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Todo comienza con una emoción: el Córdoba tiene algo

Strahman, autor del tercer gol blanquiverde. FOTO: MADERO CUBERO

Paco Merino

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Con un fútbol solidario y entusiasta, el conjunto de Pablo Villa construye una convincente victoria ante el Almería (3-2) tras una primera parte prometedora

Lo que vinieron a buscar lo encontraron. A estas alturas de la pretemporada, con la competición ya encima, lo que el cordobesismo ansiaba esta noche era experimentar una emoción. Y llevarse un mensaje. Nadie esperaba un vendaval de fútbol espectáculo, ni una coreografía precisa y eficiente, ni un derroche físico conmovedor. Pero algo de todo eso hubo. En pequeñas dosis. Las suficientes como para inyectar ilusión a los aficionados y espantar, a quien la pudiera incubar, una duda: el Córdoba ha armado un bloque competitivo, con empaque en las zonas clave del campo y, por encima de todo, una vocación solidaria brutal. No hay estrellas -aunque el papel le haya tocado a Xisco, al que le aplauden hasta cuando se hurga la nariz- y todo el mundo parece consciente de que, si no es por la vía de la ayuda mutua, las opciones se recortan.

El Córdoba, que ha dado 17 bajas, demostró tener oficio. Sí. Ha reclutado a gente que sabe lo que es subir a Primera o pugnar a muerte por hacerlo -Luso, Bouzón, Pelayo...- y ha apostado por la rehabilitación de futbolistas cuyo talento se había adormecido y a los que exige dar un paso. Villa ha lanzado un desafío a los antiguos: todos los que siguen del desgraciado curso anterior fueron titulares ante el Almería. Saizar, Abel, Pedro, Caballero, López Silva y Xisco estuvieron en el once. Ninguno desentonó. Más bien al contrario. Ofrecieron una notable versión de sí mismos. Y quien menos horas de vuelo tenía, el central Fran Cruz, parecía Beckenbauer atrás. Ordena, lo ve todo y no se arruga. El ex madridista Raúl Bravo, uno de los más ovacionados por la grada, se vació como lateral izquierdo en un primer tiempo más que notable de los locales. Lo dicho: oficio. Saber qué hacer y cuándo hacerlo. No fallar, sobre todo. En eso sigue el sello de Villa. Si el Córdoba había marcado pocos goles en los ensayos veraniegos, había encajado menos. De eso se trata. “No sube el que más marca, sino el que menos encaja”, dijo el otro día el presidente González, que miraba embelesado a su transformado Córdoba. No hay mejor campaña de socios ni publicidad más convincente que la que han protagonizado los jugadores en el campo. Ganaron por derecho a un Almería de Primera que no lo pareció. El Córdoba no le dio ni siquiera la oportunidad de enseñar los recuperados galones.

Los cinco mil y pico que acudieron a El Arcángel, los que siempre van aunque nadie les llame, ya saben que el Córdoba tiene algo. Los blanquiverdes fueron capaces de emocionar a un auditorio predispuesto, que se entregó a la fiesta después de que sesenta y siete segundos después de comenzar el balón vieran el primer gol del curso. Lo hizo Xisco, claro. El balear aprovechó un regalazo de la retaguardia almeriense, perezosa en un lance que dejó desnudo al meta Ustari ante la voracidad del 9 local. Con la ventaja en el marcador, los de Villa se sintieron seguros. El Almería, desbordado en todas las líneas, veía con impotencia cómo el Córdoba tenía la posesión de la pelota -hubo acciones con más de veinte pases seguidos sin que ningún almeriense la tocara- y generaba oportunidades en el área de Ustari. Sólo Suso intentó algo. La superioridad del Córdoba era patente, insultante en algunos lances. Los antiguos quisieron demostrar que su condición de supervivientes de la mayor purga del Córdoba moderno no era fruto de la casualidad. Con el 2-0, firmado por Pedro, los de casa entraron en una fase en la que se gustaron. Combinaciones rápidas, desmarques, descaro generalizado... Todo dentro de un orden. Eso sí. Atrás, un cerrojo.

Tras el intermedio, el panorama se alteró. Los cambios en ambos equipos hicieron que la pérdida de cohesión se notara. Y lo hizo más en el Córdoba, que tardó en ajustar las piezas con el clásico carrusel de entradas y salidas. Cuando se quiso dar cuenta, Aleix Vidal había marcado dos goles para llevar al marcador una igualada irreal. El Almería, que como colectivo ofrecía una sensación tirando a mala, había apañado el partido con un par de chispazos. Encontró una veta en la banda de Janse, que fue el menos lúcido de cuantos integraron la línea de resistencia. El holandés, fácilmente desbordable, sufrió lo suyo. El Almería sacó al campo a dos excordobesistas. De uno, Verza, nadie se acordaba. Será por aquello de la memoria selectiva, pues su etapa en El Arcángel coincidió con años nefastos. Al otro, Dubarbier, le piropearon con aplausos. El Córdoba tuvo que regalarlo porque no puede permitirse el lujo de pagarle lo que tenía firmado. El chaval estuvo cortés en las formas y discreto en lo futbolístico en su retorno.

En el tramo final, el argentino Strahman se estrenó en El Arcángel peinando un lanzamiento de Abel en una falta que le habían hecho a Ayina. Lo del francés es curioso. cada balón que le llegaba creaba una expectación bestial en la grada, que jaleó al franco-congoleño en cada una de sus intervenciones. El día que marque un gol puede ser la apoteosis. Las cabriolas del cadete Sebas Moyano, la última perla que ha surgido de la Ciudad Deportiva, dibujaron las sonrisas postreras en una afición que se fue a casa pensando en que dentro de siete días, ante la Ponferradina, se puede iniciar una bella historia. Habrá quien diga que es el cuento de siempre. Es verdad. Es lo bueno que tiene el fútbol -y no la vida real-: siempre puedes empezar de cero.

FICHA TÉCNICA

CÓRDOBA, 3: Mikel Saizar, Janse, Fran Cruz, Iago Bouzón, Raúl Bravo, Luso Delgado, Abel, Pedro, Caballero, López Silva y Xisco. También jugaron Dani Espejo, Joselu, Pelayo, Strahman, Ayina, Campabadal, Rafa Gálvez, Bernardo y Sebas.

ALMERÍA, 2: Ustari, Nelson, Marcelo Silva, Trujillo, Christian, Soriano, Corona, Azeez, Aleix Vidal, Suso y Óscar Díaz. También jugaron Dubarbier, Verza, Kiu, Rafita, Pellerano, Dani, Raúl García y Tébar.

ÁRBITRO: Mario Melero López, del Comité Andaluz. Amonestó a los locales Janse y Campabadal y a los almerienses Marcelo Silva, Rafita y Dubarbier.

GOLES: 1-0 (1') Xisco. 2-0 (25') Pedro. 2-1 (49') Aleix Vidal. 2-2 (69') Aleix Vidal. 3-2 (78') Strahman.

INCIDENCIAS: Partido de presentación del Córdoba CF, celebrado en el Estadio Nuevo Arcángel ante 5.631 espectadores. Antes del encuentro tuvo lugar la presentación de los jugadores, con un espectáculo pirotécnico.

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