Gervasio Sánchez: “La única alianza que uno puede armar en las guerras es con las víctimas”
El salón de actos de la Fundación Antonio Gala se ha llenado este lunes para oír hablar al fotoperiodista Gervasio Sánchez desde Los ojos de la guerra. A los conflictos de los Balcanes, Bosnia o África han sido a algunos a los que se ha trasladado el público a través de sus imágenes. Tras más de 40 años cubriendo conflictos bélicos el fotoperiodista cordobés ha expuesto que “la única alianza que uno puede armar en las guerras es con las víctimas”.
Sánchez ha vuelto a Córdoba para hablar sobre las consecuencias a largo plazo de los conflictos bélicos en un momento en el que “si no hablas de Ucrania es como si no existieras”. Ha venido a hablar de otros conflictos. Con décadas de trabajo a sus espaldas en medio de territorios en guerra, Gervasio Sánchez ha podido seguir la vida de muchos de sus fotografiados, como es el caso de Sofía, con quien ha iniciado su charla.
Sofía tiene hoy 40 años y ha seguido su vida desde los 14, cuando una mina que pisó -mientras iba con su hermana María a coger leña- le amputó una pierna y acabó con la vida de la menor. El fotoperiodista ha contado bromeando cómo ha vivido el nacimiento de dos de sus hijos, “he visto nacer a más hijos de Sofía que míos, porque solo tengo uno”. Tal es el contacto que este tiene con la niña -ahora una mujer- que a su último hijo le ha llamado como a aquel fotoperiodista que le fotografió hace 26 años.
Denuncia la venta de armas
Sánchez ha querido demostrar a quienes intenten entender la guerra, “que las consecuencias de un conflicto armado se sufre durante generaciones”. “Una guerra no acaba cuando dice Wikipedia”, ha indicado. Además, durante su charla, ha denunciado la venta de armas desde España hacia los países en conflicto, “cualquier transacción que se haga con Ucrania desde el estado español viola la Ley de Control de Armas”. Esta dice textualmente, según ha explicado, que “no se venderá armas a países en conflicto, con conflictos vecinales, que puedan utilizar las armas contra sus vecinos, o venderlas a otros países en guerra”.
Armas que a lo largo de su vida profesional se ha encontrado en los distintos territorios y en manos de cualquier habitante de estos, incluidos de niños. “Siento vergüenza ajena cuando me encuentro estas armas sobre el terreno”, ha confesado. Unos hechos que ha explicado y denunciado dejando claro que “no soy pacifista, soy un periodista que se enfada seriamente cuando sus políticos engañan a la población”.
Bosnia 25 años después
Uno de los trabajos que Gervasio Sánchez ha mostrado este lunes ha sido Bosnia 25 años después, un conflicto tras el que llega “la rutina postbélica” y “nadie se acuerda de lo que ocurre”. Una nueva realidad también reflejada en sus fotografías del antes y después, la “guerra y paz” de Sarajevo. Además, ha mostrado también el paso del tiempo en una víctima de mina con fotografías tomadas desde 1996 y 2003, en estas se ha reflejado cómo un niño mutilado por una mina, llega a la vida adulta dando vida a su hijo. Pero a pesar de que los supervivientes de estas guerras sigan haciendo sus vidas, Sánchez ha asegurado que, por ejemplo, “Bosnia hoy en día está peor que cuando empezó la guerra”.
Tras los Balcanes, Sánchez se ha trasladado a los conflictos en latinoamérica y en Ruanda donde “en un trimestre escolar un 20% de la población ruandesa fue exterminada por sus vecinos”. Una guerra en la que toda la población participó, “había niños, mujeres y niñas matando y las mujeres jugaron un papel fundamental porque sabían dónde había que entrar”. En este el papel esencial lo tuvo la manipulación, “un juego de niños incluso en sociedades alfabetizadas”.
Sánchez ha asegurado que en los conflictos -donde se ve involucrada toda la población- “no solo son culpables los que disparan, también los que aplauden a los que disparan y sobre todo los que miran hacia otro lado” y que “lo difícil es encontrar inocentes”.
Conflictos africanos
El fotoperiodista ha mostrado también imágenes de los conflictos en África, donde el público ha podido ver una fotografía que mostraba 'la rehabilitación de ex niños soldados“, o una cadena de mutilaciones, niños a los que le faltaba como mínimo un miembro. Cómo los propios habitantes del territorio cavaban las propias tumbas de sus vecinos o cómo un bebé yacía en una tumba encima de los que serían sus familiares. ”Imágenes de matanzas“.
Gervasio Sánchez ha defendido -tras haber comprobado durante su carrera- que “en una guerra casi nunca hay posibilidad de decir que no, las personas matan antes de morir”. El fotoperiodista ha narrado cómo ha visto a niños matar a sus propios padres antes de ser ellos las víctimas.
Por último, ha manifestado su sorpresa con la empatía de la sociedad española con las víctimas del conflicto ucraniano. “Echo de menos esa misma solidaridad y empatía con refugiados de otros lugares”, se ha sincerado. Países con los que quizás “no hay tanta empatía con personas cuyo color de piel es distinto”.
Una charla desde los ojos de la guerra en una época en la que seguimos conociendo el conflicto cercano, pero no los que se han estado viviendo en otros países. Fotografías que abren los ojos y hacen reflexionar ante las consecuencias que pueden acarrear en la población, un impacto físico y psicológico.
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