De la provincia de Córdoba a Canadá: estos son los becados por Amancio Ortega para estudiar en 2025
Los Reyes Magos han llegado por adelantado a cinco casas de la provincia de Córdoba. En concreto, a las de Sara Bueno Bonilla, Ana Isabel López Muñoz, Celia Lozano Molero y Ainara Ruiz Agudo. Las cuatro son alumnas de ESO en diferentes institutos y el pasado mes de septiembre decidieron probar suerte e inscribirse en la convocatoria de becas de estudio en EEUU y Canadá que promueve la Fundación Amancio Ortega. Hace apenas dos semanas, sus nombres aparecieron entre los estudiantes seleccionados para estudiar 1º de Bachillerato en América. En ese listado está el quinto nombre de un alumno de Córdoba que no ha querido desvelar su identidad, pero también es de la provincia.
A diferencia de ediciones anteriores, la convocatoria de este año ha becado a 50 alumnos más hasta subir a los 450 en toda España. Esta beca cubre todos los servicios necesarios para realizar un curso escolar en el extranjero: viaje, tasas de escolarización y matrícula en un instituto público, alojamiento y manutención en una familia anfitriona, seguro médico y de accidentes, convalidación del año académico y apoyo continuado durante la estancia.
Sara, alumna del IES Nuevas Poblaciones de La Carlota, decidió apuntarse al programa y probar suerte porque “el no ya lo tenía” y se “trata de una inmersión lingüística, pero durante más tiempo”. Y es que para esta cordobesa no será la primera experiencia de este tipo, ya que ya ha estado en Inglaterra e Irlanda. No había nada que perder y mucho que ganar, así que optó por rellenar el formulario y reconoce que ha sido un proceso que ha vivido “con intensidad”. Tanto ella -que cuenta con un nivel B2 de inglés- como su familia, pero la recompensa ha merecido la pena.
Estudiará en Delta, Canadá, estado que prefería por las referencias educativas que tiene esta joven, que reconoce que durante los diez meses de estudio tendrá “momentos de bajón” dado que los estudiantes no están autorizados a regresar a España durante el curso, incluso coincidiendo con sus vacaciones escolares, y exceptuando causas de fuerza mayor. Igualmente, las visitas de familiares no están permitidas y solo pueden producirse de manera excepcional, por motivos justificados, y siempre con la aprobación previa de la organización del programa.
Quien también estudia en un instituto público de Córdoba es Ainara, en el IES Colonial de Fuente Palmera. “Siempre” le han gustado mucho los idiomas, así como viajar, y fue su madre quien le ofreció la oportunidad de “pillar” la beca. Y al final ha sido un sí. Esta joven también irá a Canadá, en concreto, a Nanaimo. Poder llegar hasta aquí ha sido para esta alumna “todo un proceso de aprendizaje, a pesar de los nervios”.
Al igual que Sara, Ainara también ha realizado anteriormente una inmersión lingüística a Irlanda hace unos tres años, por lo que recordar aquella experiencia le ha servido también de impulso para participar en este proceso de selección. Previo a los exámenes, esta joven se empleó a fondo en verano: en junio obtuvo la certificación de inglés B1, en julio, la del B2; y ahora está en una academia para poder obtener el C1 el próximo mes de junio.
En el caso de Ana Isabel, fue en su centro educativo -El Inmaculada Concepción de Palma del Río- donde tuvo conocimiento de la existencia de estas becas de la mano de su tutora, quien animó a todos sus alumnos a participar en el proceso de selección. Esta joven iba a pecho descubierto a las pruebas: en aquel momento llevaba tres años “sin pisar una academia de inglés”, aunque tenía un nivel B2.
Además, nunca antes había realizado una inmersión lingüística, por lo que, afirma, entre risas, que se tomó el proceso “con calma porque no tenía la esperanza muy alta”. Cuando el pasado 18 de diciembre su nombre apareció en la lista de seleccionados llegó a pensar que se trataba de la relación de los alumnos en reserva. Ella viajará hasta Ontario y será la segunda vez que monte en avión: la primera, este próximo verano para ir a Londres como viaje de fin de curso.
Las tres coinciden en señalar la dureza de la primera prueba, consistente en un examen escrito en inglés durante cuatro horas. Superada esa fase, se enfrentaron a otra online, que incluía ejercicios de expresión oral. La tercera y última prueba fue una entrevista personal con determinados ítems a superar. Junto a ellas, Celia y otro alumno, volarán el próximo mes de agosto hacia una experiencia donde conocerán otra vida académica, familiar y cultural.
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