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Cara a cara
Pablo del Moral: “Es espectacular todo lo que ha crecido el Córdoba Patrimonio”

Cara a cara con Pablo del Moral, jugador del Córdoba Patrimonio

Jesús Ventura

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Una vida ligada siempre al fútbol sala y que, con trabajo y constancia, ha encontrado su recompensa en la categoría profesional. Pablo del Moral Jiménez (octubre, 1992) es un futbolista que viste la elástica del Córdoba Patrimonio de la Humanidad desde la temporada 2019-20, es decir, desde que el conjunto blanquiverde ascendió a Primera División. Entonces, el jugador mostoleño ha crecido junto a la disciplina cordobesa y ha visto todo el desarrollo profesional que ha tenido la entidad desde su llegada a la máxima categoría del fútbol sala a nivel nacional. Sin embargo, Del Moral ya sabe lo que es tocar la élite con clubes como Benfica, Caja Segovia, Reale Cartagena o Industrias Santa Coloma, pero también ha ido creciendo de la mano del PSG Móstoles. En la actualidad, el pupilo de Josan González está inmerso en el objetivo de la salvación y, justo antes de acabar el año 2022, atiende a CORDÓPOLIS derrochando simpatía y amabilidad.

PREGUNTA. Finalizada la primera vuelta y tras un final duro de 2022, ¿cómo te has encontrado en este último tramo de año?

RESPUESTA. Personalmente bien y físicamente hemos llegado bien gracias al gran trabajo del cuerpo técnico, pero frustrado por los resultados. En algunos momentos de la temporada no hemos estado finos, no hemos sido tan regulares como nos hubiese gustado y cuando hemos estado mejor, pues no hemos conseguido los resultados esperados. Creo que hay un poco de frustración en el vestuarios y estamos deseando que llegue la segunda vuelta para remediar un poco la situación y optar a cotas más altas, aunque con los pies en el suelo porque es una Liga muy igualada, está todo muy competido y es muy complicado puntuar.

P. Antes de retornar a la actualidad, me gustaría empezar por tus inicios. Has comentado en el video que comenzaste muy pequeño, pero, ¿cómo fue ese inicio?

R. Yo siempre he jugado a fútbol sala, no soy de los jugadores que han pasado por el fútbol. No por falta de ganas porque siempre he tenido esa espinita, pero es que me uní al equipo de mi colegio, yo siempre he jugado en el equipo de fútbol sala y no había equipo de fútbol siete ni nada. Cuando tenía doce años y tenías que hacer ese trasvase natural al fútbol, en un torneo de mi ciudad en Móstoles y habían unos ojeadores del Móstoles. Por aquel entonces, este equipo tenía una plantilla en Primera División y en la ciudad tenía cierta fama. Entonces, los ojeadores me vieron, hablaron con mis padres en ese torneo para probar con ellos y el año siguiente fui y la verdad que me gustó mucho. Ahí ya comencé a jugar Campeonatos de España y me enganché al mundillo del fútbol sala y ya no lo pude soltar.

P. ¿No hubo ningún momento en el que pudiste probar el fútbol?

R. Fue más la idea que las ganas reales. Yo soy del Atlético de Madrid desde pequeño, soy socio. Mi padre, mi hermano y yo somos muy atléticos. Me encantaría haber jugado en el Atleti y eso siempre es un sueño irreal que tienes desde chico. Cuando entré en el fútbol sala y empecé a jugar con los mejorcitos de Madrid, jugando Campeonatos de España contra los mejores de España... me enganché y no pude soltarlo.

