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Mercedes Osuna: “Un mundo pilotado por mujeres sería mucho mejor”

Entrevista N&B a Mercedes Osuna, investigadora de la UCO y directora de la Cátedra Intercultural

Aristóteles Moreno

28 de junio de 2025 20:22 h

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Tomó conciencia de la igualdad de género cuando el feminismo todavía era una extravagancia poco recomendable. Franco aún no había muerto y el 70% de las mujeres vivían enclaustradas en las labores del hogar. Mercedes Osuna puso el pie en EE.UU. con 23 años. Aterrizó en Oregón en 1979 con una beca para estudiar literatura inglesa. Y ya su catedrático puso en aviso al departamento americano: “Ojo, que la alumna va para allá es feminista”.

Y tanto. Ha dedicado buena parte de su investigación académica a los estudios de género. Entre 2006 y 2015 dirigió la Cátedra de la Mujer de la UCO y hoy lidera la Cátedra Intercultural. La semana pasada presentó junto a María Isabel Amor un informe sobre la perspectiva de género entre el alumnado de la Universidad de Córdoba. Los resultados removieron la tierra bajo nuestros pies. Veamos.

El machismo es muy difícil de erradicar

PREGUNTA. El informe sostiene que el 80% del alumnado piensa que “cuando una mujer dice no, quiere decir sí”.

RESPUESTA. No es exactamente así, aunque es un titular muy goloso.

P. ¿Y cuál es el titular correcto?

R. La pregunta que se hace en la encuesta es “si has oído esa frase”. Y el 84% contesta afirmativamente. Cuando una frase se oye es que está en uso y, por lo tanto, está presente en el imaginario colectivo. Eso es preocupante porque si yo ahora digo una frase que no refleje la realidad de hoy, esa frase no se comprende.

P. O sea: que la mayoría de los alumnos no piensan eso, pero es una frase que no ha caducado.

R. Claro. Casi el 90% de las universitarias han oído comentarios y chistes molestos para las chicas. En una universidad donde pensamos que están las personas más preparadas e informadas, pues choca. El 84% piensa que la agresión sexual está mal, pero de hecho sigue pasando y va un aumento. En la jornada de presentación del informe reunimos a todas las entidades que se ocupan de este asunto. Y cuando se ocupan es porque existe, ¿no?

Entrevista N&B a Mercedes Osuna, investigadora de la UCO y directora de la Cátedra Intercultural

P. Si el 84% de los alumnos piensan que la agresión sexual está mal, es que el 16% restante no piensa que esté mal.

R. Eso es. Y entre los que piensan que está mal, alguno que otro, aún a sabiendas de que está mal, lo hace.

P. ¿Y qué hemos hecho mal como sociedad para que esta sea la fotografía actual?

R. La estructura patriarcal está muy arraigada. Y en la crianza, una tarea enormemente difícil, no nos damos cuenta de que hasta los 2 años el niño o la niña ya comienza a ver, a imitar y a percibir. Y no le digo ya hasta los 6 años. Esa es la base de la educación. Si ese niño o esa niña ve que el padre goza de mayor libertad que la madre o que tienen más peso sus opiniones, pues eso influye en la crianza. Las leyes, las instituciones y la sociedad pueden emitir un discurso determinado, pero luego está la casa. La familia.

P. El machismo es un endemismo crónico difícil de erradicar.

R. Muy difícil. Eso que ahora se llaman micromachismos yo creo que es machismo en toda regla, aunque más sutil. Antes sabías a lo que te enfrentabas. Te lo decían a boca llena. “Es que cuando decís que no, queréis decir que sí”. “Es que vais provocando”. “Es que las mujeres tienen más que perder”. “Es que ella se lo ha buscado”.

