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Para bien o para mal, 50 años de orgullo

Entrega de insignias del Córdoba a los socios más veteranos | TONI BLANCO

Paco Merino

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No corren buenos tiempos en el Córdoba. “¿Y cuándo fueron buenos?”, deja caer con sorna uno de los sesenta aficionados que fueron galardonados por el club en el Salón Liceo del Círculo de la Amistad. ¿El motivo del premio? Uno simple y grande: no haberse movido jamás del sitio. Para bien o para mal, como dice el himno que se compuso ya en el siglo veintiuno y que los componentes del selecto grupo de abonados con más de 50 años de antigüedad conocen a la perfección. El fútbol es una perpetua adaptación a los nuevos tiempos, pero manteniendo la esencia de siempre, esa devoción inexplicable que lleva a alguien a renovar su carné durante toda una vida para no ver ni un solo título levantado. Y qué más da. Ser del Córdoba es saber que lo normal es que los planes no salgan. Ya lo sabe bien Jesús León, el presidente actual, que lleva apenas un año en el cargo y admitió que esto “es incluso más complicado de lo que podía esperar”.

Asistieron la mayor parte de los socios veteranos a un acto cargado de recuerdos. Todos recibieron la insignia cordobesista mientras sonaban los acordes del himno interpretados al violín. En ese escenario diseñado para la emoción se produjo el abrazo entre León y Campanero, el presidente actual y el de siempre. Una mezcla de generaciones y de modos de entender el negocio del fútbol. “Yo tengo 40 años, no había nacido cuando muchos de vosotros érais ya socios”, dijo el empresario montoreño en su intervención, en la que admitió que el club “no está pasando momentos fáciles”, si bien aprovechó para lanzar un mensaje: “No me voy a cansar y no me voy a rendir”.

Campanero fue escueto y lúcido. A sus 92 años, ha vivido de todo en un Córdoba del que ocupa la presidencia de honor. Es el socio número uno. “Mi felicitación a todos los que habéis recibido este escudo que todos llevamos en el alma y al que siempre tenemos que defender porque es el que representa a la entidad, que siempre estará por encima de los intereses particulares de cada cual”, dejó dicho en su intervención.

“Nos debemos siempre al Córdoba y nuestro respeto debe permanecer para todos los que han pasado por esta entidad, sean jugadores, entrenadores, directivos o aficionados”, expuso el legendario dirigente, quien apuntó que le venían “muchos recuerdos: algunos son extraordinarios, otros son sinsabores, abrazos, lágrimas, todo lo vivido”. El de Almodóvar del Río se dirigió a quienes han compartido junto a él décadas de cordobesismo. Los que estuvieron en Primera, en Segunda, en Segunda B y en Tercera. “La vida del Córdoba CF es la vuestra. Todas las alegrías, todos los disgustos... Siempre habéis estado ahí con orgullo”, les dijo. Para terminar, Campanero dejó una impresión personal: “Siempre tendremos luces y sombras. Yo hoy no estoy contento del todo. Me gustaría estarlo un poquito más, pero hay circunstancias especiales que me hacen tener un recuerdo bastante grande hacia una persona. Pero en fin, el Córdoba está por encima de todo”. Esa persona a la que se refería Campanero y a la que no nombró es su nieto, Antonio Romero Campanero, que tiene demandado al Córdoba CF por deudas contraídas con él cuando prestó sus servicios a la entidad como asesor jurídico.

Al lado de los socios veteranos y sus familias estuvieron directivos del Córdoba como su director general, Alfredo García Amado, o el director deportivo, Rafael Berges, así como el entrenador, Curro Torres, y jugadores como los capitanes Alfaro y Javi Lara. Son los protagonistas actuales de una historia sin fin, como una de esas series de televisión que van cambiando personajes con el paso de los años pero mantienen una línea argumental que mantiene enamorada a la audiencia. Algo así es el cordobesismo, que lleva décadas esperando un final feliz que nunca parece llegar. Pero nadie se va. Por si acaso. Algunos llevan hasta medio siglo acudiendo al mismo sitio y a las mismas horas.

La lista completa de socios galardonados la componen: Rafael Campanero Guzmán, Antonio Herrero Jiménez, Rafael León Gómez, Amador Jover Moyano, José Cruz Guerrero, Antonio Mancha Millán, Lucas León Simón, José María Romeo Moya, Gabriel Armenta García, José Luis Castro Salmoral, José Caparrós Rubio, Antonio Sáez Gallegos, Antonio Muñoz Navarrete, José Serrano Entrenas, Rafael Pesquero de Julián, Manuel Pedraza Urbano, Manuel Campuzano Gaitán, Rafael Muñoz Rodríguez, Mariano Blázquez Molina, Enrique León Encuentra, Rafael Barroso Hernández, Francisco Varo Brito, Fernando Redondo Galvin, Rafael Gamero Sánchez, Jose Rafael Rodero Luque, José Aguilar Díaz, Marcelino Ferrero Márquez, Juan Luis Marín Polomares, Ricardo Gutierrez Perabad, Antonio Muñoz Caravaca, Antonio Jiménez Camargo, Ricardo Lanti Melgarejo, Fernando De la Rosa Barba, José Granados Paez (entrega de la insignia a título póstumo), Rafael Prados Flores, José Alcántara Cuesta, José Orellana Moreno, Francisco Serrano Casado, Sebastián Merino Reinoso, Francisco Adán Moreno, Rafael Agredano Montilla, Francisco Taguas Figueroa, Rafael Vargas Romeu, Rafael Jiménez Luque, Rafael Pérez Obispo, Adolfo López Noci, Ricardo Rubio García, Antonio García Guerrero, Rafael Flores Cano, Juan Yepes Guisado, Andrés Luis Sánchez López, Mariano Mansilla Cuevas, Juan Casado Medina, Luis Pareja Ávalos, Antonio Mudarra García, Lina Torres García, Manuel Nieto Camuñas y José Manuel Guzmán Nieto.

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