P. Una pena que el Atlético de Madrid no haya tenido una sección de fútbol sala.

R. La verdad es que sí. Ojalá algún día (risas).

P. ¿Cómo fue ese desarrollo para alcanzar las categorías más profesionales?

R. Yo he tenido la suerte de que he vivido en una ciudad donde se sigue mucho fútbol sala. Móstoles tiene una gran tradición hacia el fútbol sala, tiene una de las dos canteras más fuertes de Madrid junto al Boadilla y la verdad que siempre he estado jugando con niños mayores. Yo tenía un cuerpo muy débil desde pequeño, tenía un trastorno de desarrollo incluso de dos o tres años y eso me ha hecho jugar más con la cabeza y jugar más rápido para suplir esa condición física. Además, siempre he jugado con niños más mayores, también para jugar con mi hermano, que es un par de años mayor que yo. Fue algo natural. Fui creciendo jugando con niños mayores y eso me hizo desarrollarme mejor, tuve más oportunidades para desarrollarme futbolísticamente y ya con 15 años estaba jugando en Segunda B. Los tres años de juvenil, además de jugar con el juvenil en partidos importantes como Campeonatos de España, pues jugaba con el Segunda B y eso me hizo madurar más rápidamente.

P. Según tus palabras, la relación con uno de tus hermanos está muy ligada a este deporte.

R. Sí. Yo tengo dos hermanos, el mayor está más cercano a mi en cuanto a edad y el menor está más alejado, por lo que hemos jugado menos. Pero con el mayor he jugado mucho más, hemos jugado en la calle mucho y somos todavía de esa generación que hemos estado en la calle, no hemos sido de Playstation ni de quedarnos en casa. Siempre hemos estado con el balón. Siempre que mi madre se iba de casa aprovechábamos para jugar al fútbol en el salón, nos escapábamos al parque a jugar y hemos estado muchas horas jugando juntos. Hay veces que jugábamos los dos solos porque no había niños. Era solamente un balón, dos chicos y a ver quién la tenía. Sin porterías ni nada. Solo a que el otro no cogiese el balón y a aguantarla.

P. ¿Echas de menos aquella época?

R. Sí. La niñez y la adolescencia la recuerdo muy feliz. Pasábamos mucho tiempo en Santander, veraneábamos en un pueblo de Santander y pasábamos todo el verano allí con la familia y jugábamos todo el día en la calle.

P. ¿Qué le dirías a ese niño si tuvieras la oportunidad de hablar con él?

R. Le diría que disfrutara porque es lo más importante de la vida. Disfrutar del camino, del proceso. Al final, los objetivos llegarán si tienen que llegar y si no llegan, pues la vida sigue. Mis padres no han sido los típicos de que tengo que llegar a algo o ser algo obligatoriamente. Siempre me ha dicho que disfrutase y creo que es lo más importante. Esto no deja de ser un juego a pesar de que nos lo tomamos en serio y sea un trabajo. Es deporte y en la vida no es nada. Es clave divertirse y disfrutar.

P. ¿Quién ha sido tu referente?

R. Empecé a jugar al fútbol sala cuando estaba en Madrid. En Móstoles había grandes jugadores de aquella época. Me acuerdo de Javi Limones, quien es mi representante a día de hoy. Después, grandes jugadores de la época como Marquinho, Paulo Roberto, me influyó mucho en ese espectáculo que hacía. Después yo soy un chico muy familiar, muy ligado a la familia y a mi padre le ha gustado mucho el fútbol y él fue quien nos inculcó en este deporte.

P. Saliste de Móstoles y prácticamente no has dejado de tocar la Primera División. Caja Segovia, Reale Cartagena, experiencia en Benfica... ¿Cómo fue ese paso al llegar a la categoría más profesional del fútbol sala?

R. Fue duro al principio. Me llegó de una forma natural porque yo era juvenil y pasé directamente a jugar en Primera División. Como te decía antes, desde los 15 años ya jugaba en Segunda B y estaba acostumbrado a jugar con gente mayor desde muy pequeño, aunque fue muy duro. La exigencia es otra y pasé de un equipo amateur a un equipo profesional. Aunque yo era chico y mi entrenador me cuidaba, tenía esa responsabilidad de que tenía que sacar resultados cuanto antes y ahí te das cuenta de lo que es el deporte profesional.

P. ¿Cómo te adaptaste?

R. Yo partía de que el entrenador me conocía desde pequeño, desde la base de Madrid y me trataba muy bien. Lo voy a recordar toda la vida porque yo debuté como titular en el primer partido de Liga, jugando 35 minutos, el segundo partido también... De primeras me encontré que todo iba bien, que venía todo rodado, pero después llegaron los baches. Fue una temporada muy dura y es normal, es parte del aprendizaje y lo recuerdo con una sonrisa porque fue parte de mi proceso para llegar hasta aquí.

