Scarpia cierra un 20 aniversario marcado por la calidad y el éxito de público pese a la pandemia
El festival de arte contemporáneo Scarpia ha cerrado su 20 edición con la sensación de que está absolutamente asentado como uno de los espacios más atractivos para la creación artística en la provincia de Córdoba y consolidando su celebración en Navidad, lo cual ha permitido, por segundo año, usar el arte para sobrellevar el golpe de la pandemia del coronavirus.
El director artístico del festival, Jesús Zurita, ha explicado a este periódico que el balance que se hace de esta edición, que arrancó el 10 de diciembre, es positivo especialmente en cuanto a la calidad de la obra expuesta, ya que, en su vigésima edición, Scarpia ha logrado mostrar en El Carpio obra de artistas de talla internacional o que no exponen con regularidad.
Se refiere a exposiciones como Mixtape, de Javier Ruiz Pérez que, explica Zurita, “vive en Amsterdam y lleva mucho tiempo sin exponer en España y que ha sido creada expresamente para Scarpia”; Gotas de luz donde no había, de José Luis Puche, cuya carrera está más centrada en el extranjero; y, especialmente, Epílogo: esconder el tesoro, ya que ha logrado sacar de su retiro a José Rodero.
En cuanto a las intervenciones murales, el director ha destacado la potencia de las dos proyectadas: la “impactante apuesta que ha hecho” Marta Lapeña al plasmar su visión de la naturaleza muerta apenas a unos metros de la torre de Garci Méndez; y el “gratificante” trabajo de Alberto Montes, que ha plasmado una imagen histórica en los muros del instituto de la localidad.
Entre el museo al aire libre y la colección de arte
Esto último ha sido uno de los momentos clave de Scarpia XX para su director, ya que se ha logrado “meter una pieza de arte contemporáneo en un instituto”, al tiempo que se ha seguido ahondando en la idea de hacer de El Carpio un museo al aire libre de muralismo contemporáneo. “No es fácil encontrar en una extensión de terreno tan pequeña tantas obras de arte”, apostilla Zurita, que detalla que se buscan siempre “edificios que, o sean representativos de la arquitectura de la zona o que se inscriban en lugares donde la gente conviva y pasee”.
Porque, continúa, la idea no es “buscar el espectáculo” sino que “la gente disfrute del arte contemporáneo en el día a día”. En este sentido, otro de los “signos de madurez” de Scarpia es que se sigue aumentando la colección de pintura contemporánea con piezas que dejan los artistas que participan. Este año se han añadido otras tres obras al catálogo.
Además, este año, indica Zurita, se han podido recuperar los talleres infantiles, que han sido un éxito, y se ha mostrado el trabajo fotográfico de Óscar Corredera sobre los mayores de la localidad. De cara a la edición número 21, el director artístico aspira a recuperar los encuentros de artistas y creadores con los vecinos, para así seguir remando todos por Scarpia.
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