¿La universidad es un antídoto contra el machismo? Debería serlo, pero no lo es

Mercedes Osuna (Córdoba, 1955) quería estudiar Filología Clásica, pero se le atragantó el griego. Fue entonces cuando se le cruzó la Filología Inglesa y acabó montada en un avión con destino a EE.UU. y una beca de dos años debajo del brazo. Supo que estaba en un país distinto cuando en un transbordo, ya en suelo americano, abrió los ojos y miró a su alrededor.

P. ¿Y qué vio?

R. Había muchísima diferencia física, de estilo y de modo de vestir. Reconozco que la adaptación me costó bastante porque aquello no era Europa. Entonces me di cuenta del significado de ser europeo en EE.UU. Allí no me presentaban como española para que no me confundieran con hispana. Me presentaban como europea.

P. ¿Y qué significa ser europeo en Estados Unidos?

R. En Estados Unidos ser europeo te daba un estatus, que evidentemente no le daban a los hispanos.

P. Que eran ciudadanos de segunda categoría.

R. La persona que tenía la condición de europea automáticamente subía de estatus.

Entrevista N&B a Mercedes Osuna, investigadora de la UCO y directora de la Cátedra Intercultural

P. O sea: Donald Trump no está inventando nada que no existiera ya.

R. No. Lo que pasa es que entonces eran otras formas. De hecho, ocurre lo mismo con el feminismo. Para mí fue un shock tremendo descubrir que allí se trataba bien a las minorías, pero, en realidad, se les daban caramelitos para que pensasen que estaban consiguiendo cosas. Yo allí pude ver el sexismo. Y, de hecho, años después de que las mujeres consiguieran trabajar fuera de casa, ahora vuelven a sus hogares.

P. Usted descubre el feminismo en EE.UU.

R. No. Yo ya venía con ese defecto de origen. Una de las razones que al catedrático le anima a mandarme allí es porque sabe que, por mi forma de ser, no me voy a volver sino que voy a aguantar como sea. Y además avisa: “Cuidado, que esta alumna que viene es feminista”.

P. El catedrático avisa al departamento americano.

R. Él avisa allí. Y entonces mi tutor, tras una discusión, me dijo: “Nos habían avisado de que era feminista, pero no feminista radical”. Hablamos del año 79 en Estados Unidos. Es decir, que nos vendían algo que realmente no estaban dando.

Lo que ahora se llama micromachismo es un machismo en toda regla

P. La sociedad americana era más conservadora de lo que imaginaba.

R. Aparentemente la sociedad americana era muy abierta, pero lo que yo observé fue una sociedad muy puritana. Y tuve la sensación de que nos estaban engañando.

P. ¿Más puritana que la española? Hablamos del año 79. Franco se muere en el 75 y España era una sociedad muy católica.

R. Sí. Cuando digo puritana me refiero exactamente a lo que significa ese término. Pero todo bajo una apariencia de libertad y de derechos de la minoría negra y feminista. Y cuando tú escarbas un poquito pasa como aquí en España. Ves el discurso políticamente correcto y dices: “Bueno, esto es humo”.

P. Usted reside dos años en EEUU.

R. Estoy un año y pico porque, aunque me ofrecen un contrato de trabajo, decido volverme a España. Pero me vine con el esquema de tesis sobre una señora pionera feminista. Es allí donde descubro por primera vez a Mary Wollstonecraft.

Entrevista N&B a Mercedes Osuna, investigadora de la UCO y directora de la Cátedra Intercultural

P. ¿Cuándo tomó conciencia del feminismo?

R. Yo tomo conciencia del feminismo desde la adolescencia. Mi madre era una persona muy peculiar, que no correspondía con una mujer de su época. Yo oía el discurso de mi madre, que evidentemente no llegaba a ser feminista con los cánones de ahora, pero ella me decía: “Tú tienes que estudiar. Tienes que trabajar”. Y mi padre, que era un hombre conservador, fue siempre una persona muy respetuosa. Jamás me coartó. Al contrario, cuando decidí irme a Sevilla y a EEUU, me apoyó. Estoy hablando del año 79, cuando no viajaba casi nadie y mucho menos mujeres solas.

