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Córdoba CF - Burgos CF
Crónica
Un punto de corazón en El Arcángel

Marcador del Córdoba CF - Burgos CF

Cristian López

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Volvió el fútbol a El Arcángel. Volvió el fútbol a Córdoba. A orillas del Guadalquivir se respira de nuevo el olor del césped y se siente el golpeo del balón. Pero no uno cualquiera. Regresa el fútbol profesional. LaLiga Hypermotion se puso en marcha como local para el Córdoba CF. El reino blanquiverde se estrena en esta 2024-25 en la categoría de plata, y lo hace con multitud de novedades. La liga del VAR. Un salto tecnológico para el recinto capitalino, que guardó primeramente un minuto de silencio en memoria de todos los cordobesistas fallecidos durante este año. Pero minutos antes, el himno del blanquiverde había vuelto a tronar con fuerza en el estadio. Había ganas. Hubo intención. Y empeño hasta el final para rescatar un más que valioso punto.

El Córdoba, como viene siendo habitual desde la llegada de Ania, saltó al terreno de juego, una vez más, con la firme intención de ser protagonista, y de hecho, lo era, amasando la posesión de balón y buscando la verticalidad, principalmente por banda derecha. Encontraba tímidos acercamientos con centros laterales que pocas veces encontraban un destinatario vestido de blanco y verde. El Burgos, aupado por varias decenas de aficionados desplazados, lograba contragolpear a chispazos. Eso sí, en estos primeros compases de partido, tuvo a su favor las oportunidades más claras de gol. 

En primer lugar, los nervios florecieron en la grada con un acercamiento visitante por el costado derecho, y que derivó en un fuerte golpeo al segundo palo el cual repelió Albarrán a saque de esquina. Sin duda, había sido la mejor ocasión del partido hasta el momento. Pero más clara sería la que tuvieron minutos después, aunque ahora fue Carlos Marín el que intervino de manera milagrosa para evitar el gol de Appín en un mano a mano que detuvo la respiración de más de un hincha cordobés. 

Con el avance del cronómetro, el partido se destensó y se pasó a jugar en el centro del campo. Y ahí, se imponía la distribución de Álex Sala y el despliegue físico de Theo Zidane. Intentos hubo muchos, con un Jacobo muy insistente pero poco acertado, al igual que Adilson, que trataba de encarar una y otra vez pero siempre erraba en los últimos metros. Así, la mejor para el Córdoba CF tuvo lugar a la media hora de juego, con un centro de córner botado por Álex Sala y rematado con fuerza por Lapeña al segundo palo. Todo El Arcángel estuvo a punto de cantar gol, aunque Cantero salvó el tanto en la misma línea de portería. 

Esa acción pareció despertar de nuevo a los de Iván Ania, que buscaron la puerta contraria otra vez con un centro ahora desde el costado izquierdo de Zidane, y que encontró a Calderón, pero su golpeo se estrelló en las mallas. Entre otros pocos acercamientos sin fortuna murió un primer tiempo activo, pero, de momento, sin goles. 

El encuentro se reanudaba sin muchas novedades técnicas, pero la motivación estaba intacta para el Córdoba, que apenas tardó seis minutos en adelantarse. Y es que salió con más nervio el conjunto califa, y Antonio Casas se mostró como el más listo de la clase al interceptar un balón enviado atrás por la defensa burgalesa con poca fuerza, y que le dejó solo ante el meta. Y ahí, el rambleño no falló para inaugurar la cuenta goleadora del club en LaLiga Hypermotion. El Arcángel estallaba de euforia con el primer tanto de la temporada, obra, además, de un jugador que ha estado en la rampa de salida en este mercado estival.

El choque enloqueció tras el gol, con nervios en los visitantes y un constante asedio en los locales, que buscaban el segundo. Eso sí, tras un intervalo efervescente, el Burgos pareció reaccionar, ahora con más mordiente y frescura arriba tras los cambios. En las filas blanquiverdes, la única rotación superada la hora de encuentro era la de Adilson, que tuvo que marcharse lesionado. Y ahí, Ander Yoldi pudo hacer el segundo en el 71’, en una gran contra en la que, tras driblar a un defensa, se quedó solo ante Cantero, pero no acertó con su disparo entre los tres palos. 

Esa acción fallida deparó en otro error que acabó siendo diferencial en el partido. Uno de Lapeña que le costó la roja directa, por lo que los suyos debían afrontar el último cuarto de hora con diez. Y tal fue la mala fortuna, que precisamente en la jugada de la falta que derivó en la expulsión, los visitantes firmaron el empate con un certero golpeo lejano. La expulsión y el inmediato gol noquearon a un Córdoba desconcertado y que encajó apenas cinco minutos después el segundo, en una contra donde se vio claramente la superioridad numérica de los burgaleses. 

Pero el sueño blanquiverde iba a durar hasta el final. Pese al desgaste, había que creer. Sean cuales sean las circunstancias y las adversidades. Los de Ania aprovecharon los doce minutos de descuento para aferrarse a la fe. Había que confiar hasta el último instante y prácticamente todo el estadio ayudó a empujar el remate de cabeza de Ander Yoldi que devolvía las tablas al marcador.

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