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Un año de cárcel para un sargento de Cerro Muriano por alterar su orina en un control donde dio positivo en cocaína

Militares en Cerro Muriano

Alejandra Luque

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Un sargento de la Base de la Brigada Guzmán el Bueno X, en Cerro Muriano, ha sido condenado a un año de prisión y a la suspensión del empleo durante este mismo período de tiempo por un delito de deslealtad al alterar su orina durante un control de drogas. El militar entregó al cabo encargado una orina cuyas características levantaron sus dudas, pidiendo al sargento que volviera a repetir el proceso. El resultado de la prueba arrojó un positivo en cocaína.

El Tribunal Supremo rechaza así el recurso presentado por el sargento a la sentencia formulada por el Tribunal Militar Territorial Segundo. Cabe señalar que el procesado había realizado con anterioridad las pruebas de detección de sustancias psicotrópicas, drogas y estupefacientes, y había estado en seguimiento por positivo en drogas.

En el momento en que ocurrieron los hechos, febrero de 2021, el procesado estaba destinado en el Batallón de Zapadores X de la base. Allí recibió la orden de acudir a una prueba de control de orina dentro del programa de prevención de drogas del Ministerio de Defensa. Según relata la sentencia, a la que ha accedido este periódico, una vez en el baño, el sargento “se colocó mirando al urinario, dando la espalda al soldado de la Policía Militar encargado de controlar la correcta realización de la prueba, quien se encontraba a unos dos metros del encausado de pie en la puerta, por lo que no pudo observar ni la micción ni la producción de la orina al no tener visión sobre los genitales del encausado”.

Tras miccionar, el sargento, ya dando la cara al soldado de la Policía Militar, “procedió a volcar el contenido del vaso en cada uno de los tres tubos que previamente se le habían entregado”. Sin embargo, en el momento en que otro sargento procedió a introducir “los tubos entregados por el encausado en el contenedor, observó que el color de la orina era muy clara y que, al tacto, estaban fríos, por lo que, en presencia de un cabo, informó al encausado que esa muestra no se la iban a dar por válida y que tenía que volver a repetir la micción”.

El sargento se dirigió de nuevo al baño y, esta vez, el cabo se colocó en un posición que sí le permitió observar la micción. Seguidamente, el sargento vertió el contenido del vaso en tres tubos y estos fueron depositador en el contenedor.

Analizadas en el Laboratorio de la Farmacia Militar de Cerro Muriano, y ante las sospechas de posible presencia de drogas, ambas muestras fueron remitidas al Instituto de Toxicología de la Defensa. El resultado fue que la primera orina había sido adulterada y la segunda arrojaba un positivo en cocaína. Los datos fueron comunicados al sargento, quien rechazó efectuar un contraanálisis.

El sargento declaró que su orina era muy clara porque “bebía mucha agua”

Cuando el sargento declaró ante el Tribunal Militar aseguró que “era normal” que su orina fuera muy clara “porque bebía mucha agua” y que en la Academia “le había pasado lo mismo”. No obstante, manifestó que “sabía que iba a dar positivo puesto que había consumido cocaína días previos a la prueba de orina”. En el ejercicio de su derecho a la última palabra, el sargento volvió a insistir en ello y en que “no tenía intención de engañar”.

La prueba pericial certificó que la primera orina estaba adulterada y que no era “humana” debido a los niveles tan bajos de creatinina, situados en menos de 2mg/dh. Así, el informe señaló que el color tan claro no era “por haber bebido mucha agua o sufrir alguna patología, sino por haber añadido agua a la orina”.

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