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ÁLEX GALLEGOS / Cristian López

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De sueños cumplidos y objetivos alcanzados. El punto final de los Juegos Paralímpicos de Tokio ha dejado una interesante cosecha para la delegación cordobesa, teniendo como ancla de referencia a Alfonso Cabello, que este domingo fue recibido en Córdoba como se merece un doble medallista (oro y bronce). Pero no menos meritorio es el logro de los diplomas, y en el caos del experimentado Miguel Ángel Martínez Tajuelo, por partida triple. En efecto, el jienense aunque afincado en Córdoba desde hace años como gran estrella del Club Fidias, regresa de la capital nipona con dicho reconocimiento en las pruebas de 200 metros estilos y 50 libres y espalda en la modalidad de S3. Sin duda, la recompensa a un duro esfuerzo de mucho tiempo atrás y que este martes ha sido recibida igualmente con los abrazos abiertos por multitud de personas en la estación de trenes de la ciudad. 

Entre abrazos, lágrimas, sonrisas y muchos aplausos, Tajuelo ha mostrado su agradecimiento a todos y cada uno de los presentes. Es lo mínimo que se merece un nadador histórico, que afirma sentirse “muy contento de repetir Juegos”, ya que ésta es su cuarta participación. Así, el representante del Fidias ha subrayado su satisfacción por “haberme clasificado para todas las finales en mis pruebas” y ya suma “diez diplomas en todos estos años de competición de alto nivel”.

Y es que su objetivo era “estar en esas finales”, por lo que lo ha cumplido de sobra, debido a que “estar en Tokio era una carrera de fondo con todo lo que hemos pasado del Covid y llegar allí y regresar habiendo nadado esas tres finales es para estar muy contento”, ha destacado, resaltando emocionado que “encontrar aquí el recibimiento de mi familia y mi equipo del Fidias, me hace estar muy contento y muy emocionado”. 

Unos Juegos diferentes para el nadador, ya que “el ambiente era un poco triste. Yo que he vivido otros tres Juegos sin pandemia, pues se notaba mucho la falta de público en las gradas. Dentro de la piscina se escuchaba todo” y “hemos notado esa falta de calor del público. Pero aún así nos hemos lanzado a la piscina con muchas ganas e ilusión y con la esperanza de que los Juegos de 2024 puedan celebrarse con normalidad”. 

Para su futuro más inmediato admite que necesita “descansar”, pues “los dos últimos años han sido muy duros. Me clasifiqué para los Juegos antes del confinamiento y después otra vez después del confinamiento. Estuve un tiempo sin piscina. Tuve que desplazarme a Montoro para sustituir mi piscina normal de entrenamiento y he tenido que superar un montón de baches, por lo que ahora solo necesito descansar”. 

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