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Otra vez la sonrisa helada

Xisco y Deivid saltan en una acción en el Heliodoro | LOF

Paco Merino

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El conjunto de Oltra ve cómo se difuminan sus opciones de victoria en los últimos minutos ante un enrachado Tenerife | Florin volvió a marcar y Razak estuvo soberbio

El gesto se le torció al Córdoba en Tenerife, donde enseñó su perfil más competente en la segunda parte pero también el lado oscuro. Otra vez le tocó experimentar la irritante sensación de ver cómo los planes se le estropeaban en el tramo final del partido, cuando con esfuerzo, sufrimiento y suerte -una expresión fútbolística poco vistosa pero válida- había logrado labrarse un marcador de 0-1. Oltra recuperó para la causa a Razak y Florin, dos internacionales que tuvieron un rango vital para el equipo. El guardameta ghanés protagonizó un recital de paradas, especialmente en el inicio del partido, que intimidaron al rival y propagaron entre los suyos esa reconfortante impresión de saber que su último bastión estaba inspirado. Lo de Florin es de otro mundo. Estamos posiblemente ante el mejor delantero de la categoría, un jugador que cada semana sube sus límites y confirma que la Segunda División se le queda corta. Firmó un golazo que pudo valer tres puntos, pero cuyo valor quedó solapado por unos minutos finales poco afortunados de los blanquiverdes. Siguen arriba, ya por detrás de Osasuna, y sienten el acoso de los rivales directos. Que son casi todos. Esto es Segunda, ya saben.

Ambos equipos lanzaron a la papelera los protocolos antes de empezar. No hubo fase de tanteo ni se produjo esa transición tediosa que algunos llaman maduración del partido y que, básicamente. consiste en no decir nada hasta ver qué discurso tiene el otro. Y el fútbol, al final, se queda mudo. El Tenerife salió a ganar y se esforzó por que se le notara desde el principio esa efervescencia, que en gran parte le viene inyectada por su novel entrenador, Pep Martí, que hace apenas un puñado de semanas dejó las botas por la pizarra. El Córdoba, metido en su papel, no se encerró pero tampoco se volvió loco estirando las líneas ante un adversario que iba más enloquecido y, por lo tanto, con más probabilidades de cometer errores. Y en ese arte, el de aprovechar errores ajenos, el equipo blanquiverde va sobrado. Los de Oltra mantuvieron el orden defensivo y buscaron la contra especialmente por la banda de Fidel y con pases filtrados de Víctor Pérez, la gran sorpresa del once. El albaceteño, que ocupó un lugar en el mediocampo al lado de Luso y en lugar de Markovic, que empezó viéndolo desde el banquillo, quiso reivindicarse tirando por tierra esas referencias que le señalan como un futbolista de mucha visión pero poco sacrificio físico. Ya enseñó la semana pasada que puede correr -mientras le duren las fuerzas, obviamente- como el que más y en el Heliodoro se empleó con una fogosidad inusitada. Antes de la media hora ya tenía una tarjeta amarilla y había cometido un puñado de faltas en su celo por evitar las acciones de un Tenerife muy enchufado. Víctor se vació hasta que fue sustituido por el hasta entonces intocable Markovic.

Los insulares apuntaron tres acciones muy claras de gol en el primer cuarto de hora, en el que Razak se transformó en un superhéroe. El ghanés sacó una mano prodigiosa en el minuto 7 para desviar a córner un disparo colocado de Omar, que había entrado entre los centrales con mucha habilidad. A los 11 minutos, el meta internacional íntervino con acierto para desviar un cabezazo picado y cercano de Germán, tras una falta botada con pericia por Aurtenetxe. Apenas un minuto más tarde, el africano siguió con la vista un balón rematado de cabeza desde lejos por Jorge cuya trayectoria se envenenó por el camino hasta terminar rechazado por el poste. El Tenerife, más punzante, asustaba a un Córdoba que mantenía prietas las filas y buscaba una presión en mediocampo para robar y salir con rapidez. No terminó de salirle lo que quería. Lo hizo al filo de la media hora, pero el juez de línea le aguó la fiesta. Señaló un fuera de juego inexistente a Florin Andone, que se quedaba solo delante del meta tinerfeño. Un paradón de Razak tras un tiro esquinado de Omar cerró el capítulo de ocasiones claras para el Tenerife, que se desesperó ante un Córdoba serio y concentrado, que pese a ser dominado daba la impresión de tener la situación bajo cierto control. En ataque, sin embargo, no se dejó ver en absoluto. Bien atrás, con una notable actuación de su guardameta y una buena dosis de suerte, el Córdoba resistió lo peor. Se fue al vestuario con alivio porque salió bien parado ante un contrario que hizo más por ganar.