P. Usted fue feminista en un momento en que las feministas eran bichos raros.

R. Siempre recuerdo que cuando a la madre de mi marido le dijo una cuñada mía que yo era feminista, poco menos como si le hubiera dicho que era terrorista. Hasta que mi marido le dijo: “No, tranquila, que no pasa nada”.

P. Que no te va a poner una bomba.

R. Eso pasaba en mis tiempos. En mi casa, sin embargo, mi padre y mi madre veían ya por donde venía yo desde hacía mucho tiempo. Y me transmitían el mensaje de que no necesitaba casarme como era la obligación en aquella época.

La conciliación familiar sigue siendo un mito

P. Usted ha nadado a contracorriente.

R. Yo he sido durante mucho tiempo, y lo sigo siendo, una persona molesta,

P. Conscientemente molesta.

R. Soy molesta cuando digo mis verdades y las demuestro. Las personas se molestan cuando no pueden rebatir argumentos tan básicos. Lo que me extraña es que todavía estemos en negarle a más de la mitad de la población sus derechos humanos. Y no significa que hombres y mujeres seamos iguales. No, por Dios. Eso sería un aburrimiento. Pero sí somos iguales en derechos humanos básicos.

P. ¿El feminismo ha sido una historia de éxito?

R. Ha sido una historia de esfuerzo. Y también de un éxito que es muy difícil ver. La base sigue permaneciendo intacta. Es decir, el objetivo fundamental es que a las mujeres se nos respeten nuestros derechos. ¿Qué pasa? Que los objetivos van cambiando según va cambiando la sociedad. Cuando yo empiezo a trabajar, las necesidades eran unas. Ahora las necesidades son otras. Sobre el feminismo se ha vertido siempre una cortina de humo porque no interesa que se vea.

Entrevista N&B a Mercedes Osuna, investigadora de la UCO y directora de la Cátedra Intercultural

P. Es imposible taparlo. Y es hoy un marco de pensamiento muy extendido socialmente.

R. Pero nacen nuevos discursos. Cuando ya los discursos antiguos no tienen validez, la estructura patriarcal empieza a lanzar otros mensajes.

P. ¿Qué mensajes?

R. La estructura patriarcal piensa que nos hemos empoderado y ahora tratamos de ver cómo fastidiamos. “Ten cuidado porque las mujeres se han empoderado y te pueden hacer mucho daño”. Eso piensan cuando hablamos, por ejemplo, de acoso. “Ten cuidado porque por menos de nada te van a acusar”. O sea, están diciendo que las mujeres somos mentirosas y que, en el fondo, queremos castigar. Y nada más lejos de la realidad. Yo no quiero castigar a nadie. La sociedad viviría mucho mejor si todos y todas la conformáramos de igual manera. Si tardamos lo que tardamos en conseguir el voto, y no se trataba de quitarle la silla a nadie, imagínese lo que es que ahora tengamos que compartir dos sillas: una para la mujer y otra para el hombre.

P. ¿El machismo es solo cosa de hombres?

R. Desgraciadamente no. Todas y todos hemos bebido de la misma fuente machista. Hay mujeres que no analizan la realidad correctamente y que siguen en esa línea de la que hemos bebido todas las personas.

El feminismo ha sido una historia de esfuerzo

P. ¿La ley del solo sí es sí es un cambio de paradigma?

R. El solo sí es sí es de toda la vida. Lo otro es un arraigo machista.

P. Pero es ahora cuando se ha plasmado en una ley.

R. Porque vamos dando pasos. Consentir significa decir sí libre y conscientemente. Una persona que está bebida o drogada no puede consentir.

