Según la Real Academia Española de la Lengua, el tiro deportivo es una modalidad que, como su propio nombre indica, consiste en disparar a un blanco con un arma. Es considerado como uno de los deportes olímpicos contemporáneos, y se desarrolló, sobre todo, en la década de 1920, en Estados Unidos. Regido por la ISSF (International Shooting Sport Federation, o Federación Internacional de Tiro Deportivo en español), el deporte se divide en tres ramas fundamentales: tiro con carabina, tiro con pistola, y tiro al plato con escopeta. Y, en estos últimos años, la modalidad de tiro al plato con escopeta ha estado íntimamente ligada a Córdoba mediante dos nombres fundamentales: Fátima Gálvez y Paqui Muñoz.
Sin embargo, las nuevas generaciones llegan pisando fuerte. Noelia Pontes (El Viso, 2006) apenas alcanza aún la mayoría de edad, pero sus medallas hablan por sí misma. Una de las grandes promesas, ya no solo de la provincia, sino de España en su totalidad, en la modalidad de tiro deportivo que ya cuenta sus logros por decenas. Su ascenso ha sido meteórico. El debut vino con sabor a oro y gloria, la progresión fue constante, y la velocidad, vertiginosa hasta alcanzar uno de sus múltiples sueños: vestir los colores de la selección española sénior, pese a su corta edad. Individualmente, ha destacado ya no solo a nivel nacional, sino a nivel continental.
La pasión le llega a Noelia por parte de padre, ya que él fue quién le infundó el amor por ese deporte. Tras probar con la hípica, el kárate e incluso el dibujo, un día, con apenas ocho años, la idea de practicar en el campo de tiro sedujo a padre e hija. “Un día estábamos mi padre y yo aburridos en casa, y me dijo que si quería que fuésemos al campo de tiro y echábamos la tarde”, comenta la joven tiradora de El Viso en su entrevista con CORDÓPOLIS. “Fuimos, le di a unos pocos de platos, y a partir de ese momento empezó un poco toda esta locura”, añade. Desde ese primer momento, sabía que algo dentro de ella le estaba diciendo que su vida giraría en torno al tiro olímpico.
“Es lo que más me llenaba”, es lo que apunta la viseña al ser cuestionada sobre el motivo de su elección. Los deportes que probó fueron variados, pero Noelia consideró que el tiro al plato era “lo más difícil de todas las cosas que había hecho”, a lo que se sumaba también que, desde muy pronto, comenzó a conseguir sus propios logros. Los nervios, como es normal, se apoderaban de ella en estas primeras ocasiones. Además, su edad no ayudaba, ya que reconoce que le daba cierto “miedo”, al principio, aunque ahora, esa competencia con la veteranía que rige en la actualidad el tiro olímpico es una de las cosas que más le gustan, el saber que está “en un sitio con mucho nivel” y que, siendo más joven, puede optar “al mismo premio que las demás”.
Sin embargo, no todo ha sido un camino de rosas para Noelia Pontes. La tiradora reconoce que el deporte que practica no está bien visto en muchos lugares, y considera que se debe a que “las personas no te quieren ver brillar”. “No sé si será envidia o será que quieren hacer daño”, reflexiona la joven deportista de El Viso, aunque lo cierto es que, durante el trascurso de esta entrevista, varios deportistas presentes en las instalaciones observaron con asombro el arma olímpica.
Como deportista de élite, no es fácil compaginar la vida diaria con los estudios y el deporte. La preparación para la disciplina de tiro olímpico es amplia y constante. Además de ello, los días previos a la competición, el volumen de tiro aumenta hasta el máximo posible, hasta que uno o dos días antes, se prioriza el descanso. El mismo día del torneo, Noelia Pontes cuenta que por la mañana suele ir a intentar aprender los platos que puede. “De cada puesto salen cinco platos. Intento ponerme detrás del tirador que ya esté tirando, y ver para qué trayectoria va cada plato”, relata. Además de ello, reconoce también que es “muy importante la alimentación”, ya que en una competición “no puedes comer todo lo que te gustaría, tienes que comer menos, por lo que en los días de antes tienes que procurar comer bien”.
