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Viajes divertidos y sin exceso de ruido para los niños autistas en la Feria

Elba con su hermana en una atracción.

María Berral

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Ha vuelto la feria y las atracciones son la diversión para los más pequeños de las casas, aunque no de todos. Y es que para otros se convierte en un verdadero infierno. Estos niños son los que padecen el Trastorno del Espectro Autista (TEA), que se ven afectados por la gran cantidad de ruido que existe en toda la Feria y, concretamente, en su calle favorita.

Pero hoy José Manuel, de ocho años y Elba, de cuatro, son algunos de los pequeños que han podido disfrutar de una calle del infierno más silenciosa que nunca. Aunque a algunos esta iniciativa le ha pillado por sorpresa, como es el caso de Cecilia que tampoco había echado en falta el ruido pero a quien la idea le ha parecido muy acertada, “si ellos están mejor así, genial”, comenta.

Por su parte, José Manuel Plata, padre de Elba ha explicado a Cordópolis que “si no se hubiese eliminado el ruido mi hija estaría más nerviosa ahora mismo, por la estimulación de querer montarse y el ruido”. Sin embargo, asegura que esto no ocurre de la misma manera en todos los niños, “cada caso es un mundo, hay niños que lo pasan mucho peor”.

A Elba, cuenta José Manuel, le detectaron TEA cuando tenía alrededor de un año, “fue cuando empezamos a notar que se impacientaba por las cosas, que no te miraba y se ponía nerviosa”. Ahora, va a diversas terapias como cada uno de estos niños para poder progresar y mejorar en su trastorno. Además, Elba tiene de ejemplo y ayuda a su hermana melliza Zenobia, con quien este martes se ha paseado por las distintas atracciones de la Feria.

En el caso de José Manuel, de ocho años, el ruido de las atracciones tampoco le supone un gran problema pero porque “sabe que ahí se lo pasa bien”, ha indicado su madre, Paqui Ruiz. “Mi hijo en las casetas, o en sitios con ruido y cerrados se pone muy nervioso, pero en sitios abiertos no le afecta tanto, depende mucho del grado de TEA que tenga el niño”, detalla.

Sin embargo, la impaciencia por las colas para subir a las atracciones que tanto les motiva y excita también puede suponer un problema para ellos. Esto es lo que le ha ocurrido a José Manuel este martes, que con la emoción mientras esperaba a subir, se ha provocado un golpe que finalmente le ha impedido hacerlo. Para evitar la espera de estos niños, este año cinco atracciones se han acogido a un proyecto piloto para dar prioridad a la entrada de niños con discapacidad. Marina es la responsable de una de ellas, un tiovivo concretamente, al que, según indica, han subido muchos niños con esta preferencia para no demorar su espera.

Aunque, tanto los padres de Elba como los de José Manuel prefieren que sus hijos se adapten a esperar como cualquier niño para subir a la atracción, “queremos trabajar con ella todos los aspectos y que haga una vida lo más normal posible”. Así lo señala el padre de Elba, que recuerda el gran esfuerzo que tienen que hacer las familias de estos niños para ayudarlos. Un esfuerzo tan importante como la labor de concienciación que con estas medidas se está haciendo en la Feria, ayudando a que los más pequeños tengan unos viajes más agradables en sus atracciones favoritas.

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