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Manuel Prieto, 77 años, primer cordobés vacunado contra la Covid-19

Manuel Prieto recibe la primera vacuna contra la Covid en Córdoba | JUNTA DE ANDALUCÍA

Juan Velasco

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Se llama Manuel Prieto, tiene 77 años y no tenía ningún miedo a vacunarse contra la Covid-19. A las 14:28 se ha convertido en el primer cordobés que se ha inmunizado contra el virus tras serle administrada una dosis de la vacuna de Pfizer. Ha sido en el centro de las Hermanas de los Ancianos Desamparados, asistido por un equipo médico.

Un equipo que, como Manuel, había salido a la puerta a recibir al vehículo en el que han viajado las dosis desde Granada hasta Córdoba. A diferencia de los sanitarios, Manuel se había vestido elegantemente para ello, con chaqueta y corbata, consciente de que este 27 de diciembre comienza a cambiar la suerte de una generación entera, de una ciudad al completo, de un país.

Y nadie se viste así con miedo. Prieto no tenía ningún reparo ante la vacunación, tal y como expresaba a los periodistas. “Solo espero que volvamos a la normalidad”, afirmaba el hombre ante los micrófonos, no sin reconocer se sentía “muy contento” de ser el primero.

Prieto decía no estar acostumbrado a los focos, pero no los ha esquivado, sabedor de que es uno de los primeros depositarios del conocimiento de miles de personas, científicos, sanitarios y autoridades, todos los que han empujado en un tiempo récord hasta dar con una vacuna contra el virus que cambió todo hace solo unos meses.

La casualidad ha querido que la primera vacuna en Córdoba se ponga en uno de los primeros centros en sufrir la enorme sacudida del coronavirus. En esta residencia se dio uno de los primeros grandes brotes de la pandemia, a finales de marzo.

Fue tan grave la situación que requirió la entrada de la Unidad Militar de Emergencias para realizar labores de desinfección. En aquel entonces, según explicaron a este periódico fuentes militares, las monjas de la residencia defendían que ellas “habían estado desinfectando las dependencias con agua bendita”.

Así que lo divino y lo humano ha sido unido finalmente por la ciencia este domingo, en el que Córdoba empieza a mirar al futuro con algo más de optimismo.

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