Ismael Tamba: “Córdoba es mi casa y claro que me gustaría jugar en mi casa”
El baloncesto fue de nuevo protagonista en una nueva edición de 'Tiempo muerto', el programa de Twitch de CORDÓPOLIS dedicado a deportistas de la provincia que se encuentran desempañando actualmente su actividad lejos de ésta. En este caso tomó la palabra Ismael Tamba, uno de los grandes proyectos de presente y futuro del baloncesto cordobés. Un jugador natural de Puente Genil y que, tras formarse en el Ciudad de Córdoba, dio el salto a la cantera del Unicaja donde se hizo realmente un nombre a nivel nacional. El mayor de los Tamba recuerda de forma grata sus primeros pasos en su pueblo natal, pues “mis amigos son gente de allí que conocí del club”. Una pasión por la canasta que, de primeras, fue obligada por su padre, aunque luego se dio cuenta del acierto.
Así, como se ha dicho, tras destacar en el cuadro pontano y luego en la capital, donde también comenzó a entrar en los planes de las selecciones provinciales y andaluzas, una cantera del nivel de la malagueña llamó a su puerta, y tanto él como su hermano Pablo decidieron hacer las maletas. “Es el paso de salir de casa de mis padres a vivir con mi hermano. Nos daba un poquito de miedo separarnos de la comunidad de mi casa, pero todo el mundo quiere eso. Fue una decisión que había que tomar”, subraya, destacando que, en esa nueva experiencia cajista, fue clave encontrarse con otros cordobeses como Lucas Muñoz o Roberto Merino, a quienes “ya los conocía de la selección”, por lo que “cuando llego a la residencia de Unicaja, tener dos caras conocidas pues es bien recibido”.
De este modo, destaca de esos años “el nivel que había a la edad tan joven que teníamos”, así como “el ritmo de entrenamientos” y se queda con “lo que aprendí de cada jugador y de cada entrenador. Es la etapa donde más he aprendido”. Una evolución en la que llegó a convertirse en un fijo en categorías de formación de la selección española, proclamándose campeón de Europa U18, en un plantel donde compartía juego interior con jugadores NBA como Santi Aldama o Usman Garuba. Eso sí, una fecha sobresale en su memoria, pues en enero de 2020 llegó a debutar con el primer equipo del Unicaja. “Yo estaba en un momento de euforia que no podías interiorizarlo. Yo salí, Alberto Díaz marcó jugada y anoté. Vi al banquillo volviéndose loco. Yo solo estaba en mi mundo”, recuerda.
Tras salir de la cantera cajista, pasó un año “duro” en Marbella, aunque luego continuó su progresión en Zamora y actualmente en el Bahía San Agustín de Palma de Mallorca, al que llegó el pasado verano tras recibir, incluso, ofertas de Córdoba. “El futuro en Córdoba tiene un puntazo en cuanto a baloncesto”, reconoce, al tiempo que subraya que “Córdoba es mi casa y claro que me gustaría jugar en mi casa”.
0