Toda esta preparación desplaza a todo lo demás a un segundo nivel. Lo primero es el entrenamiento. “Cuando hay preparación, no se hace otra cosa”, subraya la viseña, reconociendo que, para ella, su “vida personal está por debajo de los entrenamientos”. Más complicado es el tema de los estudios. Pontes está inmiscuida en plenos estudios para tratar de aprobar las oposiciones para Guardia Civil. “Cuando viajo no puedo estudiar, pero cuando estoy en casa estudio por las mañanas”, explica. Sin embargo, también considera que su mayor cualidad es la de ser “muy exigente”, por lo que no va a conformarse “con cualquier cosa”, y este mantra lo aplica tanto a su deporte como a su vida personal y profesional.
Esta exigencia también puede acarrear cierta presión extra que, al principio, reconoce que llevaba “mal”. Ahora, sin embargo, aunque lo lleva un poco mejor, lo cierto es que sigue sintiendo esos nervios cuando se enfrenta a “algo nuevo”, ya que en “las primeras veces hay que adaptarse a ello”, aunque considera que otra cualidad suya es que se adapta de manera eficaz y veloz. En el ámbito del tiro olímpico, esta adaptación es clave, ya que para ella, “el 90% es psicológico y el 10% es técnica”, detallando que “una mala técnica te puede hacer no llegar a lo que tu quieres aunque tengas una buena mente, pero la mente, para mí, es lo más importante”.
Los nervios y los cabreos eran la rutina común de Noelia en sus primeras competiciones. Los nervios, como es normal, por su corta edad. Los enfados, al estar comenzando, llegaban ya que no le salían “las cosas bien”. Poco a poco fue aprendiendo a sobrellevar mejor esta faceta, aunque aún a día de hoy recuerda como, incluso fogueando -tiros que se hacen previos a la competición con balas de fogueo para comprobar que el arma funciona-, se le “escapaban tiros hacia adelante y todo de los nervios, casi que no me funcionaba ni bien el dedo índice, que es el que va al gatillo”.
Pese a todo ello, no le tembló el pulso en su primera competición. Y salió de ella como campeona de España en el Nacional de promesas. “Yo no sabía ni en qué campeonato estaba”, recuerda con una sonrisa la joven deportista. “Una vez había ganado fue cuando me dijeron: ”oye, que has ganado el Campeonato de España de Jóvenes Promesas“”, explica, añadiendo que ella no iba a competir, sino que solo asistía “a echar el rato al principio”. Por lo tanto, cuando fue consciente de su logro, la felicidad la invadió, aunque sigue subrayando que “no sabía que era tan importante”.
Poco después, en septiembre de 2022, llegó su primera final internacional, en Larnaca, Chipre. Con 18+2 platos rotos, Noelia Pontes se quedó a las puertas de poder optar a todo tras perder el desempate con la checa Hrdlickova, que sumó un 18+3 con el que apeó a la cordobesa. Lo recuerda con cariño, destacando que “ese día sí que estaba nerviosa, no era capaz de ni de meter ni siquiera el cartucho dentro de la escopeta”. A esto se le sumó una de sus complicaciones más recurrentes, que no son otras que las moscas. Le molestaron, pero eso no impidió que cerrase un meritorio quinto puesto. “Pensaba que iba a salir eliminada la primera de la final y al final acabé quinta, así que bastante contenta”, rememora.
Como no podía ser de otra manera, sus referentes desde joven han sido siempre Fátima Gálvez y Paqui Muñoz, los dos mayores exponentes de tiro olímpico de Córdoba. “Desde que empecé siempre han sido mis referentes. A nivel personal, son las dos muy buena gente y casi siempre que necesitaba ayuda, tanto técnica como personal, han estado para guiarme”, reconoce Noelia Pontes. Además de ellas dos, también se fija mucho en la italiana Jessica Rossi, a la que considera “muy buena tiradora y también campeona olímpica”, por lo que también es su referente.
Así, un día, Noelia Pontes logró su sueño de poder compartir competición con sus referentes. “Competir con ellas me hace animarme más a mí para, algún día, poder llegar a ser tan buena tiradora como ellas”, señala la viseña.
Sus éxitos en el panorama nacional no tardaron en captar la atención de Jorge Arias, seleccionador de las categorías Júnior de la selección española. El sueño de la infancia de Noelia Pontes había sido siempre “ganar un campeonato nacional”, y, cuando lo logró, Arias se interesó por ella y comenzó a llamarla asiduamente para que formase parte de las competiciones. El seleccionador, entonces, se dio cuenta de que tenía un diamante en bruto entre manos. No tardaría la cordobesa en lograr la marca necesaria para poder acudir, posteriormente, a su primera competición internacional, mencionada con anterioridad.
