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Cuando vecinas de la calle Torremolinos demostraron que son las mujeres quienes sostienen los barrios olvidados

Ellas en Córdoba, paseo con Reyes Gallegos

Alejandra Luque

25 de noviembre de 2025 20:04 h

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Quince años antes de debutar en el cine con Ellas en la ciudad, la arquitecta y profesora de la Universidad de Sevilla Reyes Gallego ya había empezado, sin saberlo, a construir la mirada que hoy articula este documental. Ocurrió en Córdoba, en las calles Torremolinos y San Martín de Porres, durante el proyecto Ciudad Viva (2010). Allí, entre ascensores por instalar, vecinos reticentes y jóvenes que renegaban de su propio código postal, Gallego vivió la primera gran grieta en su metodología de trabajo y descubrió que el urbanismo no podía contarse solo desde planos y documentos. Había que poner la cámara en manos de la gente.

Fiel defensora de un urbanismo que piense en las personas, Gallegos ha participado este martes en la Semana del Cine de Córdoba, Cinema25, en un coloquio en la caja negra del Centro de Creación de Arte Contemporánea (C3A); un guiño dentro del proyecto Campo de la Verdad que esta institución cultural tiene puesto en marcha para acercar el edifico y todo su contenido a este barrio de Córdoba.

Ellas en Córdoba, paseo con Reyes Gallegos

Gallegos ha confesado que el cine nunca estuvo en sus planes. El giro llegó mientras realizaba una investigación en los barrios periféricos de Sevilla. Salía cada día con una cámara de fotos para documentar el uso cotidiano del espacio público y, casi sin pretenderlo, el foco se colocó sobre un grupo de mujeres de la primera generación que habitó los barrios que luego han aparecido en la cinta, como La Oliva o Parque Alcosa. Ellas en la ciudad, que se proyectó el pasado mes de septiembre en la Filmoteca de Andalucía, está protagonizado por las primeras pobladoras de los barrios de la periferia de Sevilla. A través de sus historias, el público descubre que ellas han sido el sostén de una ciudad que les da la espalda.

Aunque el documental habla de la capital hispalense, la directora ha asegurado que el sentimiento se extiende por toda España. Eran mujeres que, “tras trabajar durante años en fábricas, quedaron relegadas al hogar cuando se casaron”. Aquellos pisos, que al llegar les parecían “un palacio”, resultaron ser “la versión empobrecida de un sueño moderno: bloques homogéneos, bajos de calidad, barrios aislados y sin transporte público”.

Sin embargo, ellas se convirtieron en el motor invisible del barrio. “Yo analizaba los espacios, pero descubrí que la vida la generaban ellas”. En 2010, como colaboradora de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA), Gallegos formaba parte del programa de acompañamiento social en la rehabilitación de edificios. El barrio miraba con recelo la llegada de los técnicos. Para romper esa distancia, Gallegos decidió algo que entonces era radical: ceder la cámara a los vecinos.

Para ello, llamó a la productora La Claqueta y propuso que los jóvenes y las jóvenes del barrio fueran quienes grabaran, entrevistaran y construyeran el relato del lugar en el que vivían. “No quería que vinieran otros de fuera a tomar su imagen; quería que ellos aprendieran lo que significa llevar una cámara”.

Los vecinos acabaron cargando trípodes, sujetando pértigas y participando en entrevistas. Se generaron piezas audiovisuales que todavía hoy pueden verse en YouTube. Durante ese proceso, surgió una revelación que marcó a esta profesora de arquitectura en la Universidad de Sevilla: “Los jóvenes confesaban que en entrevistas de trabajo o en el instituto evitaban decir que eran de la calle Torremolinos”.

Ellas en Córdoba, paseo con Reyes Gallegos

Cuando llevaron esta inquietud al centro de Córdoba para preguntar a desconocidos qué creían que era “una persona de la calle Torremolinos”, el contraste fue brutal: la percepción exterior era negativa; la interna, justo lo contrario. “Lo mejor del barrio era su gente”, decían sus vecinos. Aquella experiencia le enseñó que el urbanismo debía escucharse y mostrarse de otra manera, no solo diagnosticarse.

Años después, al publicar en Instagram fotos tomadas durante su trabajo de campo en las barriadas de Sevilla, todo volvió a cobrar sentido. “Se publicó una columna de opinión, después me llamaron más medios de comunicación y me di cuenta de que aquellas mujeres fotografiadas no sabían que sus imágenes comenzaban a circular”. Fue entonces cuando llevó la exposición a los centros cívicos, donde ellas mismas acudían a yoga, memoria o pintura.

La reacción inicial fue de incredulidad: “¿Por qué una foto de una mujer con bolsas de la compra genera interés?”, se preguntaban estas mujeres. Ahí entendió que su mirada no era local, sino transversal a toda España. Que esa historia no contada pedía un formato capaz de ser escuchado por más gente. Fue entonces cuando decidió llevar su trabajo al mundo audiovisual. Gallegos se ha preguntado por qué quienes viven en la periferia deben ser “menos libres en la gestión de su tiempo, por qué deben invertir más minutos a veces horas en algo tan cotidiano como ir a trabajar, al médico o a estudiar”.

Ellas en Córdoba, paseo con Reyes Gallegos

Ahora, cuando Ellas en la ciudad puede verse en Movistar+, Gallegos reconoce que no sabe medir exactamente cuánto influyó su paso por las calles Torremolinos y San Martín de Porres. Pero sí sabe algo: fue la primera vez que cambió su metodología, que decidió pasar al audiovisual como herramienta de empoderamiento y como vehículo para que el urbanismo centrado en las personas pudiera llegar más lejos.

“Probablemente, influyó más de lo que imagino”, ha admitido. “Fue el aprendizaje que me llevó a plantearme nuevos formatos, a trabajar de otra forma y a comprender que la cámara podía ser un instrumento para que la gente contara su propio barrio”. A modo de recordatorio,

Aquellas primeras fotos de balcones y ventanas en Torremolinos, con la ropa tendida -y hasta un carrito de la compra- y aquellas primeras vecinas que le hablaban de sueños incumplidos, fueron la semilla de un proyecto que hoy se convierte en un homenaje a una generación silenciada, a una historia que nadie había contado y a una forma de mirar la ciudad en la que la vida cotidiana vuelve a ocupar el centro.

Ellas en Córdoba, paseo con Reyes Gallegos
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