Justicia retributiva
Queremos acercar nuestro sueldo a los concejales de Granada y Cádiz
¿Se puede estar en contra de subir el sueldo de los currantes pobres mientras te metes en el bolsillo un incremento del 8,5%? Se puede. De hecho, nuestro entrañable Gobierno municipal acaba de proponer un aumento de esa naturaleza para los concejales y concejalas del Ayuntamiento de Córdoba. Es lo que tiene formar parte del consejo de administración de tu propia empresa. Que te pones la nómina que te sale de las narices con el dinero de los accionistas. ¿Y quiénes son los accionistas? Pues eso.
Hasta antes de ayer incrementar el salario mínimo interprofesional de trabajadores que cobraban 735 euros al mes era una grave amenaza para la estabilidad económica de España. Nos llovían los informes técnicos que anunciaban las siete plagas bíblicas si cometíamos la temeridad de equiparar el salario mínimo al 60% del sueldo medio de España como, por cierto, recomienda la OCDE.
Ese ingenioso truco ya se lo vimos a la patronal hace unos cuantos meses. El señor Garamendi pide moderación salarial con la mano derecha, mientras que con la izquierda se sube sus retribuciones un 9%. Que oiga. Pero claro: el presidente de la patronal apenas cobra 385.000 euros de nada y debe de llegar a fin de mes con la lengua fuera. Con esa birria de nómina, no nos cuadra que encima se opusiera al tope del gas con las consecuencias tan beneficiosas que ha tenido para su factura eléctrica.
El aumento retributivo previsto colocará el sueldo del señor alcalde en los 69.260 euros, todavía por debajo del salario de su colega granadino y poco más del gaditano. Nuestro equipo de gobierno local no quiere subirse la nómina por capricho. Por lo visto, ha propuesto un incremento del 8,5% para acercarse a las retribuciones de sus colegas munícipes de Cádiz y de Granada. Que luego se encuentran en los congresos regionales del partido y pasan un sofoco tremendo cuando compiten a ver quién la tiene más larga. La nómina, queremos decir.
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