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Sálvame Séneca

Jorge Javier Vázquez, en 'Desmontando a Séneca'.

Carlos Alarcón

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Se dice, se cuenta, se habla, se rumorea que Jorge Javier Vázquez venía para deconstruir la imagen que teníamos sobre él a través de un discurso en torno a nuestro filósofo más ilustre, pero nada de eso ocurrió en Desmontando a Séneca.

A través de La brevedad de la vida del filósofo, J.J. entra en puch contra el que fuera el consejero de Nerón. Combate dialéctico, que otro paisano nuestro, Juan Carlos Rubio, arbitra desde la dramaturgia y la dirección.

Tienes que ser de otro país para no conocer a uno de los personajes más mediáticos de la última década y media en España. Y no conocer sus métodos, que cómo el mismo reconoce, sorprende que no decaiga en audiencia.

¿Y cuáles son sus métodos? Pues escarbar con la ponzoña del otro y sacarla a relucir. Pero esta vez el otro se convierte en Sujeto autorreferencial a través de su propio polígrafo eso sí, trucado. Contándonos lo que supuso, en su vida, sufrir un ictus.

El combate más frívolo del mundo

A un lado del cuadrilátero, el reiterativo texto de Séneca -que viene a decir que la vida son dos días y debes encontrar lo que te haga dichoso obviando vicios y cultivando virtudes- y al otro lado del ring el discurso del púgil televisivo.

Peso pesado VS peso mosca -intelecualmente hablando, claro- y que el presentador se recoge en el mismo método de su oponente, esto es, reiterar su YO que conocemos (chistes de connotación sexual obvios hasta la saciedad, chismes de su oponente, recursos facilones y mucho, mucho pachuli y neo-purpurina).

Pero claro, no deja de ser un espectáculo medido, y pensado, para que sus fans se derritan observando como su poco ataráxico ídolo, trata de desmontar al referente de Shakespeare, entre otros.

J.J. por momentos trata de mostrar su yo menos conocido pero se queda, como en sus programas, en el salseo. Y para ello se regodea en el intento de vapuleo a los Paulo' s Coelho's greco-latinos, estos son, los estoicos.

Buenos tiempos para la industria estoica

El estoicismo está de moda. Pueden remitirse a decenas de youtubers, deportistas de élite, gurús de Silicom Valley, tratando de “sufrir”, de “saber lo que es la vida” haciendo sacrificios tales como darse una ducha fría de vez en cuando, hacer ayunos intermitentes o ir andando al trabajo.

En un momento dónde la vida se ha trocado difícil, a los verdaderos estoicos, esos que malviviven con unas condiciones cada vez más hostiles o los pequeños empresarios que han cerrado sus negocios, se les está presentando una legión de literatura estoica para satisfacer esa necesidad de aguante. Reediciones de Epicteto, Marco Aurelio o Zenón de Citio boxean contra legiones de libros de autoayuda que colman las estanterías de las librerías para, venir a decirnos “que si no depende de ti ni te esfuerces en cambiar nada”. Pero poco, o nada, se nos dice que este pensamiento surgió en una época donde la esclavitud era una realidad y el estoicismo la filosofía perfecta para que perdurara.

Porque el presente es lo que cuenta. Y la vida son dos días. Y que si has perdido tu casa, tu familia, etc no las has perdido, solo la has devuelto. Son solo algunas de las máximas de los estoicos.

Por su lado, la propuesta nos señala en la trampa en la que cae Séneca -se dice, se cuenta que gustaba mucho del lujo- yendo a la contra de su discurso de desapegarse de todo lo material. Pero que, la dramaturgia, cae en la misma trampa al decir que J.J. empatiza con nosotros -pobres mortales- desde su privilegio de millonario mediático. 

En fin, una obra que entretiene a los fans pero que defrauda -por lo que en la sinopsis refería- ya que esperábamos a un Jorge Javier sincero y solo se quedó en la calcomanía -con toga romana de Palomo Spain incluida-.

Eso si, podrán tener a su ídolo mediático a muy pocos metros, improvisando directamente con ustedes. Y que en cierto modo entretiene y hará vuestras delicias como televidentes. Eso si, no falto de ritmo y con la idea clara de celebrar la vida.

Y que el público entregado disfrutó, con carcajada, vítores y comentarios desde la grada. Con gran ovación en pié al finalizar el discurso. Hoy más y sesión doble además.

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