Distribuyen 3.000 dispositivos entre sanitarios para alertar cuando estén sufriendo una agresión

El Sindicato de Enfermería Satse Córdoba ha distribuido más de 3.000 dispositivos individuales para prever las agresiones al personal sanitario en los hospitales, centros de salud y domicilios de los ciudadanos.

A través de una nota de prensa, este sindicato recuerda que durante 2022 en la provincia de Córdoba se produjeron 133 agresiones, si bien ello representa una pequeña parte de la realidad, ya que la mayoría de las agresiones físicas y verbales no se denuncian por distintas razones. El personal sanitario sufrió el 78% de las agresiones en el 2022 y de ellas el 18% son físicas. Así mismo el 74% de las agresiones registradas dentro del personal sanitario son mujeres. Durante el primer semestre de 2023 en el SAS se han producido 863 agresiones registradas y de ellas el 17,16% han sido físicas.

Por otro lado las enfermeras y fisioterapeutas han sufrido más del 30% de las agresiones al ser el personal que más cerca y durante más tiempo desarrolla su labor asistencial y de cuidados a los ciudadanos en los centros sanitarios, sobre todo en los hospitales.

El dispositivo individual contra las agresiones va provisto de una potente señal acústica que es activada de manera individual por el profesional que se ve amenazado de la posibilidad de sufrir una agresión. De esta manera el potente sonido emitido por el dispositivo de alarma alertará a sus propios compañeros, así como a otros ciudadanos y al equipo de seguridad previsto, al menos en el caso de los hospitales.

El dispositivo que Satse ha distribuido a todos los hospitales y centros de salud de la sanidad pública y también de la privada es de fácil uso y permite llevarlo permanentemente en el propio bolsillo de la ropa de trabajo o personal del profesional sanitario y está provisto de una pequeña pila de larga duración que además permite activar una luz azul para su uso alternativo en la atención nocturna y de vigilancia y supervisión de los pacientes ingresados en el hospital, sin necesidad de encender la luz propia de la habitación y que alteraría el descanso natural de los pacientes.