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Los pasos que se están dando para que el agua del norte de Córdoba vuelva a ser potable

Sierra Boyera tras las lluvias de Nelson.

Alfonso Alba

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Los 80.000 vecinos del norte de la provincia de Córdoba se quedaron sin agua potable el 17 de abril. Fue de un día para otro. La Delegación de Salud publicó un informe en el que prohibía el consumo de lo que salía por el grifo. Sierra Boyera se había secado y de manera excepcional se bombeaba agua desde La Colada. Este embalse no se había usado nunca y acumulaba años de vertidos que contaminaban sus aguas. La potabilizadora de Sierra Boyera no tenía capacidad para tratar estas aguas.

Los vecinos se quedaron sin agua de un día para otro. Pero recuperarla no va a ser tan fácil como perderla. La empresa provincial de Aguas de Córdoba, Emproacsa, es la encargada del suministro y de servir un producto en buenas condiciones. La entidad depende de la Diputación. Este lunes, su presidente, Salvador Fuentes, ha asegurado que se trabajaba en recuperar el servicio, pero que había que ir dando pasos con pie firme y evitar que de la noche a la mañana haya que volver a prohibir el consumo. Fuentes ha asegurado que desde el Jueves Santo ya se trabaja con el escenario de usar “cuanto antes la mejor agua posible” con la “total seguridad” de que cuando se permita beber sea algo definitivo.

Ahora mismo, y aunque haya agua en Sierra Boyera de sobra, de momento no se puede utilizar. El embalse se ha llenado en pocas horas y gracias a grandes avenidas de ríos y arroyos. Esa masiva entrada de agua también es un problema. Antes de Semana Santa, en Sierra Boyera estaba por debajo del 30% de su capacidad. Este lunes, tenía más del 71%. Han entrado en horas más de 22 hectómetros cúbicos de agua, cuando apenas había seis. Y gran parte de esos 22 hectómetros han sido por avenida. Eso ha provocado que las aguas de Sierra Boyera tengan un color marrón café con leche. Antes de poder usar ese agua con seguridad hay que aguardar a que se asiente y a que pierda turbidez. Es algo que no tardará.

Salvador Fuentes ha asegurado que desde el Jueves Santo Emproacsa trabaja ya en dos escenarios que tienen que confluir, lo antes posible, en que vuelva el agua potable. El Jueves Santo se comenzó a trabajar con el protocolo de analítica, de la mano de la Delegación Provincial de Salud, para certificar la calidad del agua. El objetivo es que el agua bruta que se potabilice y la que se distribuya posteriormente sea de la mayor calidad posible. La certificación la tendrá que dar la propia Delegación. Ahora, se recogen muestras de agua cada 24 horas, señaló Fuentes.

El segundo escenario es “verificar y revisar el comportamiento hidráulico de la red”. Tras casi un mes sirviendo agua que no era potable la red de distribución ha podido ser afectada. La clave está en los depósitos municipales, donde hay que sustituir el agua antigua por la nueva. “Tenemos que ir viendo a la vez el comportamiento de la red y la analítica de las aguas”, expresó el presidente de la Diputación.

Con todo este escenario sobre la mesa, es imposible que haya una fecha concreta sobre cuándo se puede volver a beber agua del grifo. La certificación final tendrá que darla la Delegación de Salud, que fue la que prohibió el consumo hace casi un año. Pero se espera que el día D para el norte de la provincia esté mucho más cerca.

Los trabajos continuarán

Además, las obras que ya se han iniciado concluirán. Emproacsa trabaja en cinco proyectos diferentes para lograr mejorar la calidad del agua de La Colada. Hace 20 días que arrancaron a funcionar unos equipos de ultrasonidos para acabar con las algas que han tenido éxito en Estados Unidos. Los resultados se esperaban a partir de los 30 días. También se sigue trabajando y revisando en toda la red, en busca de posibles fugas y roturas. “Las obras no van a parar”, insistió Fuentes, quien aseguró que “vamos a cuidar agua como si no la tuviéramos” con el objetivo de “volver a cometer los fallos tras la sequía de 1995”.

Así, insistió en que van a seguir adelante las obras para la segunda fase de la potabilizadora de Sierra Boyera y “voy a estar muy pendiente de todas las obras hidráulicas de la provincia, sean de mi competencia o no, para que esto no vuelva a suceder”, insistió. En este escenario está la construcción o mejora de las depuradoras pendientes con las que evitar que las aguas vuelvan a contaminarse por vertidos.

Emproacsa también va a reforzar su equipo de trabajo en los laboratorios de análisis de agua, con el objetivo de mejorar la detección de determinadas sustancias que hasta ahora no podía observar.

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