Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Fútbol en el barrio

Juan José Fernández Palomo

0

Al bar del barrio apenas entran mujeres. A veces, algunas se sientan en la terraza al atardecer; no muchas.

En el bar del barrio se ve fútbol en la tele. Los parroquianos son –cómo no- del Córdoba y del Real Madrid (mal año han pasado). No debe usted fiarse de esos que dicen ser “primero de mi Córdoba y luego del Real Madrid”. Mienten: son madridistas. Así de simple.

Una de estas tardes pregunté al llegar: ¿No ponéis el EE.UU-España del Mundial de Fútbol femenino? No, vamos a poner la fase de ascenso a Segunda División entre el Mirandés y la Ponferradina, me contestaron.

A esos que cuelgan la bandera roja y gualda en sus balcones, el mundial Femenino les importaba uno de sus santos huevos.

Curioso. Pero no tanto. El fútbol “de niñas” no existe para ellos.

No son capaces de entender que media selección de las mujeres de EE.UU o de España, cojas y con un brazo atado a la espalda, le ganarían 99 partidos de 100 a “su” Córdoba C.F. El otro, lo empatarían. Por no decir cómo vencerían al Mirandés seiscientas a veces seguidas.

A los que nos que gusta el fútbol, más allá de su dimensión deportiva, sino también en su vertiente social y hasta geopolítica, lo estamos pasando muy bien viendo el Mundial Femenino. Juegan de puta madre, técnica y tácticamente, apenas recurren a la trampa y no hacen el “teatro” que practican muchas estrellitas masculinas que, en cualquier roce, se tiran como si se hubieran quedado tetrapléjicos de por vida.

Toda una lección que también trasladan a sus declaraciones públicas, como el lema de la selección alemana: “No tenemos pelotas; pero sabemos cómo usarlas”. Genial.

O lo que ha dicho la capitana de EE:UU, Megan Rapinoe, excelente futbolista lesbiana y activista por los derechos LGTBI en la tierra de Trump, ese presidente que se escapó de un episodio de Los Simpsons:

“De ninguna manera seremos invitadas; no vamos a ir a la puta Casa Blanca”. Ole su coño.

Bien; pues en el bar ven el partido del Mirandés y, después de tomarse unas cervezas, se subirán a casa y sus mujeres les tendrán preparada la cena.

Así está la cosa.

Etiquetas
stats