasgos y sus miembros experimentan incorrecciones de formas, defectos de proporción que, al acentuarse, como en aquellas que han acabado por resultarnos extrañas, ofrecen una fealdad exagerada, lote antiguo, carácter indeleble de la mayoría de ramas de la especie humana”.

En los años 30 del S.XX aparecen los camisas verdes en Francia liderados por Henry Dorgères como consecuencia del colapso de los precios agrícolas ¿Similitudes con lo que está pasando actualmente? También apareció la Unión Británica de Fascistas (BUF) de Mosley.

El mundo rural fue la punta de lanza siempre para la extrema derecha. Hoy se apoyan nuevamente en ese mundo rural. Recordemos a Abascal a lomos de un caballo. No olvidemos a Le Pen y la vaca de 2017, y el apoyo que siempre tuvo de la Francia rural. Podemos recordar las crisis de los tomates de España, pero también de Francia. Tampoco podemos ignorar los discursos de Wilders, que cogió en su día la bandera contra transición verde.

Demasiadas similitudes entre lo que ocurre hoy y la semilla plantada en los primeros años del S.XXI cuando los agricultores ya se quejaban del ecologismo, de la burocracia, de los elevados costes de producción o de la subida de los precios de los terrenos agrícolas.

La ultraderecha ha intentado infiltrar en el movimiento ecologista siempre a sus grupúsculos. No olvidemos en España a movimientos como Hispania Verde o Ibernatura https://arainfo.org/hispania-verde-asociacion-con-vinculos-nazis-pide-apoyo-institucional/ .

En los últimos meses, la ultraderecha ha cambiado el paso en su avance en materia ecologista y en lo que tiene que ver con el cambio climático, ya que ha pasado de un negacionismo extremo o de ignorarlo, a culpar a otros países de ser los responsables, restando importancia a las acciones propias. Lo de culpar “al otro” de los males es muy propio de la extrema derecha. Esto sucede con todos y cada uno de los caudillos supremacistas que han ido apareciendo en los últimos años.

Pero a pesar de cambiar el paso, y no negar ahora dicho cambio climático, su estrategia es la de no aportar nada para solucionar el problema, buscar la desafección de la gente y criticar toda medida que se pueda llevar a cabo. Este negacionismo se ha incitado desde los principales líderes de partidos conservadores y de extrema derecha empezando por Abascal que en su momento decía “Desconozco las cuestiones científicas, pero me gusta mucho el campo” y terminando por Isabel Díaz Ayuso que se despachó con un “el cambio climático ha sucedido y sucede siempre”. “Esto es eternohttps://www.eldiario.es/politica/ayuso-conspiracion-izquierda-emergencia-climatica_129_9311731.html .

Otros como Buxadé, Jaak Madison o Lars Patrick Berg que votaron en contra de la emergencia climática en el Parlamento Europeo, criticaron de forma enfurecida la invitación de Greta Thunberg a la comisión de Medio Ambiente de la Eurocámara. Buxadé ha llevado una cruzada personal contra Greta Thunberg, como se puede ver en sus declaraciones.

Bolsonaro por su parte, llevó a cabo una política radical y extremista destruyendo los pueblos del Amazonas, aumentando la deforestación y atacando a los pueblos originarios de forma racista, donde amenazó con su desaparición.

Trump, el mismo que dijo que podría disparar a alguien por la calle y le seguirían votando o el mismo que ha dicho recientemente que habrá un baño de sangre, dijo en su momento que el calentamiento global era «un concepto creado por los chinos con el fin de hacer que la industria manufacturera estadounidense pierda competitividad».

Todos hablan de la Agenda 2030 pero ninguno es capaz de explicar en qué consiste y dónde está el problema.

Para entender el batiburrillo que tienen en la cabeza podemos recordar que en 2019 Francisco José Alcaraz (VOX) impidió que el Senado aprobase una declaración institucional de apoyo a las islas Canarias por los incendios que sufrieron https://www.eldiario.es/canariasahora/sociedad/vox-declaracion-institucional-gran-canaria-incendio-fuego-ifvalleseco_1_1381228.html .

A todo esto, tenemos que añadir la difusión masiva de bulos como “Sánchez ha destruido 256 presas y embalses” o “Sin estas presas y embalses hay menos agua y sin agua no hay agricultura ni ganadería”, a los que podríamos sumar otros como la fumigación de personas o el fenómeno de los chemtrail algo que nos lleva al conspiracionismo, donde estos “librepensadores” especulan con temas como lluvias de polímeros, planes para modificar el clima o contaminación de la cadena alimenticia. Todo ello sin ninguna aportación científica https://www.newtral.es/teoria-conspiracion-chemtrails/20230509/ .

El ecofascismo se apoya en diferentes temas como si un círculo vicioso se tratase, para llegar al mismo punto de origen, donde enlaza superpoblación humana, la migración y el multiculturalismo.

A través de la desinformación han creado una narrativa contra el cambio climático con la pretensión de desautorizarla, donde se ha buscado desacreditar evidencias científicas, buscando sembrar incertidumbre a través del miedo para generar el escepticismo. Poniendo para ello a su servicio, una gran cantidad de medios de comunicación que le hicieron de altavoz y le dieron una gran visibilidad.

Por eso, para luchar contra las políticas y los discursos negacionistas y apocalípticos de la extrema derecha, los partidos moderados y progresistas deben armar el lenguaje y defender los argumentos, y no comprar dichos discursos por un temor a la fuga de votos. Sólo con ideas firmes se combaten las fake news, el catastrofismo y el discurso del miedo.

Sobre este blog

Sergio Gracia Montes es graduado en Derecho por la Universidad de Córdoba. En 2018 impulsa desde Córdoba el Centro de Investigación de la Extrema Derecha (Cinved), con el que analiza y estudia los movimientos populistas y extremistas en España y a nivel internacional. Gracia cuenta con amplia formación en materia religiosa, política y de derechos humanos, e interviene en medios nacionales (Cuatro, La Sexta, Huffington Post, El Independiente, El Confidencial o El Temps) como experto en fanatismos y movimientos de ultraderecha.

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