Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
Kubrick
-Stanley, perdone, pero ésta es la mejor película de la Historia.
-Sí, puede ser. Pero es que las películas crecen, se desarrollan o se enmierdan o se diluyen según el tiempo en que las ves. El tiempo que o bien las arrasa o las pone en el foco.
-Pues yo acabo de ver Senderos de Gloria, entre informativo e informativo, entre tertuliano y tertuliano. La he vuelto a ver en el Ente Público.
-“Ente” y “Público”; tiene gracia la cosa…
-En Senderos de Gloria no hay tertulianos, nadie opina. Sólo actúan. Pero para la que está cayendo, sí; reconozco que es una buena peli. Y lo seguirá siendo, me temo.
-En las trincheras no hay espacio para opinar, sólo hay metralla y barro y deseo de volver a casa.
-Y una forma de mirar.
-Y un plano-secuencia que intenta explicarlo.
-Sale una mujer, por fin.
-Al final. En la secuencia de la cantina; pero no es una mujer, es un instrumento, un pájaro. Canta y hace llorar a los soldados.
-Te la jugaste con eso, Stanley.
-Ya te digo. Pase miedo.
-“El patriotismo es el refugio de los canallas”, dice Kirk Douglas.
-Yo no escribí eso. Yo sólo tenía una cámara y enfocaba a los actores. A los ojos, al pecho. A las polainas, a las botas.
-Los fusilaste.
-Sí. La cámara es un fusil. Soy director de cine, estoy a cargo de un pelotón.
-Le quiero mucho, Stanley. Le quiero con todo mi sangrante corazón.
-Lo sé. No es buena cosa. Quien me quiere, sufre. De alguna manera.
-No hay más preguntas, señor Kubrick.
-Gracias. Tampoco tengo mucho más que responder.
Sobre este blog
Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
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