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Girasol en barbechos y tierras que no se van a poder regar para paliar la escasez

Un campo plantado de girasoles.

“Tiempos excepcionales requieren de medidas excepcionales”. Así lo cree la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), que ha propuesto a España y a Europa actuar “con valentía y urgencia” para proteger a los agricultores y ganaderos europeos de los vaivenes que ya venía sufriendo el sector agroalimentario y que la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha terminado de empeorar. La propuesta que se ha enviado al Ministerio de Agricultura pasa por flexibilizar la autorización de cultivos de girasol, con la previsión de escasez, en tierras que este año se iban a dejar en barbecho o en otras de regadío que a causa de la sequía no tendrán agua.

Córdoba es, por ejemplo, una de las provincias que podría aumentar de manera notable su cultivo y producción de girasol esta campaña. Las populares pipas no se siembran hasta la primavera. Es decir, en apenas unas semanas, por lo que aún hay tiempo para un cultivo rápido, que no necesita grandes nutrientes, ni fertilizantes ni tampoco mucha agua. La dotación de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) para esta campaña prevé un máximo de 1.000 litros por hectárea, una cantidad suficiente para “un par de riegos” de girasol y garantizar así una producción decente. Las lluvias de estos días y las previstas a partir de ahora auguran también una campaña más o menos normal.

Actualmente, la Política Agraria Común (PAC) obliga a que el 5% de las tierras estén de descanso al año, el popular barbecho. En tierras cerealistas como el Valle del Guadalquivir, muchos agricultores optaban por una rotación de tres años: un año cereal, otro un cultivo menos demandante de nutrientes como el girasol y un tercero de barbecho. Pero en la situación actual, las organizaciones agrarias demandan a Agricultura que autoricen que de manera excepcional se pueda cultivar girasol en aquellas parcelas que este año no van a tener rendimiento. El objetivo pasa por acercarse lo máximo posible al autoabastecimiento de una grasa vegetal que es mucho más importante para alimentar al ganado que para producir el aceite que se ha agotado en muchos supermercados no por falta de stock sino por una altísima demanda que hacía imposible reponerlo.

En opinión de UPA, la clave ahora debe ser garantizar la producción de alimentos para todo el continente. A su juicio, es momento de realizar política agraria “inteligente y ágil”. “Los agricultores y ganaderos estamos a disposición de la sociedad para seguir produciendo alimentos, pero los Gobiernos deben adaptar las normativas a una situación de guerra como la que estamos viviendo”, aseguran.

Medidas “de guerra” en Europa

UPA cree que se deben flexibilizar las exigencias de la PAC para incrementar la producción. En ese sentido, “se debe eliminar la exigencia de sembrar al menos tres cultivos a los agricultores que tengan más de 30 hectáreas o dos a los que tienen entre 10 y 30 hectáreas. También se debe permitir que el 5% de superficie destinada a zonas de interés ecológico, si se pensaba declarar sobre barbechos, que éstos se puedan sembrar de oleaginosas”.

La organización cree que se debe permitir el pastoreo de las zonas de interés ecológico y en los barbechos con cubierta vegetal, sin poner el riesgo el cobro de las ayudas PAC, ayudas cuyo pago Europa debe permitir adelantar dadas las circunstancias. “También debe permitirse la alimentación convencional para la ganadería ecológica. Otra de las herramientas puede ser destinar fondos no ejecutados del FEADER a medidas de ayudas directas para los sectores más afectados”, señalan.

UPA cree que la escalada de costes energéticos es “inasumible” y debe abordarse con cambios normativos “de calado” a nivel europeo. “El sistema de fijación de precios de la electricidad debe cambiar y los costes de combustibles, fertilizantes y fitosanitarios deben vigilarse con lupa para evitar prácticas especulativas con las que algunos hacen el agosto a costa de la ruina de todo un sector”.

UPA cree en todo caso que no es momento de poner en entredicho el mercado agroalimentario europeo: “España debe y puede producir alimentos para la sociedad española y europea. Debemos avanzar en soberanía alimentaria, pero sin cuestionar la necesaria lucha contra el cambio climático ni dejarnos arrastrar por medidas cuyos efectos pueden ser perniciosos”, han declarado.

“España es una potencia agroalimentaria, y nuestra posición debe afianzarse con medidas de apoyo a los agricultores y ganaderos”, afirman desde UPA. En esa línea, piden que se convoquen ayudas directas para los productores. También debe blindarse la devolución del Impuesto Especial de Hidrocarburos, una medida de apoyo fiscal que “hoy tiene más sentido que nunca”, y que deberá complementarse con otras medidas de esta índole.

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