P. ¿Y la experiencia portuguesa?

R. Fue una experiencia muy buena porque después de Cartagena fui a Segovia e hicimos un año fantástico, quedamos cuartos en Liga, jugamos semifinales de Copa, semifinales de Liga contra el Barcelona... Yo a título personal me encontraba muy bien y vivía entre Madrid y Segovia porque estaba muy cerquita. Pasaba mucho tiempo en casa y fue una época muy bonita de mi vida. Hicimos una gran temporada, me metieron entre los jugadores revelación de la temporada y eso me valió para que uno de los grandes de Europa como es el Benfica pues se fijase en mí. Yo era muy jovencito, llegué con 20 años y ahí sí que me encontré lo que son los grandes equipos. La exigencia que vi allí no la he visto en ningún sitio y es normal. Al final era un equipo que estaba obligado a ganar y era la primera vez que veía un vestuario donde no eran amigos, eran profesionales, iban allí a ganar y solo miraban por ellos mismos. Era un poco duro encontrarme con eso, que el deporte más profesional en esos niveles pues sea algo más que ser amigos porque lo importante es ganar. Fue duro en ese aspecto y, sobre todo, porque en el segundo año tuve una lesión de rodilla importante y prácticamente lo tuve en blanco, estuve siete u ocho meses sin jugar. Fue un poco triste porque era un sitio muy bonito y donde me hubiera gustado quedarme un poco más.

P. ¿Cómo superaste esa lesión?

R. Era muy joven, tenía una tendinitis crónica en el tendón rotuliano izquierdo que venía arrastrando dos o tres años. Sabiendo que estaba en un club como el Benfica, con las condiciones médicas que ellos tenían, con hospital propio, de todo. Es como aquí el Real Madrid o el Barcelona, unas condiciones espectaculares. Decidí ser conservador en mi carrera, sacrificar un año y recuperarme de la lesión. Era muy joven para arrastrar esas molestias tan agudas con tan solo 20 años y creo que tomé la mejor decisión porque a lo largo de mi carrera ese dolor desapareció y ahora lo veo como la mejor decisión. Me costó mucho porque sabía que perdía esa oportunidad de estar allí porque perdía un año, pero creo que ha valido la pena.

P. ¿Cómo fue tu retorno a España de la mano de Industrias Santa Coloma?

R. Algo natural. Me llamó el director deportivo, sabía de mi situación, me conocía de antes cuando estaba aquí. Se interesó desde el primer momento por mí desde la lesión porque sabían que a lo mejor no continuaba en Benfica y la verdad que muy contento. Fue un sitio espectacular para volver a España y para retornar a mi mejor versión. Estuve cuatro años, llegué a ser uno de los capitanes, me sentí muy querido y si no llega a ser por otra lesión que tuve en el cuarto año, que me tuvieron que operar dos veces de mi tobillo izquierdo, pues a lo mejor no hubiera salido nunca. Allí estaba realmente bien.

P. Después de la lesión, te llamó Córdoba.

R. Esta historia fue un poco peculiar. Después de dos operaciones del tobillo izquierdo y de la segunda no quedamos lo suficientemente bien, había dudas de si podía volver a jugar. Industrias Santa Coloma me hizo una oferta más de ayudarme que para seguir jugando porque era totalmente incierto por ese tobillo. Entonces, yo me volví a Madrid para estar el tiempo necesario para recuperarme lo mejor posible de ese tobillo porque es verdad que estaba mal y recibí la llamada de Córdoba. Córdoba era un recién ascendido, sabíamos que deportivamente iba a ser un equipo que iba a sufrir pero una de las condiciones que puse es que ellos tenían un magnífico cuerpo médico y les estoy agradecido, aquí quiero destacar a Rafa de la Clínica Unifis porque es el que me ha recuperado y le voy a estar eternamente agradecido porque, si no llega a ser por él, ahora mismo no estaría jugando.

