Cuerpo a tierra
"La UE se ha topado con el pueblo
(Elena Cortés. Consejera de Vivienda)
Aunque no se ve a simple vista, esta frase tiene un haz y un envés. Sobre el envés, que no es visible, no tenemos nada que objetar. Ahí se aloja una consejera de Vivienda preocupada por la vivienda y dispuesta a no quedarse cruzada de brazos mientras miles de ciudadanos son desahuciados. No sabemos si el decreto que permite expropiar casas vacías a bancos e inmobiliarias tiene base jurídica, pero desde luego lo que sí tiene es fundamento ético y social.
Por ahí, nuestro aplauso a la consejera. Por fin, un responsable político echa mano de la política para intentar resolver un problema político. Hasta ahora, lo que hemos venido viendo es una tropa de espectadores que se dedican a contemplar cómo cae el apocalipsis
financiero sobre nosotros. Y aquí llega una jovencita impetuosa que viene a darle la vuelta como a un calcetín a una legislación inoperante que permite 650.000 viviendas vacías. Desde ese punto de vista, reivindicamos la bisoñez.
La misma bisoñez, por otra parte, que lleva a la consejera a usar el sustantivo pueblo en su acepción más espinosa. En términos políticos, la palabra pueblo nos produce escalofríos. Cada vez que la escuchamos por boca de un líder o similares nos sentimos parte de una masa informe que se estremece ante el caudillo de turno. Comprendan, consecuentemente, el pavor que nos infunde el vocablo.
A la consejera, en cambio, le enaltece el ánimo. Tanto que amenaza a la mismísima Unión Europea con echarle el pueblo a los pies si pone reparos al decreto sobre vivienda. ¿Qué pueblo?, se preguntará usted teniendo en cuenta que el partido que la sustenta obtuvo un respaldo del 11 por ciento del electorado. En todo caso, estimados euroburócratas, ya están advertidos.
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