Regalos a los profesores a final de curso: ¿Agradecimiento o presión social?

El final de curso está a la vuelta de la esquina y entre los preparativos de la tradicional fiesta -aprendizaje de bailes y diseño de vestuario, mediante- se cuela, año sí y año también, el debate sobre si hacer o no un regalo al tutor o tutora. En las últimas semanas, los grupos de WhatsApp de las familias se convierten en una sucesión de mensajes que manifiestan el apoyo a comprar algo al maestro en señal de agradecimiento. Pero, ¿todas las familias lo viven así o hay quien dice sí por la presión social?
En muchos centros educativos, especialmente en los colegios de Infantil y Primaria, es común que los padres se organicen para hacer un regalo conjunto a los maestros en señal de agradecimiento por el trato dado a los menores. Pero, ¿debe premiarse o reconocerse de manera material que un profesor lleve a cabo su trabajo? Hay familias que consideran que no está mal hacer un regalo porque “ser maestro es más que otra profesión porque, al fin y al cabo, estás dejando en manos de esa persona la educación de tus hijos”, señalan a este medio algunos padres consultados. Sin embargo, hay otros que argumentan que “no se debe premiar por trabajar, más allá del sueldo que reciban como maestros”.
Así, en esta época del año, hay quien teme cuando recibe un mensaje del grupo de WhatsApp del colegio en el que se pregunta, directamente, quién quiere participar en la compra del regalo, que puede ser de muy diversa índole, dependiendo de cuántas familias participen y cuánto dinero puedan destinar a este detalle. Y es que no todo el mundo puede o quiere participar, como es normal. Y también hay quien decide aportar su grano de arena -no hay pequeño ni grande, sino que todo depende de la economía de cada familia-, pese a estar en desacuerdo, por evitar una situación “incómoda” que, a todas luces, de producirse, es incomprensible.
Según las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (AMPAs) de colegios de Cördoba consultadas por este medio, son las propias familias las que deciden todo y el centro no se inmiscuye en la decisión. Desde la delegación en Córdoba de la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional han apuntado a Cordópolis que no hay ninguna normativa que regule esta práctica y que todo queda a la libertad de los centros y las familias.
¿Y si la alternativa a la compra de un regalo fuera que los menores realizaran detalles más simbólicos, como dibujos, un libro de recuerdos o un vídeo, dejando en ellos el protagonismo y la espontaneidad? Mientras que no haya ninguna norma clara al respecto, el debate (y el dilema) está presente cada mes de junio.
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