P. Dos de cada diez universitarios justifican la agresión sexual si hay alcohol y drogas.

R. Fíjese qué barbaridad. Hemos hecho 924 encuestas. Mire el porcentaje en número de personas. Que además son usuarias del ocio. Ahora lo que se lleva es el tardeo. Eso significa que se empieza a beber a la una de la tarde y se termina a la hora que se termina. Hay hombres que han declarado que esperan a que sus víctimas se emborrachen para agredirlas sexualmente. Que me definan eso.

P. ¿Vamos para atrás?

R. Esto siempre ha pasado. En el momento en que las mujeres damos un paso al frente en nuestras libertades, ya se encargan de recortarnos otra vez derechos.

¿El machismo es cosa de hombres? Desgraciadamente no

P. ¿La universidad y la cultura son un antídoto contra el machismo?

R. Debería ser así, pero no lo es. La universidad debería prepararte para que adquieras una madurez. Eso significa que has tenido que reflexionar sobre una serie de cuestiones que te van a guiar durante toda tu vida. La institución está haciendo grandes esfuerzos, pero aquí los estudiantes ya vienen hechos y derechos con 18 años. Hay que deconstruir los mensajes erróneos que se le han dado y volverlos a construir. Y eso en 4 años es muy complicado.

P. 14 violaciones y 55 agresiones sexuales son denunciadas cada día en España. ¿Somos realmente un país civilizado?

R. Tan civilizado como desgraciadamente cualquier otro país. En ningún país del mundo las mujeres son iguales en derechos que los hombres, aunque lo tengan por ley. Aquí por ley somos iguales. Pero luego está el día a día y la cantidad de barreras. Por ejemplo: la mayoría de las universitarias se sienten inseguras por la noche. Eso es un hecho. El verdadero antídoto para el machismo es la reflexión, el respeto y lo que se nos haya inculcado en nuestras casas.

P. El feminismo empieza en la casa.

R. El feminismo empieza en la casa.

P. En una entrevista en 2010, usted dijo: “Hay mucho macho sutil”. ¿Hoy hay mucho machista sin complejos?

R. Sí, los hay. Con el discurso políticamente correcto intentan confundir y hacer como que son feministas. Yo les digo femilistos. Y tenemos que estar continuamente utilizando cuotas. Yo no estoy, en principio, de acuerdo con las cuotas.

Entrevista N&B a Mercedes Osuna, investigadora de la UCO y directora de la Cátedra Intercultural

P. En principio.

R. En principio, no. Lo que pasa es que son necesarias hasta que lleguemos a la igualdad. A mí por ser mujer me atan las piernas y a los varones no.

P. ¿Usted en la universidad tiene que pelear por la igualdad todos los días?

R. Yo tengo que pelear por la igualdad todos los días en todos los sitios. Eso ya forma parte de mi discurso y afortunadamente tengo un sexto sentido que me hace ver el discurso machista. Y automáticamente, pero sin discusiones, contraargumento y punto.

P. Leo en internet lo siguiente: “El antifeminismo emerge como factor movilizador del voto de extrema derecha”. ¿Qué está pasando?

R. Está pasando que hay un discurso de formaciones determinadas que no creen en esto. Hay mujeres y hombres que no son conscientes o no quieren serlo porque no han tenido determinadas dificultades en la vida. Esto es una cuestión de conciencia. Yo he desarrollado una carrera profesional y cada vez que tomaba una decisión con respecto a mi familia, he tenido que renunciar a una parte de mi vida profesional. Tomas una decisión y tiene unas consecuencias. Hay mujeres que piensan que todo esto es inventado y que vemos la realidad desde una perspectiva que ellas no han vivido. Yo tampoco he tenido especiales dificultades, pero eso no importa para que me solidarice y crea que aquella mujer que trabaja en una empresa donde no se contemplan sus derechos necesita de nuestra solidaridad.

P. ¿De qué es síntoma Vox?

R. Yo creo que está muy claro. Tienen una ideología totalmente patriarcal y, por lo tanto, niegan todos los derechos de las mujeres. ¿Tienen mujeres en su formación? Sí. Pero insisto: todos y todas hemos bebido de las mismas fuentes. Y el discurso oficial durante mucho tiempo ha sido el que tiene ahora Vox.

