MEMORIA HISTÓRICA
La fosa de brigadistas del batallón de las 21 nacionalidades que cayeron en la Guerra Civil
En marzo de 1937, en plena Guerra Civil, se libraba en la zona norte de la provincia de Córdoba la batalla de Pozoblanco y hasta la zona acudieron, como refuerzos, los integrantes de las 13ª Brigada Internacional para luchar en defensa de la República legalmente constituida. Uno de los batallones, el denominado Chapayev –integrado por soldados de hasta 21 nacionalidades– se destinó ya en abril al frente que tenía por objeto recuperar varios pueblos, entre ellos Valsequillo. Y a su llegada en tren a este municipio, en la misma estación, se libró uno de los episodios más importantes de esta batalla, donde cayeron alrededor de una treintena de brigadistas que fueron enterrados por sus compañeros en una fosa que ahora se trata de localizar.
En la estación, a menos de un kilómetro de Valsequillo, se había hecho fuerte el bando golpista. “Se habían atrincherado, habían construido troneras y nidos de ametralladora”, explica a Cordópolis el historiador Manuel Vacas, encargado del estudio documental que ubica la fosa para su posterior localización sobre el terreno. A la llegada del batallón de brigadistas internacionales, al alba después de viajar en tren durante la noche, se produce “un combate muy significativo, muy fuerte, durante unas cuatro horas, para tomar el control de la estación, que es un punto estratégico”, antes de avanzar hacia el pueblo.
En ese asalto, hay una treintena de muertos entre los brigadistas, los primeros de ellos en la propia estación de tren. Y son sus compañeros, posteriormente, los que “los entierran allí mismo”, según constan en distintas fuentes documentales y testimonios que ahora se están recopilando.
En el batallón Chapayev de brigadistas que cayeron en Valsequillo había integrantes provenientes de Francia, Polonia, Italia…hasta un total de 21 nacionalidades, sobrenombre por el que se conocía al grupo de combatientes. Había llegado de librar batalla en Sierra Nevada y fueron destinados a la comarca cordobesa del Guadiato, a donde llegaron el 1 de abril. “Les encargaron que se distribuyeran para tomar tres pueblos: Valsequillo, La Granjuela y Los Blázquez”, explica Vacas, sobre un batallón que contaba con unos 600 soldados.
Este experto, junto a la historiadora Carmen Jiménez, realizan ahora el estudio documental previo para conformar la base de la ubicación de la fosa en la que fueron enterrados los brigadistas muertos en la estación de Valsequillo. Han recogido testimonios, artículos y documentación del batallón, además del relato periodístico que se cuenta en el libro ‘La Historia del batallón Chapayev’, donde se narra el episodio vivido en Valsequillo. Asimismo, cuentan con las memorias de los brigadistas que escribieron y relataron sus vivencias, donde “hablan mucho del combate en la estación, de gran importancia”, con el asalto y la conquista del apeadero.
Episodio muy bien documentado
“La toma de Valsequillo es un episodio de la Guerra Civil muy bien documentado”, asegura Carmen Jiménez, sobre las memorias publicadas acerca de la batalla y el trabajo que se lleva a cabo ahora también con imágenes aéreas de la zona. “Las fuentes nos indican que pudieron morir entre 25 y 30 brigadistas en la batalla del apeadero de tren y que allí mismo hicieron una fosa y los enterraron sus compañeros”.
“Hay un testimonio de un maquinista de tren que fue miliciano y que cuenta que van desde Valsequillo a la estación de La Granjuela. Estando allí de noche, hay un ataque de los franquistas con obuses, que destruye el apeadero y mata a varios combatientes. Otros huyen, pero vuelven a recoger los restos de sus compañeros, los llevan a la estación de Valsequillo de vuelta y los entierran allí, con unos rosales”.
Con todo ello, ahora el estudio de la ubicación definitiva de esta fosa y su localización posterior ha arrancado gracias a un proyecto que ha impulsado la Asociación para la Restitución de la Memoria Democrática del Guadiato, gracias a una subvención de la Diputación Provincial de Córdoba. Con ello, tratan de “poder hacer este estudio preliminar para localizar” el enterramiento, cuenta a este periódico la portavoz del colectivo, Carmen Rosa. “Lo que queremos es darles dignidad a estos enterramientos”, confía, ya sea en el mismo lugar o pudiendo exhumar los restos que se puedan localizar.
Otro paso más allá, sería la localización de una segunda fosa de brigadistas, esta vez en el antiguo cementerio de Valsequillo. Su muerte se habría producido ya en el combate en el municipio y habrían sido enterrados allí también por sus compañeros. Un cementerio que, como el resto del pueblo, quedó arrasado por completo en la Guerra Civil y hubo de reconstruirse totalmente después. La memoria de este municipio se guarda en un museo que, precisamente, muestra las consecuencias de la guerra en el pueblo y cómo hubo de volver a levantarse prácticamente por completo durante varias décadas.
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