P. ¿Cómo fueron esos primeros años en Córdoba?

R. He seguido todo el proceso natural del club. El Córdoba es un club muy humilde, con apenas ocho o nueve años de vida y es algo espectacular todo lo que ha crecido. Desde el primer año que era todo ilusión, de todo cordobeses, con una ciudad volcada con el equipo y éramos un grupo de amigos, al final era un equipo de amigos que ha seguido el proceso natural de profesionalización tanto en cuerpo técnico como en compañeros, aunque ojalá no se hubiera ido ninguno porque con muchos de ellos guardo una grandísima amistad, además sigo quedando con muchos ellos por Córdoba y una de las razones por las que sigo en Córdoba es porque he hecho muchas amistades dentro del fútbol pero que han traspasado a fuera. Ahora todo es mucho más profesional y no tiene nada que ver a cuando llegué. Ha seguido el proceso profesional y ojalá siga creciendo.

P. ¿Consideras a Córdoba como tu casa al igual que fue Industrias?

R. Sí, la verdad es que sí. Estoy muy cómodo, estoy muy a gusto en Córdoba y es que aquí se vive muy bien, tanto en el equipo como en la ciudad. La ciudad que tenéis es impresionante y todo aquel que viene aquí está encantado.

P. ¿Cómo ha sido este último tramo de temporada?

R. Lo de la Copa fue unas expectativas un poco altas dada la buena pretemporada y de la buena plantilla que habíamos hecho, pero creo que la competición nos pone en nuestro lugar y se ha visto que todo está muy igualado. Al final, desde el puesto séptimo u octavo hasta el último prácticamente hay tres o cuatro puntos, creo que han sido uno o dos partidos los que podíamos fallar para estar ahí y eso nos hace estar ahora un poco frustrados porque haciéndolo un poco mejor en ciertas fases de algunos partidos o de la temporada pues podíamos haber estado ahí.

P. Después de la buena pretemporada, ¿cómo sentó la derrota ante Noia?

R. La verdad es que fue un jarro de agua fría. Fue uno de los peores momentos de la temporada, nos dio de lleno la realidad de la competición porque creíamos que iba a ser todo de color de rosa, todo bonito y creo que nos puso en nuestro sitio. Las pretemporadas no sirven de nada y creo que eso nos quedó claro. Al final hay que demostrar cada partido en la cancha quién está mejor, quién se merece ganar el partido y no hace falta jugar mejor que el rival para ganar porque está todo muy igualado. Es de las Ligas más igualadas que recuerdo y es que no hay un partido claro. Si quitas a Barcelona o a Palma, todos los partidos son abiertos. Nosotros en casa ganamos a Inter por ejemplo, el otro día contra ElPozo también hicimos un buen partido, pero después venían otros equipos menores y nos ponían las cosas muy difíciles.

P. ¿Crees que vais a dar el paso definitivo en la segunda vuelta para luchar por algo más ambicioso o hay que pensar solo en la permanencia?

R. Creo que ahora mismo no hay que ponerse objetivos porque creo que es una de las cosas malas que hemos tenido en la primera vuelta que a lo mejor han descentrado un poco y creo que es mejor, aunque es la filosofía que tiene todo el mundo, ir partido a partido porque creo que es la única que vale después de ver la igualdad de la Liga. Partido a partido, sacar los máximos puntos posibles y después de que hayan pasado diez o doce partidos de la segunda vuelta, ver dónde estamos y por qué podemos luchar.

P. Ya la última y es una pregunta habitual, ¿dónde te ves dentro de cinco años?

R. Creo que va a estar justo en mi momento de decir adiós. Nunca he pensado en tener una carrera larga y, de hecho, tengo 30 años y ya le empiezo a ver las orejas al lobo. Siempre dices que te queda mucho, pero ya se las empiezo a ver porque a mi no me gustaría retirarme muy tarde, ya que no me quiero irme con la sensación de que no estoy para jugar. Prefiero disfrutar al máximo los años que me queden y el último año me gustaría tener una experiencia exótica como una temporada en Japón o Argentina. Complementar una trayectoria buena con una experiencia internacionales y conocer más culturas a través del fútbol pues me parecería una buena despedida.

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