Hay hombres que esperan que sus víctimas se emborrachen para agredirlas sexualmente

P. Hay hombres que se sienten discriminados. Y no es broma.

R. Sí. Lo sé. Pero no son capaces de explicar por qué se sienten discriminados. Si yo entro en una clase con mayoría de mujeres y hablo en femenino, automáticamente algún varón va a decir: “Oiga, que estoy aquí”.

P. ¿A usted le ha pasado eso?

R. A mí me ha pasado eso hace años.

P. ¿Y qué le ha dicho?

R. Lo siento, pero así llevamos nosotras durante siglos.

P. Isabel Díaz Ayuso abre el primer centro para hombres víctimas de la violencia sexual. ¿Me lo explica?

R. ¿Qué quiere que le explique? Vamos a ver. Yo no estoy negando que los hombres no sean objeto de agresiones sexuales. Lo que pasa es que la estadística demuestra que el noventa y tantos por ciento de las personas que denuncian agresiones sexuales son mujeres. ¿Qué es lo que pasa? Esas alertas o esas aplicaciones no se les van a negar a los varones cuando sean víctimas de una agresión sexual. La Policía debe atenderlos de la misma manera. Pero fíjese en el punto violeta. ¿Por qué se instala? Se instala y se sigue manteniendo porque se utiliza. Cuando se inicia una conversación sobre violencia de género, las personas que están en contra siempre tienen un primo, un hermano o un tío que han sufrido violencia de género. Siempre anónimo, por supuesto. ¿Por qué? Porque si tú denuncias no eres macho. O porque estás denunciando que te han humillado.

Las mujeres seguimos siendo las cuidadoras por antonomasia

P. ¿Vivimos bajo una dictadura progre?

R. En absoluto.

P. Hay quien lo cree.

R. ¿Qué derechos estamos quitando? Desgraciadamente, creemos que esto es un asunto de mujeres. El día que entendamos que se trata de un asunto de mujeres y de hombres vamos a vivir todos y todas muchísimo mejor. Yo ya llevo años en esto y no se termina de ver. Y los pocos hombres que lo han visto, le aseguro que han vivido y viven mucho mejor.

P. ¿Qué mito se nos ha caído con Errejón y Monedero?

R. A mí no se me ha caído ningún mito. A ver si nos enteramos de que los acosadores y los agresores no tienen un perfil determinado. Se habla ya del agresor fantasma.

P. ¿El feminismo no es de izquierdas?

R. Se supone que sí, pero no todos los de izquierda son feministas.

Entrevista N&B a Mercedes Osuna, investigadora de la UCO y directora de la Cátedra Intercultural

P. Errejón era muy feminista. Al menos, nominalmente.

R. Tenía un discurso políticamente correcto, pero con el fondo equivocado. Aquí tienes una prueba. Hay muchos pseudofeministas. Quien verdaderamente lo es se supone que debe ser de izquierdas, pero yo también he conocido a muchas personas de derechas que en su día a día son honestas y respetuosas. No pedimos la luna. Pedimos una cosa tan simple como darles derechos humanos a las personas con las que estás conviviendo. Y además somos mayoría.

P. ¿Qué hace un putero como Ábalos en el Consejo de Ministros?

R. Pues no lo sé. Estas cosas cada vez te sorprenden menos.

P. ¿Qué resortes feministas han fallado en el PSOE?

R. Queremos creer que las personas han cambiado, que estamos mejor, que el machismo ya no existe. Porque vamos a ver: ¿quién acaba con las mujeres prostituidas? ¿Ha acabado alguien ya?

