Medina Azahara son patrimonio
El grupo cordobés abre Las puertas del cielo en un Gran Teatro lleno hasta agotar las localidades
No le falló el público a los Medina, que abarrotaron el Gran Teatro de Córdoba, y el grupo tampoco les falló a sus secuaces seguidores. Comunión se llama eso.
Puntuales (a las 20:32 horas) la banda pisa, por fin, por primera vez, las tablas del primer teatro de su ciudad. Un corazón late proyectado en el fondo de una pantalla, a sus latidos se une la grabación de música arábico-andalusí, se encienden los focos y Medina Azahara ataca con su primera descarga: “Necesito respirar”. A partir de ese momento, todo funciona. El grupo va presentando las canciones de su último álbum, va abriendo Las puertas del cielo con canciones como “Niños de cristal” o “Somos ángeles”. Suenan compactos y honestos. No engañan a nadie. Tal vez su último disco tiene aires más “sinfónicos” (los fondos de teclado se lo quieren comer todo), pero la guitarra de Paco Ventura y el ritmo sincopado de la base rítmica no nos deja de recordar que esto es rock y andaluz.
En el vestíbulo del Gran Teatro, una pareja de León nos dice que ha venido a Córdoba a pasar el fin de semana y que, en su agenda, gracias a internet, una de sus citas era ver a Medina Azahara abriendo gira en su ciudad y presentando nuevo disco. Luego se irían de cena y, al día siguiente, de museos o a visitar la Mezquita o lo que haya que ver. Pero que a Medina Azahara ya lo han visto. Eso que se llevan.
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