Tras el intermedio, el Córdoba trató de sorprender con una puesta en escena más dinámica. Un disparo lejano de Xisco que detuvo Dani fue el primer testimonio en ataque de los blanquiverdes a los dos minutos. A los ocho, una pared entre Fidel y Andone concluyó con un disparo del punta que detuvo el portero. Pep Martí no lo veía claro y sacó al campo al argentino Tomás Martínez en lugar del joven Cristo, en un intento de recuperar el vigor de la primera parte ante un Córdoba que ya empezaba a asomarse con cierto descaro al ataque. Y en medio de la pelea surgió la figura del pegador mayor del reino: Florin Andone. El rumano firmó una jugada marca de la casa. Agarró el balón en un contragolpe y puso el punto de mira en la meta de Dani Hernández, que contempló con pavor cómo el internacional blanquiverde esquivaba los hachazos de los tinerfeñistas para detenerle a toda cosa. Se marchó por fuerza y determinación para finalizar con un lanzamiento colocado que selló el 0-1. Florin corrió enloquecido hacia la banda, con los brazos abiertos, y buscó a Oltra para abrazarle en un curioso festejo de su sexto tanto en la Liga.

El Córdoba se sintió más seguro con el marcador a favor. Oltra sacó a Markovic para acorazar el centro del campo y retiró a un Victor Pérez que ofreció interesantes prestaciones. El grupo mantuvo disciplina y empaque hasta entrar en el último cuarto de hora, en el que se podía aventurar un toque a rebato del Tenerife para remontar la situación. Se trataba de no cometer errores el tramo final, pero el desliz se produjo. Tras un saque de córner, Héctor Rodas sacó de cabeza un balón que cayó en la frontal del área, donde estaba completamente solo Nano para empalmar un trallazo que no vio Razak. El Heliodoro despertó, los jugadores locales recuperaron la ilusión y el Córdoba lo pasó mal. Oltra se fue de la que fue su casa con media sonrisa. El Córdoba sigue arriba, en posición de ascenso directo, pero tremendamente exigido por un grupo de perseguidores cuyo aliento siente como el de una jauría de perros hambrientos. La guerra sigue.

FICHA TÉCNICA

TENERIFE, 1:  Dani Hernández, Germán, Vitolo, Ricardo León (Nano, 62'), Suso Santana, Aurtenetxe, Aitor Sanz, Jorge Sáenz, Raúl Cámara, Cristo (Martínez, 56') y Omar (Jairo, 83').

CÓRDOBA, 1: Razak, Stankevicius, Héctor Rodas, Deivid, Domingo Cisma, Luso, Víctor Pérez (Markovic, 61'), Nando (Pineda, 77'), Fidel, Xisco (Rafa Gálvez, 84') y Florin Andone.

ÁRBITRO: Valdés Aller (Colegio Castellano Manchego). Amonestó con tarjeta amarilla a los cordobesistas Víctor Pérez, Fidel, Deivid, Xisco, Florin Andone y Luso y al local Jorge.

GOLES: 0-1 (60') Florin Andone. 1-1 (85') Nano.

INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la jornada 14 del campeonato nacional de Liga Adelante, disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez Pérez de Tenerife ante 8.947 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de los atentados terroristas en París.

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