P. Usted es abolicionista.

R. Totalmente.

Si entro en una clase con mayoría de mujeres y hablo en femenino, siempre hay un varón que dice: "Oiga, que estoy aquí"

P. ¿Y por qué no se ejecuta ya el programa abolicionista cuando el PSOE lo ha defendido formalmente?

R. Porque la prostitución mueve montañas de dinero.

R. ¿Usted cree que es un problema meramente económico?

R. La economía pesa bastante en todo esto. No nos olvidemos que quien posee el dinero tiene el poder.

P. ¿ El rearme militar es cosa de hombres?

R. En teoría, debería ser así. Pero no necesariamente. No somos totalmente lineales ni coherentes. Precisamente una de las cuestiones más difíciles en esto del feminismo es ser coherente. Dígame alguien que en algún momento no haya sido incoherente con su ideología.

P. ¿Y la OTAN es un club de machirulos?

R. De alguna manera entienden que la unión hace la fuerza y que la fuerza, al final, tiene que ser militar. Sus propias siglas lo dicen. ¿Qué pasa? Que todo eso ha estado relacionado siempre con el poder.

P. Y con la testosterona.

R. Exacto.

Cartel en el despacho de Mercedes Osuna, investigadora de la UCO y directora de la Cátedra Intercultural

P. ¿Y si el mundo estuviera pilotado por mujeres?

R. Yo quiero creer que sería mucho mejor. Pero cuidado: mucho mejor si esa mujer ha reflexionado y sabe a dónde debemos llegar.

P. O sea, si no repite los esquemas masculinos.

R. Efectivamente.

P. ¿La conciliación familiar es un mito?

R. Totalmente. Y a pesar de todos los esfuerzos legales. Es verdad que ahora tenemos permiso parental y maternal, pero seguimos pensando que somos las mujeres las que después de esa baja debemos llevar a nuestro hijo y a nuestra hija al médico o que debemos hacer la adaptación en la guardería. Muchas madres jóvenes se quejan de que en los colegios dejan el número de teléfono de los padres y las siguen llamando a ellas.

P. ¿Quién cuida a nuestros mayores.

R. Fundamentalmente somos las mujeres. Y entre 35 y 50 años es el perfil de las cuidadoras hoy día. Ese mito no se ha caído todavía. Las mujeres somos las cuidadoras por antonomasia. Está fenomenal que trabajemos y ganemos un salario, pero eso sí: que sigamos siendo cuidadoras.

A mí no se me ha caído ningún mito con Errejón y Monedero

P. ¿Y quién compra los calcetines de los hijos?

R. Según me cuentan, son las madres. También veo a padres comprando calcetines, pero no los aplaudo. Muchos dicen: “Es que es muy buen padre porque lleva a los niños al colegio”. Es que es lo que tiene que hacer. Es como premiar a un niño a una niña porque no tienen ningún suspenso. Es que es lo que tienen que hacer.

P. ¿El instinto maternal existe?

R. Yo creo que no. Yo creo que es un mito. Es verdad que hay un vínculo. Tú has tenido a una personita contigo durante 9 meses y eso ha operado unos cambios hormonales en ti. Pero se ha demostrado que muchas mujeres han reconocido que no tienen instinto maternal. ¿Qué es lo que ocurre? Que cuando tú ves a tu hijo o a tu hija tienes un sentido de enorme responsabilidad porque ya lo has cuidado dentro de ti. Es mucha la comunión que existe no solamente de esa madre con ese hijo o esa hija, sino a la inversa. Si a eso le queremos llamar instinto maternal, pues vale. Pero yo creo que es algo mucho más profundo.

P. ¿Y para cuándo una mujer rectora?

R. Pues no lo sé. Yo ya advierto que estoy muy a gusto con el rector actual. Me consta que la igualdad se la cree y la defiende. Una mujer rectora sería estupendo. Pero una mujer rectora que creyera en la igualdad sería magnífico.

Cuadro en el despacho de Mercedes Osuna, investigadora de la UCO y directora de la Cátedra Intercultural
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