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REPORTAJE

El símbolo del brutalismo en Córdoba que será un campus del conocimiento a partir de septiembre


Campus Córdoba de formación profesional y empleo

Juan Velasco

1 de junio de 2025 20:27 h

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No es que esté oculta, ni mucho menos. De hecho, es uno de los edificios más altos de la ciudad de Córdoba. Sin embargo, la Torre de Agrónomos, como se conoce popularmente al edificio que construyó el arquitecto Fernando Moreno Barberá en los años 60, es también una gran desconocida para muchos cordobeses, que no siempre son capaces de ubicar en el mapa este emblema del brutalismo en España. Un emblema que, como dice el arquitecto ficticio de la película The brutalist, fue construido para sobrevivir. Incluso al olvido y al abandono.

Porque, quien no sepa de qué edificio se habla cuando se menciona la torre de Moreno Barberá, probablemente sea porque está alejada de la zona monumental que suele acaparar los focos. También, por el hecho de que ha estado veinte años cerrada. Pero esto último está a punto de cambiar. Ya lo ha hecho, en parte. Desde hace meses, unos focos comenzaron a iluminar esa curiosa torre circular de cemento gris y cristal, que no solo ha sobrevivido al paso del tiempo, sino que está llamada a convertirse en un nuevo símbolo: esta vez, del conocimiento.

Porque allí es donde va a abrir sus puertas el próximo mes de septiembre el Campus Córdoba. Probablemente, estemos hablando del “gran tapado” entre los proyectos de ciudad que se han presentado en Córdoba en los últimos años. No ha generado tantos titulares como la Base Logística del Ejército de Tierra, pero es probable que, a largo plazo, sea tan o más importante que esta para el futuro de miles de cordobeses.

“Para nosotros, de entrada, esto es un proyecto de ciudad. Y como tal, va a estar abierto los 365 días del año”, explica Álvaro Lovera, director financiero de Campus Córdoba e impulsor del proyecto junto a Marco Antonio Franco. “Ya lo está, de hecho”, dice, señalando a la biblioteca del campus, un espacio que, en plena Feria de Córdoba, ha permanecido abierto a cualquiera que haya necesitado de un lugar para estudiar en estos días previos a los exámenes.

Un proyecto único en el mundo

Lovera no esconde que la ambición del Campus Córdoba es tan alta como el icónico edificio que le da sombra. A su juicio, se trata de “un proyecto de Formación Profesional pionero, único en el mundo”, que busca ofrecer a los estudiantes un enfoque propio basado en tres premisas: “Conocimiento profesional, ofrecido directamente por empresas top, y con prácticas inmediatas sobre el terreno”.

A su espalda, más de 22.000 metros cuadrados de instalaciones, de las cuales la mayor parte abrirá en septiembre. El primer día de ese mes, los pasillos que un día recorrieron los futuros ingenieros agrónomos se llenarán ahora de estudiantes de comercio, automoción, cocina o logística. Y eso solo en este primer curso. La diversidad será una de las señas del campus: más de 26 familias profesionales, 206 ciclos formativos y 776 certificaciones profesionales forman parte de una oferta diseñada para responder a las nuevas demandas del mercado laboral.

Estos días, los equipos académicos y técnicos trabajan a contrarreloj para ultimar los contenidos curriculares del primer curso. La cuenta atrás ya ha comenzado. El 1 de septiembre, unos 300 alumnos inaugurarán el nuevo ciclo del campus, que se configura como una alianza entre la iniciativa privada y la innovación educativa, buscando, además, todas las fórmulas posibles para que los alumnos puedan acceder a los cursos.

En este sentido, Lovera explica que ya están hablando con entidades financieras, además de las ayudas que ellos mismos pondrán a disposición desde la fundación que han creado para gestionar el espacio. “Nosotros vamos directamente a becar a 200 alumnos, y las propias empresas van a becar a algunos de sus estudiantes. Lo que no vamos a hacer es competir en precio, porque queremos diferenciarnos, y que nadie, absolutamente ni un alumno, no pueda estudiar aquí porque no puede pagar sus estudios”, aclara.

Un taller inmersivo de Silbon

El corazón del proyecto que arrancará en unos meses son sus naves-talleres: once espacios de 300 metros cuadrados cada uno, que recrean entornos de trabajo reales. Empresas como Silbon, Motio (Grupo Peña), Granier o la Qurtuba Academy del chef Paco Morales han apostado por hacer del campus su base de operaciones formativas y su futura agencia de contratación. El modelo es simple y revolucionario: aprender los oficios con los mismos medios que se encontrarán en el mundo profesional.

