Minerva, ¿la patrona romana del olivar en la Bética?

El arqueólogo, académico y director del yacimiento de Torreparedones José Antonio Morena acaba de publicar un estudio sobre cuatro terracotas, que hasta ahora permanecían inéditas, que se conservan en el Museo de Baena y que le llevan a plantear una novedosa hipótesis: el culto a la diosa romana Minerva, heredera de la griega Atenea, como la patrona o protectora del olivar de la Bética.

Morena inició su estudio tras el hallazgo de una terracota de Minerva en una de las excavaciones en el yacimiento arqueológico de Torreparedones. A él se agregó la donación realizada por los herederos del propietario de una finca en Baena, el cortijo de La Alcoba Alta, de otra terracota más de Minerva. Aparte, el propio museo conserva otras dos más, donadas hace años pero a las que apenas se le había aportado contexto. La abundancia de estas terracotas en un término municipal tan concreto ha sido lo que ha llevado a José Antonio Morena a estudiarlas y a lanzar una interesante hipótesis sobre el culto que tuvo esta diosa en una de las mayores zonas de producción de aceite de oliva tanto de la República como del posterior Imperio Romano.

Según Morena, Minerva es considerada como una de las deidades más antiguas del culto romano, no estaba ligada de manera exclusiva a Roma y protegía el comercio y las artes pero cuando se llevó a cabo su asimilación a la diosa griega Atenea tuvo nuevas advocaciones como diosa guerrera, política, protectora de las ciudades, de la sabiduría, de las letras, etcétera. Su máxima expansión se alcanzó con Domiciano, Antonino Pío y Marco Aurelio como diosa del conocimiento y de la inteligencia.

El gran problema de la hipótesis, como admite el propio arqueólogo, está en la falta de contexto arqueológico de las piezas halladas, salvo la de Torreparedones, aunque apareció en una zona de vertedero. No obstante, su abundancia en la zona de la Bética, especialmente al sur del Guadalquivir, en comarcas muy agrícolas y vinculadas a la producción de cereal y de aceite de oliva, le lleva a plantear la vinculación de esta deidad con el campo. Incluso hoy día hay grandes advocaciones, especialmente a vírgenes como patronas del campo andaluz, con ermitas en los lugares más altos donde se les venera.

El arqueólogo y director del yacimiento de Torreparedones destaca el hallazgo que se produjo en el año 2000 de una pieza en el Alcázar de Sevilla. Entonces se consideró como un pedestal relacionado con los comerciantes de aceite de la ciudad y dedicado por la hija de uno de ellos a Minerva, “en calidad de patrona de los aceiteros”. El pedestal se localizaba en la sede del collegium de los olearii, por lo que se suponía que allí existía una especie de santuario dedicado a Minerva.

En 2004 se halló un segundo testimonio epigráfico, vinculado con el anterior. En este caso se trataba de una donación familiar, datada hacia el 145 después de Cristo para honrar no solo a Minerva sino también a la Tríada Capitolina y a Venus Genetrix, “las cuatro divinidades máximas de Hispalis”. La donación sería de las dos hijas de Valerius Valens, un “importante diffusor olearius”, una especie de “envasador” o “embotellador” de aceite de oliva. Un mayorista moderno que compraría aceite a granel para transportarlo hacia Roma, según Morena.

Todas estas evidencias llevan al arqueólogo a concluir el amplio culto que existía en toda la Bética agrícola a la diosa Minerva, lo que indica también la profunda romanización de su población, con una abundancia de bustos de terracota fabricados con moldes bivalvos, y una diosa con su casco de triple cimera.