La llamada de la selección, como no, fue especial. Pontes, con ilusión en su mirada, recuerda cómo ella y su familia estaban en casa cuando llegó el correo que confirmaba su convocatoria con el combinado nacional. La alegría inundó tanto a ella como a su familia, y lo celebraron con una comida especial que será recordada siempre.
El buen ambiente reinante en la selección es lo que más destaca, pero tampoco se quiere olvidar de la gente que “te cuida, sobre todo los seleccionadores”, así como “la gente de la selección que te ayuda, te paga las concentraciones y los viajes y te ayuda a conseguir tus sueños”. Esta piña que se conformó en torno al combinado nacional ayudó en el tema deportivo. Tras dominar la categoría Junior con mano de hierro, la cordobesa cumpliría su sueño a inicios del 2023. El seleccionador nacional absoluto de tiro al plato, Marcello Dradi, confeccionó la lista de deportistas de foso olímpico que participarían en la Copa del Mundo de Rabat, y Noelia Pontes estaba entre las citadas.
La tiradora natural de El Viso cubriría la baja de una de sus referentes, Fátima Gálvez, para defender los colores nacionales en su primera participación con la selección absoluta. Culminaría en una meritoria undécima plaza, a las puertas de la lucha por las medallas. Sin embargo, ella lo considera un éxito, ya que, pese a su juventud y los nervios, mostró una buena versión. “Ya se andará”, culmina al respecto, dejando la puerta abierta para futuras convocatorias.
La vuelta a su categoría Júnior no sería difícil, ya que es “lo que tienes vivido”, aunque reconoce que la adaptación no sería sencilla, sobre todo pasar a competir con los Sénior. “Cuando sales de los Juniors y, de repente te meten dos o tres tiradas con los Sénior, aunque es lo mismo, tu cabeza no funciona nada igual porque son Sénior, y tienes que prepararte los entrenamientos, así como hablar con tu seleccionador, ya que psicológicamente te prepara diferente. Se nota mucho la diferencia de nivel y es complicado adaptarte”, reconoce.
En su caso, sin embargo, la vuelta a los Júnior se consumaría de la mejor de las maneras. Tras ese inicio de año 2023 en Marruecos con la selección absoluta, el final de calendario deportivo del tiro olímpico, en septiembre, vendría con el mayor logro hasta el momento en la carrera de la joven deportista. Noelia Pontes se convertiría en Campeona de Europa, a sus 17 años de edad. “Fue un boom que yo, sinceramente, no me esperaba”, reconoce. “Es verdad que había trabajado mucho y, al fin y al cabo, creo que me lo merecía porque estuve trabajando muchísimo y también sufriendo muchísimo, pero no me lo esperaba. Yo no esperaba que ese día iba a ganar yo”, añade. Pero ya era, y es, campeona continental y la mejor tiradora Júnior de Europa.
Así, tras culminar la temporada como Campeona de Europa, el futuro no puede ser más prometedor para la joven deportista ed apenas 17 años. Aún tiene que determinar cómo organizará su calendario para estos próximos meses, pero ya tiene claro que habrá “una salida en enero”, aún sin determinar. Luego, el resto de meses, como suele ser habitual en el calendario del tiro olímpico, estarán copados con competiciones y viajes por todo el mundo. Tras su buen hacer, como no, espera una nueva llamada de la selección absoluta en la que poder demostrar todo su potencial.
A más largo plazo, cinco años vista, Pontes desea “poder vivir de este deporte”, aunque reconoce que “es complicado”. Es por ello que, profesionalmente, también se está preparando para presentarse a las oposiciones de la Guardia Civil. Es otra de sus metas más claras, aunque también es consciente de la dificultad que atañe el complementar el copado calendario deportivo con los estudios.
El sueño, la ilusión que no se marcha de su cabeza, es como no, la de participar en unas olimpiadas. La ambición ilumina su mirada al ser cuestionada por ello. “Dentro de cinco años, el sueño olímpico yo creo que es haber avanzado mucho, pero se puede intentar. Se puede conseguir”, reconoce, consciente de sus capacidades y de sus cualidades en el tiro deportivo. Así, el objetivo final, la meta a la que aspira, no es otra que la de estar “en un pódium mundial”, además de “poder estar, por lo menos, luchando por ese sueño olímpico”.
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