Por eso mismo impacta que, al pasear por el ala oeste del edificio, dos puertas acristaladas inviten a entrar a lo que parece una tienda de la marca textil Silbon. Es, en realidad, un taller de inmersión real, abotonado arquitectónicamente por dos aulas completamente digitalizadas para 30 alumnos cada una. Así, el trasvase práctico-teórico será continuo y sencillo.

En el ala este, justo al otro lado, todo tiene un matiz algo más industrial. Están el resto de las naves-talleres. Al igual que ocurre con Silbon, cada nave incluye un módulo de aulas integradas, fusionando teoría y práctica en un solo espacio, buscando una fluidez muy poco habitual en los cursos de Formación Profesional, a menudo lastrados por la falta de espacio.

Una cantera de expertos en automoción

En el Campus Córdoba, espacio no falta. De todas las naves talleres que abrirán en septiembre, cuatro son para Motio, la apuesta del Grupo Peña Automoción, que formará en ellas a técnicos especialistas en Electromecánica de Vehículos Automóviles y Automoción. De allí saldrán futuros profesionales de la mecánica, la chapa y pintura, o del montaje de motores eléctricos.

A su lado se instalará un taller destinado a una empresa de transporte y logística —cuyo nombre aún no se ha facilitado— que incorporará simuladores homologados para camiones, un recurso poco común en centros de FP, pero con una altísima demanda profesional.

Como demanda hay de profesionales del sector del alojamiento, para los que, justo en la nave adjunta, se instalará una réplica funcional de un hotel, gestionada por una empresa del sector hotelero (también aun sin desvelar), y que servirá de escuela de profesionales del turismo, que podrán conocer el día a día en un entorno lo más real posible, sin tener que esperar a las prácticas.

Qurtuba Academy: Demokitchen de Córdoba al mundo

La gastronomía también tendrá un protagonismo destacado en esta ala. Especialmente por la llegada de la Qurtuba Academy, una iniciativa que será mucho más que una simple escuela de hostelería, según Lovera, que habla de un concepto: Demokitchen. Es decir, se podrá retransmitir en directo al mundo las artes culinarias del equipo, escogido por el chef tres estrellas Michelin Paco Morales, el cocinero español con el ascenso más fulgurante al star system de la gastronomía internacional de la última década.

En este ámbito, Lovera remarca que, al contrario que otros centros de España, la Qurtuba Academy será la primera escuela privada de hostelería fundada por un cocinero con tres estrellas Michelin. Contará con dos espacios: una escuela de cocina de excelencia, con capacidad simultánea para 30 alumnos más el profesor, y una gran cocina industrial que permitirá experimentar con alto volumen y nivel profesional.

A su lado estará un obrador tradicional, que será gestionado por Granier y Sana Locura, dos empresas estrella del sector, que pondrán en marcha una escuela de panadería 100 % artesanal. El campus será así también un laboratorio de sabores, donde tradición y vanguardia dialogan entre harinas, fermentaciones lentas y técnicas modernas.

Salón de Actos y galería para congresos y eventos

Pero, además, la actividad será constante en un edificio central que contará con un Salón de Actos de 340 plazas, equipado con una pantalla Full HD de 40 metros cuadrados. Será el centro neurálgico de congresos, eventos, charlas y actividades comunitarias del campus, para las que también se habilitará una galería de unos 700 metros cuadrados, concebida para acoger exposiciones, desfiles de moda, presentaciones y otras actividades culturales.

Los números son imponentes: en total, el Campus Córdoba suma 3.500 metros cuadrados de naves-talleres, 11.000 metros cuadrados de aulas y laboratorios de última generación, 7.000 metros de zonas libres y aparcamientos, y 1.200 metros de jardines interiores. También dispone de 640 metros cuadrados para cafeterías y restauración, y 1.000 metros de galerías ajardinadas semicubiertas.

Una residencia en la torre

Porque la histórica torre no quedará al margen de esta transformación. En los próximos meses, se convertirá en una moderna residencia de estudiantes de varias plantas, con capacidad para 250 personas. Tendrá zona de restauración, comedor, gimnasio, piscina, biblioteca, lavandería, aparcamiento y espacios verdes. El campus no será solo un lugar para estudiar: será un lugar para vivir.

En palabras de sus impulsores, el Campus Córdoba va más allá del aprendizaje: es un entorno de innovación, de transferencia de conocimiento, de creación cultural y de formación con impacto real. Un proyecto de ciudad que recupera patrimonio, genera empleo y responde a los retos del presente. Y todo ello, bajo un símbolo que, como el cemento que lo sostiene, ha sido capaz de resistir el paso del tiempo para abrir una nueva etapa en la historia educativa, arquitectónica y social de la ciudad.

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